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La actriz durante la presentación de Cheri en el Festival de Cine de Berlín el año pasado (Foto:Rainer Jensen)
C iudad Juárez, Chihuahua, 29 de enero 2010. (RanchoNEWS).- Después de un publicitado retorno tras una larga ausencia con papeles secundarios en Stardust y Hairspray, Michelle Pfeiffer vuelve a ser protagonista de la mano de Stephen Frears, el mismo que supo aprovechar cada centímetro de su extrema belleza y tierna delicadeza en Dangerous Liasons, por la que recibió la primera de sus tres nominaciones al Oscar. En su nuevo filme, basado en la novela de Colette, la actriz que en pocos meses cumplirá 52 años interpreta a una cortesana de cierta edad que vive un apasionado romance con el hijo de una colega (Rupert Friend). En los próximos meses también veremos a Pfeiffer en otro rol protagónico, el de Personal Effects, en donde es acompañada por otro actor mucho mas joven, Ashton Kutcher, que algo sabe sobre bellas mujeres mayores. Una entrevista de Gabriel Lerman para La Vanguardia:
¿Habías leído algo de Colette antes de hacer la película?
No, nunca. Pero ahora sí, claro, ya leí la novela y también su biografía. Cuando me enteré de que la película estaba basada en una obra importante de la literatura francesa me acobardé un poco y me preparé para emprender un arduo recorrido. Sin embargo, una vez que me sumergí en la lectura, quedé sorprendida y encantada porque, a simple vista, el material parece ser bastante ligero y banal. Pero después, una vez que lo lees un par de veces a conciencia, te das cuenta de que lo que habías tomado por trivialidad era, en realidad, precisión y economía por parte de la autora. Es lo mismo que sucede con algunos actores, como por ejemplo Jeff Bridges. Todo lo que hace parece tan sencillo que después nadie valora su trabajo como es debido... porque es impecable. Colette escribía así, por eso leerla es como ir quitándole las capas a una cebolla: al final te quedas con un puñado de palabras sabias, precisas y cristalinas que están desparramadas por toda su obra. Y son bellísimas.
¿Crees que como sugiere Cheri, la amistad entre las mujeres está marcada por la competencia?
No, no lo creo, depende del contexto en que se dé. Éste es un caso particular y hay muchas amistades que se le parecen, pero hay de todo. En mi experiencia personal, hay personas con las que tengo una relación más competitiva que con otras.
¿Te refieres a otras actrices?
Aunque parezca contradictorio, con mis amigas actrices es con las que menos compito.
¿Dirías que el sentimiento de competitividad cambia con la edad?
No, cada uno es como es. No creo la gente cambie tanto... es más, diría que con la edad las características personales no hacen más que acentuarse.
¿Qué opinas sobre este tipo de romances en los que la primavera se encuentra con el otoño?
Eso de que primavera se encuentra con el otoño es algo nuevo para mí. Desde que empezamos la promoción de esta película es algo que me vienen mencionando constantemente. La primera vez me quedé como: «¿De que diablos están hablando?». No tenía la menor idea de lo que querían decir. Entonces Rupert Friend me lo explicó. Él me dijo, con esa naturalidad tan particular que él tiene. Me dijo: «Significa que tú eres como el invierno y estás medio muerta y yo soy como un recién nacido. Aunque vamos, no soy un crío». En definitiva, esa frase significa que yo estoy vieja y fría, mientras que él recién está floreciendo... que estoy reseca y marchita.
¿Por qué crees que todavía vemos con malos ojos este tipo de relaciones amorosas entre mujeres mayores y hombres jovenes pero aceptamos las de los hombres mayores con mujeres jovenes?
En realidad, en este momento en la sociedad solamente se genera una cierta incomodidad en torno a las relaciones entre mujeres mayores y hombres jovenes, pero no pasa de eso. De todos modos, en mi opinión, esto no es más que otro ejemplo de la doble moralidad que vale para hombres y mujeres en todos los aspectos de la vida. Un hombre que es, por ejemplo, treinta años mayor que su mujer, es una figura paternal... y hasta nos genera un poco de ternura. Las mujeres de mi edad, por el contrario, si salimos con hombres mucho menores que nosotras somos como asesinas que salen a cazar carne fresca. Creo que es una diferencia interesante.
Colette siempre ha sido considerada como una feminista, ¿Te parece que algo de eso se ve en Cheri?
Por supuesto. Me parece que lo que plantea Cheri sigue teniendo absoluta vigencia. Hoy en día todavía estamos lidiando con estos mismos temas. Es cierto que hemos avanzado en algunos aspectos; ver a mujeres en situaciones de poder se volvió más aceptable socialmente y cada vez se ven más y más casos, pero, aún así, hay cosas que todavía son tabú. De lo contrario, no estaríamos haciendo películas sobre el tema, porque nadie iría a verlas. Sin embargo, las historias que debaten el lugar de la mujer todavía despiertan el interés del público y están llenas de tensión dramática.
