I
Un poema crece inseguro
en la confusión de la carne.
Sube aún sin palabras, sólo ferocidad y placer,
tal vez como sangre
o sombra de sangre por los canales de ser.
Fuera existe el mundo. Fuera, la espléndida violencia
o los granos de uva de donde nacen
las raíces minúsculas del sol.
Fuera, los cuerpos genuinos e inalterables
de nuestro amor,
los ríos, la gran paz exterior de las cosas,
las hojas durmiendo el silencio
– la hora teatral de la posesión.
Y el poema crece tomando todo en su regazo.
Y ya ningún poder destruye el poema.
Insustentable, único,
Invade las órbitas, la superficie amorfa de las paredes,
y la miseria de los minutos,
y la fuerza equilibrada de las cosas,
y la redonda libre armonía del mundo.
–Abajo, el instrumento perplejo ignora
la dificultad del misterio.
–Y el poema se hace contra el tiempo y la carne.
Traducción: XOSÉ LOIS GARCÍA
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