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La poeta promueve su más reciente obra La Selva Afuera, antología personal, editada por la UPAV Universidad Popular Autónoma de Veracruz. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 22 de mayo de 2015. (RanchoNEWS).- En 2012, una entrañable amiga se comunicó conmigo para ofrecerme vivir en su casa por una módica cantidad al mes y por tiempo indefinido a cambio de cuidarla hasta su regreso. Ella, tomaría un largo viaje al autoexilio obligada por el crimen organizado, debido a su cargo como coordinadora en DEMAC, Para mujeres que se atreven a contar su propia historia.
La casa, ubicada en la zona vieja y tradicional de la ciudad (la de mayor incidencia en desapariciones de mujeres, por cierto) resultó ser justo lo que necesitaba: maravilloso jardín, amplios espacios. La habitación principal teñida de un rosa viejo indefinible y vestidor de espejos deslizables de pared a pared. Sobre las escaleras había un candelabro colgante, diseño Mariví Calvo. Contaba con cuarto de lavandería además de balcón y sótano. En éste último, encontré un librillo tipo plaquette de tres autoras generación del 65-75 (como ellas la definieron) llamado Nos Queremos Casar de Rojo. Las tres poetas y escritoras, únicas en su estilo: Fuego, urbe y arena.
Ellas conciliaron el sur, el centro y el norte con la única creencia de que en el arte debe fluir la vida, no únicamente el artificio, leí en la contraportada, también, al leer el nombre de cada una de ellas traté de imaginar sus rostros: una de las autoras es mi amiga y dueña de la casa; de Isolda Dosamantes tenía escasa información hasta ese momento y a Estrella del Valle la había conocido en el año 2001 cuando presentó en la sala García Máynes de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, la publicación en cuestión.
En ese momento habían transcurrido 11 años desde su visita. Coincidimos en varios lugares como parte de nuestras respectivas actividades en el plantel, sin embargo, nunca fuimos presentadas. Estrella, disfruta hacer y decir lo que otros no se atreven a hacer ni a decir. En aquella ocasión no fue la excepción. Con su acompañante, un atractivo joven al que ella desde el pódium definió como «Valiente, porque sabe que antes de él hubo muchos» nos dio muestra que, con ella, no van las medias tintas.
Estrella Del Valle (1971) poeta y narradora veracruzana, pertenece a las voces y personalidades femeninas que busco, a las que considero relevantes de escuchar y promover. El destino se abre sus rutas, me recordó Virgilio, entonces, decidí contactarla y solicitarle una entrevista. Aquí la tienen.
Nos enteramos que recibiste el Reconocimiento del Ayuntamiento de Xalapa, el pasado 30 de abril de 2015. Felicidades ¿Cómo fue el evento?
Fue un acto emotivo donde el Cabildo de la Ciudad de Xalapa reconoció mi trayectoria como poeta y narradora. Una semana antes había fallecido el rector de la UPAV, el maestro Guillermo Zúñiga Martínez, quien publicó mi obra, escribió un prólogo para el libro y estaba en verdad entusiasmado con la antología. Tuve la oportunidad de agradecer a muchas personas.
Durante la ceremonia, agradeciste a Víctor Manuel Rojas Sedas, tu padre. ¿Cómo fue crecer en una familia donde ambos padres son docentes? ¿Te cargaban con demasiadas obligaciones?
Yo siempre bromeo que tengo la beca Víctor Manuel Rojas Sedas. Es un buen hombre que tiene claro para qué sirve la educación. Él nos formó y a él lo formaron sus padres que también son maestros. Y claro que me llenaba de tareas. Nos levantaba temprano, nos mandaba a bañar, a tender la cama y nos daba avena con plátano. ¡Comí avena con plátano en el desayuno hasta que fui mayor de edad! Fue muy estricto y hoy se lo agradezco. Yo no sería la mujer que soy si hubiera tenido otro padre.
Tengo una fijación con el nombre de las personas. El nombre es nuestra primera seña de identidad, además, del significado simbólico que socialmente conlleva. Estrella del Valle ¿es tu nombre real?
Pues yo lo uso ¿no? Es mío. Si lo uso es real. No sé. Son los segundos nombres de mi nombre legal.
¿Qué te lleva a tu vocación?
Me he preguntado lo mismo. Recuerdo que la primera vez que escuché la palabra escritor yo era una niña y estaba con mi abuela en el mercado, ayudando con la canasta, y ella me señaló a un hombre, me dijo «Mira hija, ese hombre de gorra de beisbol es hermano de Luis Spota, un escritor» Esa palabra sonó como una campanita adentro de mi oído. Yo había escuchado a mi padre declamar poemas. Recuerdo algunos poemas que yo repetía cuando iba al Jardín de Niños. Quiero decir, mi vida siempre estuvo rodeada de literatura pero querer ser escritora lo descubrí mas tarde.