¿Hablas francés?
No. Y cada vez que voy a rodar al extranjero, tengo la fantasía –totalmente utópica– de aprender la lengua local, pero al final nunca logro memorizar una palabra... cuando termina el día de trabajo estoy tan cansada que es más fácil pedir un café en inglés y que el camarero se ocupe de entenderme. Esta vez lo planifiqué, hasta me compré el programa Rosetta Stone y todo, pero al final no aprendí nada. Si Stephen me lo hubiese pedido, lo habría hecho, pero cuando le pregunté qué quería me contestó que no necesitaba que hablara con acento francés.
¿Y cómo te llevas con el castellano?
Estudié algo, pero no lo suficiente como para hablarlo. Es más, me pasé un mes en México tratando de aprenderlo, hace unos cuantos años, en una escuela ubicada en San Miguel de Allende. Pero cuando recién comenzaba a tomarle la mano me fuí, porque como te dije no me resulta fácil aprender otros idiomas. Creo que entiendo un poquito y se lo suficiente como para comunicarme, nunca para sostener una conversación profunda.
¿Fue muy complicado hacer de cortesana? No es un concepto muy claro para el público actual.
No, es cierto, por eso tuvimos que incluir una pequeña explicación sobre la profesión al principio de la película, algo que no estaba originalmente. La verdad es que yo tampoco estaba muy familiarizada con esta suerte de pequeña secta de mujeres que eran las cortesanas. La palabra es de uso común, pero en realidad nadie sabe muy bien qué significa. Para nosotros es un poco confuso, pero eso lo hace aún más interesante. Se trata de una época en la que todavía todos en la sociedad son muy conservadores y hay una gran reserva en torno a estos temas, pero eso se contrapone a lo que realmente sucede a puertas cerradas. El modo en que estas mujeres se visten y se comportan es confuso para el público porque no parecen prostitutas ni actúan como tales, pero eso es justamente lo que hace que esta película sea tan interesante.
¿Te tuvieron que agregar arrugas para esta película?
Algo de eso hay. Lo interesante es que, aunque también se usa algo de maquillaje, la mayor parte del trabajo de envejecerme se hace con las luces. La verdad es que es aterrador y fascinante todo lo que se puede lograr con la iluminación. Sería una bendición si Darius Khondji pudiera seguirme para siempre a todos lados. En la primera parte de la película la imagen estuvo muy cuidada, pero después, hacia el final, se me tenía que notar el paso del tiempo y para David eso fue lo más difícil.
¿Cómo fue para ti verte en pantalla de este modo, no tan atractiva como de costumbre?
Como persona, debo confesar que no me gustó en lo más mínimo, pero como actriz una tiene que aprender a separar las dos cosas.
¿Es un sacrificio que tienes que hacer por tu profesión?
Sí, y en este caso era algo verdaderamente importante. Era una parte integral de la historia y del personaje. En la novela, Cheri deja a Lea después de un año y, cuando él se va, ella se abandona por completo. Hasta ese momento, había sido muy meticulosa con su apariencia, pero después de que se queda sola se deja estar, engorda, deja de teñirse el cabello... y entonces cuando él regresa lo que encuentra es a una anciana. Por como era la adaptación, no pudimos incluir ese episodio de manera literal, pero sí está presente desde la mirada de Cheri. Él nunca había visto a Lea como una mujer mayor hasta que prueba el sabor de la juventud. Por eso, a pesar de que sólo transcurren tres semanas desde que se va, cuando regresa, percibe por primera vez la dureza de la expresión en el rostro de su amante, y también las arrugas de sus ojos. En realidad, no es que Lea envejezca, es más bien una imagen mental.
¿Conoces a alguien que haya vivido una relación como ésta?
Conozco una pareja en la que la mujer es veinte años mayor que el hombre. A ella la conozco hace muchos años, supe de todas sus relaciones anteriores y puedo decir que la que tiene hoy es su mejor pareja. Él la trata como a una reina... son el uno para el otro. Creo que uno se enamora de quién se enamora, y no tiene que ver tanto con la edad sino con la experiencia de vida. Una persona de dieciocho años puede haber tenido una vida mucho más rica que una de cuarenta, por ejemplo.
The Age of Innocence tiene varios puntos en común con esta película, ¿consideras que tu vida cambió mucho, tanto en lo personal como en lo profesional, desde aquel entonces?
Por supuesto que las cosas cambiaron. No estaba casada ni tenía hijos en ese momento. Creo que The Age of Innocence fue la película que hice justo antes de que mi vida cambiara por completo. De todos modos, desde el punto de vista artístico, mi criterio de selección sigue siendo el mismo que en aquel entonces. En lo personal, es probable que sí haya cambiado un poco... seguramente por aquel entonces tenía más cosas en común con Ellen Oleska de las que tengo ahora, ya que la condesa era una mujer muy solitaria; pero creo que, a pesar de que mi vida ha cambiado de manera radical, mi esencia sigue siendo la misma.
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