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La famosa estatuilla. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua, 11 de enero 2011. (RanchoNEWS).- Billy Wilder ya lo dijo de boca de Norma Desmond en El crepúsculo de los dioses: «Yo soy grande. Son las películas las que se han quedado pequeñas». Lo mismo piensan quienes en Hollywood observan con preocupación las últimas incursiones de las nuevas tecnologías en la temporada de premios y, en especial, en el Oscar. Porque la decisión de los estudios Fox de facilitar desde esta semana el acceso a los miembros del Sindicato de Actores a sus tres películas candidatas, Cisne Negro, 127 horas y Conviction, vía iTunes ha puesto en armas a aquellos preocupados por la forma en la que se realizará la votación. Desde Madrid, una nota de Rocío Ayuso para El País:
Tanto del Sindicato de Directores de Fotografía como del de Sonido hay protestas ante la pérdida en calidad de un formato que, en el caso del iPhone, no pasa de los cuatro centímetros. Fox se ahorrará un millón de dólares por película en su campaña, hasta ahora entregadas en mano de los famosos screeners en DVD. Y aumentará el alcance porque de hecho los 93.000 miembros del Sindicato de Actores no recibían el mismo tratamiento que los aproximadamente 6.000 de la Academia al ser la organización más numerosa en esta temporada de premios. Además la decisión de Fox está en el centro de las miradas del resto de los estudios con el uso de una tecnología que suena a siglo XXI y que no dudarán en utilizar si da buenos resultados. Pero como expresó este fin de semana Oliver Stone en Las Vegas con motivo de la Feria de la Tecnología, el hecho de ver a sus hijos y amigos ver películas en el ordenador, «con luces, interrupciones y haciendo varias cosas a la vez es deprimente» para gente como él. Son más los que están de acuerdo. «Aunque es el futuro inevitable de nuestras campañas, el sistema está aún por ser probado», indicó a El País Tony Angelotti, encargado de algunas de las principales campañas promocionales en Hollywood. «Estoy seguro de que los realizadores se resistirán al menos uno o dos años a los downloads», agregó.
La resistencia puede ser tan vana como la que impusieron realizadores de la talla de Steven Spielberg a la distribución de screeners, primero en vídeo y posteriormente en DVD, entre los miembros de la Academia porque no se apreciaba la calidad de sus obras como habían sido concebidas, para ser vistas en cine. Además del costo y de la lucha contra la piratería, razones por las que otros organismos como la Academia española de Artes y Ciencias Cinematográficas se han apuntado a sistemas similares de distribución mediante la red, la propuesta de los estudios Fox encaja en los planes a corto plazo de la Academia de Hollywood de ofrecer una entrega del Oscar más temprana. Si este año no trasladó su fecha a finales de enero como deseaba para dejar de ser el último premio de la temporada fue porque el plazo de elaboración y envío de los actuales screeners lo hace imposible para los últimos estrenos del año, las también llamadas películas de Oscar. Y si a eso hay que sumar el tiempo de envío de papeletas, todavía impresas en papel, rellenadas a bolígrafo y enviadas por correo postal, el proceso suena aún más arcaico. Algo que Tom Sherak, actual presidente de la Academia, quiere cambiar mediante las nuevas tecnologías. «Si esto funciona como experimento lo siguiente será ver como aseguramos el voto por Internet», indicó a la prensa californiana pensando ya en una propuesta en este sentido para el año que viene.
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