Foto de Marcos López. Fidel
Óscar Enrique Ornelas
Hijo de un antiguo editor de la región de La Laguna, Rogelio Villarreal emprende una nueva aventura con Replicante, revista a la que define como contracultural pero disponible en Sanborn's. Las ideologías son puestas en la picota, abundan las ilustraciones y se vapulea a López Obrador.
Replicante es una revista "respondona", señala su director editorial Rogelio Villarreal. Pero al mismo tiempo trata de distanciarse de las revistas contraculturales "que confunden las posiciones contestatarias con una rebeldía in- fantil". Lo que ha faltado "en este tipo de revistas", subraya Villarreal, "es precisamente reflexión y pensamiento crítico", sin dejar de lado "la burla y la ironía ante un país deshecho por el doble lenguaje y la doble moral".
-El primer número de Replicante apareció sin publicidad. Ahora hay dos anuncios institucionales: uno de la UNAM y otro del ITESO. ¿Puede funcionar una revista así sin publicidad?
-Estamos buscando publicidad, por supuesto. Compañías editoriales, universidades, galerías de arte... Si conseguimos un anuncio de Coca-Cola, estu- pendo. Lo que determina la calidad de una revista es su contenido. También queremos dejar atrás las taras de las revistas marginales. Realmente nos agotábamos en nosotros mismos. Circulábamos entre algunos cuantos y no se sabía cuándo aparecería el siguiente número. Por el momento el tiraje es modesto, pero queremos ampliarlo.
-En el editorial del número dos de Replicante ustedes aseguran que, contrario a lo que se piensa, sí interesan las revistas para lectores. ¿Cuál es su apreciación?
-Sabemos que no vamos a llegar a un gran público como el de TV-no- velas. Pero sí podemos hacer un nicho de mercado con todo un público lateral que está perdido en Veracruz, en Tijuana, en San Luis Potosí o en Mérida. Esto pasaba también con publicaciones que yo dirigí como La Pus Moderna y La Regla Rota. Se vuelven revistas de convocatoria. Te leen, te escriben y hasta te mandan fotos o textos. Es gente que apenas tiene cabida en revistas estudiantiles o fanzines. Replicante apela a ese público. Es un fanzine más elaborado, digamos. Hay unos criterios de calidad, por supuesto, pero tambiém entablamos un diálogo con quienes nos envían colaboraciones por la libre. No es una revista vertical o que no escuche. Sin querer establecer comparaciones, no me imagino a otras revistas ya establecidas dialogando con sus lectores. Hay secciones de correspondencia pero el tono siempre es distante, vertical, alejado. El interlocutor de esas revistas es el Estado. Nosotros buscamos la comunicación fluida y horizontal con los lectores.
-De cualquier manera, se resalta la participación de los nombres conocidos: Roger Bartra, García Canclini, González de Alba, el canciller Rodríguez Araujo...
-Tenemos a Marcos López, a Clément, el dibujante; las reseñas son bastantes cáusticas. Incluso los textos de los académicos comparten espacio con gente poco conocida. Es el caso del primer número donde aparece Roger Bartra junto a Heriberto Yépez, de Tijuana, o Héctor Villarreal, prácticamente desconocido, quien interpela a Samuel Huntington, a Enrique Krauze, a la directiva de la revista Nexos. A lo mejor lo leen y lo discuten, pero en el mejor estilo priista ni nos ven ni nos oyen. Han de decir: ¿y éstos quiénes son? Ellos siguen una tradición un poco mesiánica. Acá no. Decimos que hay que pensar, que hay que burlarse...
-¿Replicante le va a seguir apostando al cómic en la tradición del difunto, por extenuación, Gallito Cómics?
-Por supuesto. Creemos en una cultura generosa, amplia, que incluye al cómic. Estamos apostando por Clément, pero también por otros que están empezando.
-En este número se van contra López Obrador. ¿Replicante forma parte del complot denunciado por el jefe de gobierno del Distrito Federal?