Hablemos de La Selva Afuera, antología personal. Cuéntame todo. ¿Por parte de quién vienes a promocionarlo a Ciudad Juárez? ¿Visitas seguido Ciudad Juárez? ¿Por qué decides llamar tu libro La selva afuera?
Voy a Ciudad Juárez por invitación del Colectivo José Revueltas y la Galería Virtudes. La Selva Afuera es el verso de un poema que viene en el libro La cortesana de Danann y porque así veo la cotidianidad como una gran selva afuera de mi entorno. Espero que les guste. Es una colección de poemas de mis 5 libros anteriores. Yo no he estado en Ciudad Juárez desde el 2003. Hace más de 12 años que me regresé a Veracruz y siempre es un gusto volver y saludar a poetas que admiro.
Estrella, el artista en un sentido creador se repite como una fórmula de éxito o por una obsesión. En tu caso ¿cuáles son tus obsesiones?
No tengo muchas obsesiones. Creo que he ido madurando como ser humano, como mujer y como poeta. Y he observado en mi literatura una obsesión con ser mujer que ha ido modificándose con el tiempo. Una mujer que desea ser amada, que siente miedo, soledad, que ama a su familia, a sus hijos, una mujer que pide justicia y que hace hablar a su yo poético desde su postura de mujer.
Has dicho que todos tus libros han sido premiados, también, descubres tu vocación a temprana edad. Eso facilita de alguna manera el largo camino que debe recorrer el escritor emergente, es decir, a menor edad, más amplio es el acceso a becas o estímulos ofertados por parte del gobierno e instituciones privadas. En México, es una condena descubrir la vocación después de los 35 años. ¿Cuál crees debería ser el camino para aquellas personas que no encuentran los medios ni los apoyos que los ayuden a concretar su obra?
Publiqué mi primer libro en 1998. Tenía 27 años. No era tan joven. Esos poemas ganaron el Premio de Poesía Memoración a García Lorca organizado por la Sogem y el Festival internacional Cervantino y de ahí sí, todos mis libros han sido premiados. Creo que fue la forma más honesta de demostrar mi talento. Tú entras a un concurso como anónimo y concursas con otros poemarios y quizá tienes que esquivar las preferencias de los jurados. Yo tuve la suerte o el destino de que nunca los conocí antes de los premios, nunca fueron mis maestros, nunca fui su tallerista, nunca les mostré mis poemarios antes. En México existen muchas becas y muchos premios para menores de 35 años y es una lástima porque la literatura no es un concurso de belleza, pero si usted nuevo escritor mayor de 35 años llegó tarde a la fiesta, no se preocupe, ahora tiene la oportunidad de demostrar el gran escritor que es. No se lamente. Para mí las becas y los premios no quieren decir nada más allá de lo que son. Ni se ponga a lamentarse. Escriba, publique, procure rodearse de otros escritores que amen más la literatura que a su ego, escritores con proyectos. Nadie necesita una beca para escribir. Si usted quiere ser escritor sepa que en este momento está ante el juez más severo, el tiempo.
¿Qué opinas de la autopublicación?
Los institutos de cultura deben apoyar la publicación de los autores, al menos de uno de sus libros y dar la mitad de la edición al autor. Todos los que hemos publicado sabemos que lo más difícil es la distribución del libro. Sacarlo de las bodegas. Siempre que veo alguna autopublicación me indigna el saber que los funcionarios de cultura se dan vida de reyes mientras que alguien le quitó el pan de la boca a su familia para publicar un libro, independientemente de la calidad de su contenido.
Recientemente se editó un libro El Canon Abierto, Última poesía en español (1970-1985). Donde el proceso de selección se realizó a través de encuestas a 200 académicos de más de cien universidades (Harvard, Oxford, Columbia o Princeton, entre ellas) han elegido a los que consideran los poetas más relevantes de la lengua española nacidos después de 1970. En distintos medios he escuchado protestas y quejas por los seleccionados así como del proceso de selección. Lo que mueve al sarcasmo es que le llamaran «El canon abierto» ¿qué opinas?
