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Nu assis (Desnudo sentado), 1907, cuadro de Georges Braque incluido en la exposición del artista francés en el Museo Grand Palais, en París, que hoy abre sus puertas al público y terminará el 6 de enero 2014. (Foto: Reuters)
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iudad Juárez, Chihuahua. 18 de septiembre de 2013. (RanchoNEWS).- Por primera vez en 40 años, París presenta a partir de este miércoles una amplia retrospectiva de Georges Braque, fundador del cubismo junto a Picasso y Juan Gris, pero que había caído en el olvido tras ser idolatrado en la posguerra. Una entrga de AFP:
Unas 200 pinturas de Braque (1882-1963) integran esta muestra presentada en el Grand Palais, la cual abarca toda la carrera del pintor francés.
Desde sus inicios en el fauvismo hasta el sombrío paisaje hallado en el caballete del artista el día de su muerte, Braque fue «un hombre discreto, introvertido y fiel amigo,» según Brigitte Leal, directora adjunta del Museo Nacional de Arte Moderno de París y curadora de la exposición.
La capital francesa no había organizado una retrospectiva completa del artista desde la realizada en 1973 en el Museo de la Orangerie. La exposición, que concluirá el próximo 6 de enero, «aboga por una indispensable rehabilitación del artista, iniciada hace poco en Francia y ya consolidada en Estados Unidos,» destaca Leal.
La obra de Braque está subestimada, explica, porque es exigente, reacia a lo anecdótico y púdica.
Nacido en Argenteuil, cerca de París, Georges Braque era nieto e hijo de pintores. La Maison Braque, en Le Havre, decoraba fachadas, realizaba imitaciones de madera o pintaba carteles. Braque aprendió allí las técnicas del oficio.
En 1900 se instaló en París para terminar su aprendizaje de pintor decorativo. Descubrió a los pintores «fauvistas» en el Salón de Otoño de 1905 y siguió sus pasos con talento. Pintó paisajes del sur de Francia, igual que Paul Cézanne.
«Braque entra de lleno en la pintura tras los pasos de Cézanne, que será su modelo toda su vida,» indica Leal.
«Tras el impresionismo, el legado de Cézanne, que muere en 1906, es la vuelta a la geometría y a la construcción,» explica.
Pequeños cubos
Cuando Braque vuelve a pintar paisajes del sur de Francia en 1908, su estilo cambia. El paisaje está reducido a los volúmenes, la perspectiva tradicional desaparece, igual que lo anecdótico.
Al descubrir la exposición sobre Braque presentada por Guillaume Apollinaire en la galería Kahnweiler en 1908, Henri Matisse habla de «pequeños cubos.» Un crítico retoma la expresión: la palabra cubismo había nacido.
El año anterior, en 1907, Braque conoció a Picasso, a través de Apollinaire. El español trabajaba entonces en el famoso Las señoritas de Aviñón, obra revolucionaria considerada como el primer cuadro cubista.
Braque replica a la enorme tela de su amigo con El gran desnudo (1907-1908), un experimento dentro de una obra en la que no abundan las figuras.
No existe ningún retrato de su esposa, tampoco autorretratos. Durante la Segunda Guerra Mundial pintó Hombre con caballete, pero la figura está de espaldas. Picasso y Braque avanzaron juntos hasta 1913.
Descomponen las formas en facetas y reducen los colores a tonos de grises y verdes, pero no llegan a la abstracción, pues perduran elementos figurativos.
En 1912, Braque inventa la técnica de papel pegado, la que también utilizará a partir del año siguiente otro de los padres del cubismo, el español Juan Gris.
Movilizado para la guerra en 1914 y gravemente herido al año siguiente, Braque retoma los pinceles en 1917. La música, un cuadro magistral, marca el regreso del color.
En 1930, sus naturalezas muertas se vuelven más decorativas. Durante la ocupación alemana de la Segunda Guerra Mundial, se refugia en Varengeville-sur-Mer y pinta en su taller vanidades y pescados.
En la posguerra, el escritor Jean Paulhan designa a Braque como el «patrón» del arte moderno francés. El Louvre le encarga la decoración de un techo y cuando muere en 1963 su funeral es nacional, con discurso de André Malraux.
Según Leal, «su estatuto de artista oficial de la Francia de la época de De Gaulle le hizo indudablemente sombra a los ojos de la generación contestataria que le siguió,» al caer durante varias décadas en un olvido relativo.
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