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Mafalda, que parece no entender el lío con su aniversario. (Foto: El Mundo)
C iudad Juárez, Chihuahua, 15 de marzo 2012. (RanchoNEWS).- Mafalda tendrá que esperar aún para poder celebrar sus 50 años con los panqueques que tanto le gustan. Aunque muchos seguidores están festejando por todo el mundo su onomástica, su creador Quino ha desmentido que el 15 de marzo sea la fecha del cumpleaños de su 'niña'. El medio siglo le llegará el 29 de septiembre de 2014. Así que, como no es un día especial, Mafalda tendrá que conformarse, como siempre, con la sopa que tanto odia. Una nota de la redacción de El Mundo:
«El día de su primera publicación fue el 29 de septiembre de 1964 en la revista Primera Plana. Cualquier otro cálculo de cumpleaños es incorrecto», ha indicado el propio Quino en su página web. El autor explica además de dónde puede venir el malentendido. En la biografía publicada (el 2 de junio de 1968) en la revista Siete Días dice que nació «en la vida real» el 15 de marzo del 62. «Ni una ni otra fecha son de tener en cuenta», añade.
Para Quino, cuyo verdadero nombre es Joaquín Salvador Lavado, «pensar en una cronología para un personaje de historieta es difícil. Mafalda sigue siendo niña y siempre será así». Por eso considera que el día de su cumpleaños es el de su primera publicación en medios gráficos, 29 de septiembre de 1964. «Festejaremos dentro de dos años», concluye.
No es el primer rumor en el que se ha visto involucrada Mafalda. Una leyenda mexicana bastante extendida dice que murió atropellada por un camión que transportaba sopa, el alimento que más odia el personaje.
Aunque existe confusión con la fecha, no la hay con el motivo de su nacimiento. Quino la ideó -a ella y a su familia porteña, del barrio de San Telmo- para una campaña publicitaria de electrodomésticos. De hecho, su nombre podría derivarse de la marca de lavadoras que anunciaba -Mansfield-.
Mafalda, una de las personalidades más famosas de Argentina, admira a Los Beatles y El Pájaro Loco. Y, además de la sopa, odia las injusticias y las guerras.
Al igual que los años no pasan por ella, tampoco sus reflexiones sobre política o derechos humanos han perdido vigencia. Es más, en la situación actual parece que cobran más sentido que nunca y seguro que diría aquello de «paren el mundo, que me bajo».
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