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Ilustración tomada de la Web. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 27 de noviembre de 2012. (RanchoNEWS).- Una prueba de sangre para determinar la velocidad del envejecimiento ha funcionado en una población de aves silvestres, lo cual sustenta la idea de que la técnica pueda predecir con precisión la extensión natural de la vida de seres humanos. Una nota de Steve Connor para The Independent traducida por Jorge Anaya.
Esta nueva investigación representa la primera vez que se ha usado con éxito una prueba de envejecimiento en animales que viven fuera de un ambiente de laboratorio.
La prueba mide la longitud promedio de minúsculas estructuras en la punta de los cromosomas, llamadas telómeros, que según se sabe se acortan cada vez que se divide una célula durante la vida de un organismo.
Se cree que los telómeros actúan como relojes internos que dan un cálculo más preciso de la verdadera edad biológica de una persona, más que la cronológica. Esto ha llevado a algunos expertos a sugerir que se pueden usar las pruebas de telómeros para calcular cuánto les queda de vida si mueren de causas naturales.
De hecho, por lo menos una empresa ofrece ya una prueba de sangre por 400 libras (unos 8 mil 320 pesos) en el Reino Unido a personas interesadas en saber con qué rapidez envejecen, con base en la longitud promedio de los telómeros. Estas pruebas se han usado extensamente en experimentos con animales, y ahora unos científicos las aplicaron a una población aislada de aves canoras que vive en las islas Seychelles.
Vimos que la longitud de los telómeros es un mejor indicador de la expectativa de vida que la edad cronológica. Al medir su longitud tenemos forma de estimar la edad biológica de un individuo, cuánto ha usado de su vida, comentó David Richardson, de la Universidad de East Anglia, en Gran Bretaña.
Los investigadores midieron la longitud promedio de los telómeros de 320 ejemplares de la curruca de las Seychelles, en la isla Cousin, que los ornitólogos han estudiado durante 20 años. Nuestros resultados aportan la primera evidencia clara e inequívoca de una relación entre la longitud de los telómeros y la mortalidad en estado silvestre, y sustancian la predicción de que la longitud de los telómeros y la tasa de acortamiento pueden servir de indicador de la edad biológica, más allá de la cronológica, sostiene el estudio, publicado en la revista Molecular Ecology.
Estudiar una población de aves silvestres era importante porque no había depredadores naturales y la migración era escasa. Queríamos entender qué ocurre a lo largo de toda una vida, así que la curruca de las Seychelles es un sujeto ideal de investigación, señaló el doctor Richardson. «Investigamos si a determinada edad la longitud de los telómeros puede predecir una muerte inminente. Descubrimos que telómeros cortos cuyo tamaño se reduce con rapidez eran un buen indicador de que el ave moriría en el curso de un año. También descubrimos que individuos con telómeros más largos vivían más tiempo en general.
«Antes se creía que el acortamiento de los telómeros ocurría a tasa constante en los individuos, y que su longitud podía servir de reloj interno para medir la edad cronológica de los organismos en estado silvestre. Sin embargo, si bien los telómeros sí se acortan con la edad cronológica, la tasa a la cual esto ocurre difiere entre individuos de la misma edad. Esto obedece a que los individuos experimentan diferentes cantidades de estrés biológico, debido a los retos y esfuerzos que enfrentan en la vida. La longitud de los telómeros se puede utilizar para medir la cantidad de daño que un individuo ha acumulado a lo largo de su vida», añadió.
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