-Nos vamos contra López Obrador, contra la ultra- izquierda, contra la ultraderecha y contra el presidente Fox, también. No son nuestros interlocutores, no nos representan, no creemos en ellos. Más bien nuestra consigna sería como la de los argentinos hace tres años: que se vayan todos... Si desafueran a López Obrador me parecería algo totalmente na- tural. Está jugando sucio.
-En el ensayo intitulado "El dilema de Bukowski: de la revolución proletaria a la rebelión globalifóbica", que forma parte de un libro que va a empezar a circular, Rogelio Villarreal se pronuncia por la sociedad occidental y por la democracia. ¿Esa democracia es con adjetivos o sin adjetivos?
-Creo que fue un acierto de Enrique Krauze hablar de la democracia sin adjetivos. Yendo un poco más allá diría que la democracia es sólo un mecanismo en el que pueden participar todas las corrientes. Es algo que se puede vigilar y mejorar constantemente.
-En la portada del número de Replicante aparece un Fidel Castro que parece más bien una máscara michoacana...
-Es una puesta en escena del fotógrafo argentino Marcos López. De la misma manera que retratamos a Castro como un ser grotesco, absurdo, anacrónico, mostramos a un Bush igualmente ridículo.
-Este número está dedicado a dos escritores fallecidos recientemente: Susan Sontag y Derridá. ¿Pero realmente hay algo que entenderle a este señor Derridá? Incluso Noam Chomsky dice que no le entiende nada y que cuando le entiende algo a los posmodernos, en general resulta una babosada.
-Cada quien sus lecturas y sus gustos. Yo lo leo desde las primeras traducciones que hizo Jorge Juanes en la revista Desfiladero. No hay que desechar a un autor tan fácilmente.
-Finalmente, ¿Replicante recurrirá al manido recurso de las becas del Conaculta?
-No vamos a someternos esta vez a los premios y las becas. Hay que dejar atrás estas etapas adolescentes. Lo hicimos alguna vez. Ya no. Son premios mezquinos de consolación. No te ayudan siquiera a pagar los gastos de papel.
Hijo de un antiguo editor de la región de La Laguna, Rogelio Villarreal emprende una nueva aventura con Replicante, revista a la que define como contracultural pero disponible en Sanborn's. Las ideologías son puestas en la picota, abundan las ilustraciones y se vapulea a López Obrador.
Replicante es una revista "respondona", señala su director editorial Rogelio Villarreal. Pero al mismo tiempo trata de distanciarse de las revistas contraculturales "que confunden las posiciones contestatarias con una rebeldía in- fantil". Lo que ha faltado "en este tipo de revistas", subraya Villarreal, "es precisamente reflexión y pensamiento crítico", sin dejar de lado "la burla y la ironía ante un país deshecho por el doble lenguaje y la doble moral".
-El primer número de Replicante apareció sin publicidad. Ahora hay dos anuncios institucionales: uno de la UNAM y otro del ITESO. ¿Puede funcionar una revista así sin publicidad?
-Estamos buscando publicidad, por supuesto. Compañías editoriales, universidades, galerías de arte... Si conseguimos un anuncio de Coca-Cola, estu- pendo. Lo que determina la calidad de una revista es su contenido. También queremos dejar atrás las taras de las revistas marginales. Realmente nos agotábamos en nosotros mismos. Circulábamos entre algunos cuantos y no se sabía cuándo aparecería el siguiente número. Por el momento el tiraje es modesto, pero queremos ampliarlo.
-En el editorial del número dos de Replicante ustedes aseguran que, contrario a lo que se piensa, sí interesan las revistas para lectores. ¿Cuál es su apreciación?
