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El poeta precoz que escribió toda su obra antes de los 23 años. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 13 de mayo 2009. (RanchoNEWS).- En el documento el escritor austríaco define su relación con el poeta francés. Está escrito en 1954 con motivo del centenario de Rimbaud y lo leyó en el Hotel Pitter de Salzburgo. Una nota de EFE:
El semanario Die Zeit publica en su edición de mañana un texto hasta ahora inédito del escritor austríaco Thomas Bernhard (1931-1989) en el que éste define su relación con el poeta francés Arthur Rimbaud (1854-1891). Bernhard escribió el texto en 1954 con motivo del centenario de Rimbaud y lo leyó en el Hotel Pitter de Salzburgo.
El texto refleja hasta que extremo Bernhard, que en ese momento tenía 23 años y trabajaba como periodista, se identificaba con Rimbaud.
Contiene además reflexiones sobre la idea de literatura que tenía Bernhard, algo acerca de lo cual muy raras veces se expresó en forma teórica.
En el texto, Bernhard, uno de los escritores más provocadores y controvertidos de la lengua alemana en el siglo XX, maldice el mundillo cultural que, según él, honraba a los burócratas de la cultura pero no a los verdaderos escritores.
El texto empieza recordando la idea de que a los auténticos poetas sólo se les brinda reconocimiento después de que han muerto en la miseria y el desamparo y recuerda los casos –además del de Rimbaud– de Georg Trakl y Friedrich Hölderlin.
Bernhard reflexiona sobre los mitos que acompañan a la figura de Rimbaud, como el del poeta precoz que escribe toda su obra antes de los 23 años para luego asquearse de la literatura y no volver a escribir.
La vida de Rimbaud, escribió Bernhard, es «tan violenta, tan abismal y sin embargo tan religiosa como la vida de un santo».
La mayor parte del ensayo de Bernhard está dedicada a la vida aventurera que llevó Rimbaud después de haber abandonado la literatura para dedicarse a diversos oficios, entre ellos el de traficante de armas.
Sobre la obra de Rimbaud, Bernhard dice que siempre ha sido combatida por aquellos que no le rinden honor a la verdad y que sus poemas no son para contemplarlos sino para vivirlos.
«Allí está todo lo que le falta a los contemporáneos: belleza y reverencia, en el sentido más profundo de la palabra», escribe Bernhard.
Bernhard, que dejó obras desgarradoras sobre el catolicismo austríaco, parece percibir un núcleo religioso en la obra de Rimbaud.
«Para ser creyente, no hay que tragar hostias ni confesarse dos veces al año. Basta con mirar a la cara al mundo, profundamente y en el centro, como lo hizo Rimbaud», dice el escritor austríaco.
En su reflexión sobre el poeta francés, Bernhard muestra en cierta manera también lo que fue su propia relación conflictiva con la fe religiosa.
«Uno nunca se debe burlar de la Iglesia. Pero puede llamar malos a los malos curas y a las monjas rastreras, rastreras. Sin embargo, también hay que alabar el brillo y la bondad de Dios como lo hizo Rimbaud desde el principio hasta el final con una violencia elemental», escribe Bernhard.
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