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Mujer articulada e Ixchel con conejo son dos imágenes del volumen que se editó con motivo de la exposición Mayas, el lenguaje de la belleza. (Foto: Cortesía INAH)
C iudad Juárez, Chihuahua. 14 de diciembre de 2015. (RanchoNEWS).- La exposición Mayas, el lenguaje de la belleza muestra cómo evolucionaron las ideas en esa cultura sobre el cuerpo, la hermosura y la fealdad a lo lago del tiempo, conceptos que fueron aplicables no sólo a los seres humanos, sino también a los seres sobrenaturales y los animales con quienes los pueblos mayas convivieron y conviven aún, escribe la arqueóloga Adriana Velázquez Morlet en el catálogo que acompaña esa colección. Mónica Mateos-Vega reporta para La Jornada.
El libro, que fue dado a conocer el pasado jueves en el Museo Nacional de Antropología, detalla las características del acervo que se ha presentado durante 2015 en tres estados del sureste del país y que recientemente cumplió una exitosa exhibición en el Museo Nacional de China, donde recibió la visita de 135 mil personas.
El volumen incluye fotografías de las más de 270 piezas que plasman el sofisticado concepto de belleza en el imaginario de los antiguos mayas.
Las piezas presentadas en Mayas, el lenguaje de la belleza, añade Velázquez Morlet, «muestran que las creaciones estéticas de diversos sitios y periodos de la historia prehispánica maya han sido resultado de procesos sociales y políticos, y no solamente son obras concebidas para su contemplación.
«Si bien la mayor parte de los objetos de la muestra fueron recuperados en contextos arqueológicos de élite, muchos de ellos, en particular las figurillas de Jaina y los elementos arquitectónicos, evidencian una intención de hacer llegar los mensajes religiosos y los contenidos ideológicos a una población prehispánica amplia, que seguramente creó sus propias expresiones de religiosidad en materiales como la arcilla, la madera y la piedra, como ha podido constatarse en las pequeñas figurillas y objetos que se encuentran en contextos habitacionales de los sitios mayas».
Las piezas que se incluyen en la exposición pertenecen a más de una decena de museos y centros regionales del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), principalmente del Museo Regional de Antropología Carlos Pellicer, de Villahermosa, Tabasco.
La directora del INAH, María Teresa Franco, apunta en el texto introductorio del catálogo que «la importancia de la fisonomía del cuerpo, el revestimiento y transformación para lograr una estrecha relación y semejanza con las deidades la encontramos expresada, por ejemplo, en las posturas contorsionadas de los cautivos en piedra de Dzibanché, o en el estrabismo de la máscara de jade de Rovirosa, ambos sitios en Quintana Roo; en las escarificaciones que ostentan los rostros de cerámica de Comalcalco, Tabasco; en la indumentaria exquisita de las figurillas de la isla de Jaina, Campeche; o en los guerreros de las estelas de los sitios de Pomoná, Calakmul y Palenque, en los estados de Tabasco, Campeche y Chiapas, respectivamente».
Durante la presentación del catálogo, Enrique Ortiz Lanz, coordinador nacional de Museos y Exposiciones del instituto, dijo que uno de los grandes logros de la exposición (que en estos días se presenta en el Museo Regional de Antropología de Mérida, Yucatán) es la propuesta «limpia y clara» de la curaduría realizada por Karina Romero Blanco, la cual tiene cuatro perspectivas: el cuerpo como lienzo, referente a los ideales de belleza manifestados mediante las modificaciones corporales que se practicaban los mayas; el cuerpo revestido, acerca de las diferentes indumentarias utilizadas como expresiones de su sistema social e ideológico; la contraparte animal, donde se muestran las representaciones de seres que, de acuerdo con la cosmovisión maya, acompañaban al humano desde su nacimiento, y los cuerpos de la divinidad, que alude a una serie de imágenes de deidades y seres del panteón maya prehispánico.
El catálogo también incluye un texto de Miriam Judith Gallegos Gómora, del Centro INAH Tabasco, quien describe el vestido, peinados e identidad de la mujer maya en el pasado, la cual, a diferencia del hombre, no se le representaba con deformaciones.
Antonio Benavides Castillo, del Centro INAH Campeche, escribe sobre la isla de Jaina y las figurillas de la costa campechana, las cuales «tienen un alto valor estético por la calidad de su ejecución, vitalidad y expresividad», señala el especialista.
La edición del libro (que luce en su portada un detalle de una figurilla de hombre con tocado sencillo, de la colección del museo Pellicer, de Tabasco) incluye una versión en inglés.
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