-Sabemos que no vamos a llegar a un gran público como el de TV-no- velas. Pero sí podemos hacer un nicho de mercado con todo un público lateral que está perdido en Veracruz, en Tijuana, en San Luis Potosí o en Mérida. Esto pasaba también con publicaciones que yo dirigí como La Pus Moderna y La Regla Rota. Se vuelven revistas de convocatoria. Te leen, te escriben y hasta te mandan fotos o textos. Es gente que apenas tiene cabida en revistas estudiantiles o fanzines. Replicante apela a ese público. Es un fanzine más elaborado, digamos. Hay unos criterios de calidad, por supuesto, pero tambiém entablamos un diálogo con quienes nos envían colaboraciones por la libre. No es una revista vertical o que no escuche. Sin querer establecer comparaciones, no me imagino a otras revistas ya establecidas dialogando con sus lectores. Hay secciones de correspondencia pero el tono siempre es distante, vertical, alejado. El interlocutor de esas revistas es el Estado. Nosotros buscamos la comunicación fluida y horizontal con los lectores.
-De cualquier manera, se resalta la participación de los nombres conocidos: Roger Bartra, García Canclini, González de Alba, el canciller Rodríguez Araujo...
-Tenemos a Marcos López, a Clément, el dibujante; las reseñas son bastantes cáusticas. Incluso los textos de los académicos comparten espacio con gente poco conocida. Es el caso del primer número donde aparece Roger Bartra junto a Heriberto Yépez, de Tijuana, o Héctor Villarreal, prácticamente desconocido, quien interpela a Samuel Huntington, a Enrique Krauze, a la directiva de la revista Nexos. A lo mejor lo leen y lo discuten, pero en el mejor estilo priista ni nos ven ni nos oyen. Han de decir: ¿y éstos quiénes son? Ellos siguen una tradición un poco mesiánica. Acá no. Decimos que hay que pensar, que hay que burlarse...
-¿Replicante le va a seguir apostando al cómic en la tradición del difunto, por extenuación, Gallito Cómics?
-Por supuesto. Creemos en una cultura generosa, amplia, que incluye al cómic. Estamos apostando por Clément, pero también por otros que están empezando.
-En este número se van contra López Obrador. ¿Replicante forma parte del complot denunciado por el jefe de gobierno del Distrito Federal?
-Nos vamos contra López Obrador, contra la ultra- izquierda, contra la ultraderecha y contra el presidente Fox, también. No son nuestros interlocutores, no nos representan, no creemos en ellos. Más bien nuestra consigna sería como la de los argentinos hace tres años: que se vayan todos... Si desafueran a López Obrador me parecería algo totalmente na- tural. Está jugando sucio.
-En el ensayo intitulado "El dilema de Bukowski: de la revolución proletaria a la rebelión globalifóbica", que forma parte de un libro que va a empezar a circular, Rogelio Villarreal se pronuncia por la sociedad occidental y por la democracia. ¿Esa democracia es con adjetivos o sin adjetivos?
-Creo que fue un acierto de Enrique Krauze hablar de la democracia sin adjetivos. Yendo un poco más allá diría que la democracia es sólo un mecanismo en el que pueden participar todas las corrientes. Es algo que se puede vigilar y mejorar constantemente.
-En la portada del número de Replicante aparece un Fidel Castro que parece más bien una máscara michoacana...
-Es una puesta en escena del fotógrafo argentino Marcos López. De la misma manera que retratamos a Castro como un ser grotesco, absurdo, anacrónico, mostramos a un Bush igualmente ridículo.
-Este número está dedicado a dos escritores fallecidos recientemente: Susan Sontag y Derridá. ¿Pero realmente hay algo que entenderle a este señor Derridá? Incluso Noam Chomsky dice que no le entiende nada y que cuando le entiende algo a los posmodernos, en general resulta una babosada.
-Cada quien sus lecturas y sus gustos. Yo lo leo desde las primeras traducciones que hizo Jorge Juanes en la revista Desfiladero. No hay que desechar a un autor tan fácilmente.
-Finalmente, ¿Replicante recurrirá al manido recurso de las becas del Conaculta?
-No vamos a someternos esta vez a los premios y las becas. Hay que dejar atrás estas etapas adolescentes. Lo hicimos alguna vez. Ya no. Son premios mezquinos de consolación. No te ayudan siquiera a pagar los gastos de papel.