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El director estadounidense. (Foto: ABC)
C iudad Juárez, Chihuahua. 7 de junio de 2010. (RanchoNEWS).- Orson Welles filmó El otro lado del viento en 1972, pero su mala salud le impidió editarla y falleció en 1985 sin concluir ese proyecto. Las próximas semanas podrían quedar despejadas las complicaciones jurídicas relacionadas con el filme, cuyo estreno presentará al público la última obra maestra del gran director estadounidense, según la califican quienes han visto los rollos de película, informa Emili J Blasco, corresponsal en Londres de ABC.
«Es acerca de un director bastardo, lleno de sí mismo, que coge a la gente, la crea y la destruye. Es sobre nosotros, John», le dijo Welles a John Huston, que en el filme interpreta el papel principal. El director de grandes títulos en la historia del cine como Ciudadano Kane y El tercer hombre puso gran interés en su nueva filmación, comenzada en 1970 y que en 1972 estaba «completa en un 96%», de acuerdo con Welles. Pero en 1979, el director sólo había editado unos 40 minutos del metraje.
Desde entonces cada cierto tiempo han aparecido noticias sobre un posible estreno de El otro lado del viento. Esta vez la disputa sobre los derechos parece haber llegado a un final, según ha publicado The Observer. Kenneth Sidle, abogado que está mediando en la controversia, ha asegurado que los dos principales litigantes están dispuestos a vender sus derechos y que un acuerdo puede alcanzarse en breves semanas.
Se trata de Jacqueline Boushehri, viuda de un pariente del Sha de Persia que era uno de los productores de la película, y de la croata Oja Kodar, amante de Welles y coautora del guión del filme, en el que también apareció como actriz. El productor español Andrés Vicente Gómez, que trabajó con Welles en parte de su filmografía, incluido El otro lado del viento, considera que completar la película sería «una traición» al «testamento» de Welles. «El protagonista es una mezcla de Hemingway, Huston y él mismo. Era un filme que le era muy cercano. Pero su condición física era delicada. No tuvo fuerza para cortarlo», ha declarado a The Observer.
François Widhoff, que también trabajó en el proyecto, preferiría que el material se presentara al público tal cual está, sin otra mano que intervenga en él.
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