Rancho Las Voces: Fotografía / España: Dieciocho fotógrafos reinterpretan la obra «Mallorca» de Humberto Rivas
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jueves, febrero 11, 2010

Fotografía / España: Dieciocho fotógrafos reinterpretan la obra «Mallorca» de Humberto Rivas

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Toni Catany, Manel Esclusa, Joan Fontcuberta, Pere Formiguera, Alberto García Alix y Manolo Laguillo son algunos de los 18 fotógrafos que participan en la exposición homenaje al recientemente fallecido Humberto Rivas, en una reinterpretación de su obra «Mallorca». (Foto: Julián Martín)

C iudad Juárez, Chihuahua. 10 de febrero 2010. (RanchoNEWS).- Alberto García Alix, Toni Catany, Joan Fontcuberta, Pere Formiguera y Manolo Laguillo son algunos de los dieciocho fotógrafos que participan a partir de este jueves en el Centre d'Art Santa Mònica de Barcelona en una exposición homenaje al recientemente fallecido Humberto Rivas, de quien reinterpretan su obra Mallorca. Una entrega de EFE:

La viuda del artista, la pintora María Helguera, ha explicado, que la iniciativa nació después de que Mariano Zuzunaga, amigo íntimo de la pareja, visitara al fotógrafo, ya muy enfermo a finales del año pasado, y «emocionado» iniciara los preparativos de esta exposición, a la que también su sumó el director del Santa Mònica, Vicenç Altaió.

Helguera, la otra alma del proyecto, ha querido remarcar, asimismo, que la muestra es una cooperación con la Fundación Alzheimer Internacional-Pasqual Maragall y todos los fondos que se obtengan de la venta de las dieciocho imágenes se repartirán entre esta entidad y la Asociación Humberto Rivas, para apoyar la investigación científica de la enfermedad y para preservar el fondo patrimonial del fotógrafo, fallecido el pasado mes de noviembre en Barcelona.

Para María Helguera una iniciativa como ésta, además, debe servir para «sensibilizar a la colectividad artística» sobre una «enfermedad tan terrible y que tanto hace sufrir a las familias, que necesitan mucho apoyo». Rivas tuvo los primeros síntomas de Alzheimer hace unos dieciséis años, pero a diferencia de Pasqual Maragall, «prefirió luchar contra ella como si no la sufriera».

Considerado el fotógrafo del silencio, Humberto Rivas, nacido en Buenos Aires en 1937, se trasladó a Barcelona en 1976, después del golpe militar de su país, y, enseguida recibió en la capital catalana el apoyo del diseñador América Sánchez, que participa en esta exposición con un «dibujo fotográfico», que es una especie de broma dedicada a Helguera.

Sobre las fotografías que el público podrá ver hasta el próximo día 28 de febrero, María Helguera señala que cada uno de los artistas invitados ha hecho una reinterpretación muy personal de la obra Mallorca, que Rivas realizó en blanco y negro de una casa de esta isla hace ya unas décadas.

A la hora de colocar las diferentes fotografías en la sala, Helguera comenta que ha tenido en cuenta las relaciones de amistad que mantuvo su marido con los participantes y, por ejemplo, junto a la fotografía Mallorca, en el centro de la estancia, se encuentra la del peruano Zuzunaga, su mejor amigo, y en el otro lado la de Ferran Freixa, otro hombre muy cercano a él. Enfrente, está la composición de su hijo Salvador, quien se inició en el ámbito fotográfico de la mano de su padre, con quien trabajó como asistente y positivador durante quince años.

Sobre otros de los trabajos expuestos, María Helguera indica que Joan Fontcuberta tuvo que pedir permiso para realizar su imagen, con un templo incluido, al arzobispado de Tarragona, mientras que la fotógrafa Rosa Feliu ha optado por disparar su objetivo en otra de las habitaciones, con ropa tendida, de la casa de Mallorca de la que surge esta exposición.

Otros artistas que contribuyen al proyecto son Jordi Aligué, Toni Cumella, Manel Esclusa, Jordi Guillamet, Martí Llorens, Francisco Navamuel, Mònica Roselló y Manuel Serra. Humberto Rivas intentó en su larga trayectoria profesional reflejar a través de sus retratos y paisajes «la esencia de las cosas» y lo que el ser humano lleva dentro.

En el año 2006, cuando se organizó en Barcelona una retrospectiva, ya dejó sentado que siempre entre el retratado y el fotógrafo «hay una guerra» que, para que sea buena, «la debe ganar el fotógrafo y no el retratado».

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