C iudad Juárez, Chihuahua. 25 de octubre de 2016. (RanchoNEWS).- Sobre la vida del dramaturgo, poeta y traductor inglés Christopher Marlowe existen muchas especulaciones y pocas certezas, más allá del consenso de que fue colaborador, influencia y también gran rival de William Shakespeare en tiempos isabelinos. Pero un equipo internacional de académicos ha llegado a la conclusión de que la cooperación entre ambos fue mucho más estrecha, hasta el punto de atribuir ahora a Marlowe nada menos que la coautoría de las tres partes de Enrique VI, firmada por El Bardo, escribe Patricia Tubella para El País desde Londres.
Los dos literatos aparecen acreditados conjuntamente como autores de ese drama histórico en la nueva edición del New Oxford Shakespeare, cuyos cuatro volúmenes que recopilan la producción completa de Shakespeare se publicarán entre finales de octubre y diciembre. «Hemos conseguido verificar la presencia de Marlowe en las tres obras de forma suficientemente clara y consistente», ha confirmado al diario The Guardian el profesor estadounidense Gary Taylor, uno de los responsables del equipo de 23 expertos procedentes de cinco países que defiende esa tesis.
Recurriendo a las modernas herramientas digitales para analizar los textos, el estudio ha conseguido establecer que la colaboración de Shakespeare con diversos autores fue mucho más extensa de lo que hasta ahora se creía, y que otras manos participaron en hasta 17 de las 44 obras del Bardo. Esa cifra dobla con creces la estimada en la anterior edición del New Oxford Shakespeare de hace tres décadas. Cuando la prestigiosa publicación de la Oxford University Press determinó entonces la aportación externa en ocho títulos shakespirianos algunos sectores del mundo académico «se declararon indignados», ha recordado Taylor al periódico. Pues bien, apostilla el profesor echando más leña al fuego, «en 1986 subestimamos el volumen de los trabajos realizados en colaboración», que según las conclusiones del reciente estudio estaría próximo al 38% de toda su obra.
La figura de Christopher Marlowe (cuya fecha exacta de nacimiento se desconoce, aunque sí se ha establecido que fue bautizado en Canterbury el 26 de febrero de 1564) ha sido objeto de toda suerte de teorías conspirativas apoyadas en muchos aspectos oscuros de su biografía y en su misma muerte cuando sólo contaba 29 años (1593). Entre ellas la de que el autor de Dido, Reina de Cartado o Doctor Fausto habría simulado su fallecimiento para seguir escribiendo bajo el nombre de William Shakespeare. En otras palabras, que Shakespeare no escribió las obras de Shakespeare sino que lo hizo Marlowe. Esa teoría arranca de la resistencia entre un sector del mundo académico a aceptar que El Bardo ejecutó varias de sus piezas en coautoría, en realidad una práctica habitual en tiempos del teatro isabelino.
Cómo Shakespeare y esos otros autores repartían las tramas y personajes, revisaban sus respectivos trabajos o unificaban estilos son cuestiones que los estudiosos de hoy no han conseguido desentrañar. Pero lo que aparece claro para el equipo de académicos que sigue ecudriñando el legado del mayor dramaturgo de todos los tiempos es que las tres entregas de Enrique VI fueron consumadas a cuatro manos. Las de Shakespeare y las de la nebulosa personalidad de Chistopher Marlowe.
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