En México los hombres siempre con su club de Tobi (risas). Yo creo que las listas no sólo reflejan un gusto personal sino que siempre estarán incompletas. Ahora, bueno, siempre puedes hacer un festival internacional de poesía e invitar poetas extranjeros para que te conozcan. Creo que debemos fijarnos menos en quiénes constituyen las listas y enfocarnos más en el dinero que se gasta en la difusión de la cultura a través del CONACULTA, los institutos estatales de cultura, los festivales de poesía, las ferias de libros. ¿Nadie se da cuenta que el pueblo está sumido en la ignorancia? ¿Qué han estado haciendo todos estos años? A quién le interesa estar en una lista de los escritores más leídos por la academia cuando la población no tiene acceso a la cultura, cuando se gastan el dinero en sus pachangas y comilonas. Los funcionarios del CONACULTA se erigen como la gran catedral y alrededor de ellos la miseria cultural y la gente se preocupa porque su nombre no aparece en una lista.
Estrella ¿existen las mafias literarias o es algo que la sucia imaginación alienta? ¿Todos para uno y uno para todos?
Mafia es un tipo de crimen organizado, independientemente de a qué se dediquen. Yo pienso que hay gente que se agrupa por afinidades, y no tienen otro objetivo más allá que el disfrutar la literatura y estar un rato con amigos, porque la principal función de ésta es eso: reunir a los amigos, tener proyectos en común, apoyarse mutuamente, difundir la obra, pero creo que eso no llega a la categoría de mafia. Mira, hace muchos años Mario Benedetti llamó La Mafia a un grupo de intelectuales mexicanos amantes del «esnobismo crítico y el frívolo internacionalismo» y dio nombres: Octavio Paz como el Dios, Carlos Fuentes el profeta, etcétera. También en 1972, Abelardo Villegas publicó el artículo El Ateneo y la mafia, dos formas de cultura mexicana. Ambos mencionaban cómo los escritores criticaban a los gobiernos del PRI pero vivían de las generosas cantidades monetarias que les obsequiaban. Pensar que en el 2015 no sucede sería no sólo ingenuo sino ignorante. ¿En qué momento entre 1972 y 2015 algo cambió? Quizá cambió la forma pero no el contenido. Cambiaron nombres. Toda persona que se organiza con otra (s) para cometer un crimen en contra de la humanidad es una mafia; el acceso a la cultura es parte de los derechos humanos y se está negando; ahí tienes los desfalcos del INBA, por poner un sólo ejemplo. Dinero que debió utilizarse en cultura terminó en los bolsillos de un fulano. Ésa es la Mafia. Tú dices que yo digo cosas que nadie se atreve pero no es así, muchos lo han dicho ya antes que yo pero pocos escuchan.
En tu red social anunciaste el nacimiento de tu hijo a los 41 años, del tatuaje que te realizaste (sobre esto, dime qué significado tiene tu tatuaje y cuántos tienes). Compartiste fotografías donde luces a cara lavada, sin gota de maquillaje (pocas mujeres nos atreveríamos) al igual que externas tus puntos de vista sobre política, cultura y violencia. Te toca de manera muy profunda el tema de género, demostrando con ello que, estás cerca de la gente, convives y dialogas. ¿Qué transformación te gustaría ver en la mujer y en la sociedad? ¿Crees que con el voto realmente elegimos a los gobernantes?
Matthew Manuel nació cuando yo tenía 41 años. Lo esperé 18 años hasta que por fin llegó. El tatuaje que tengo es el nombre de mi hija. Me lo hice en Hollywood en diciembre del 2010, en los Ángeles, CA. Es tradición que las mujeres se tatúen los nombres de sus hijos. Yo quise tatuarme el nombre de mi hija para tenerla cerca. Cuando era niña les ponía en la nuca el nombre a mis muñecas. Yo me lo puse en la nuca también. Es un homenaje a la infancia. Yo soy mi muñeca y le pertenezco a alguien. Tengo que cuidarme. Ahora me voy a tatuar el nombre de mi hijo en mi pecho. De las fotos en las que aparecí sin maquillaje son para un proyecto al que fui invitada: Mujeres sin máscara. A mí me cansa el maquillaje. Mira fue un proceso largo, yo llevo más de 5 años sin maquillarme. Nunca he usado mucho, creo que el maquillaje es para realzar la belleza no para ocultar tu rostro y creo también que esclaviza a la mujer. Un día se lo comenté a un amigo y me respondió: «Ése no es un tema importante». ¡Cómo no! Hay mujeres que no pueden salir a la calle porque su autoestima se basa en un lápiz labial y un delineador, ¡no es posible! Un día me di cuenta que era pública. Que la gente estaba pendiente de mí. Lo que hablo, lo que visto, lo que publico. Y bueno, ésa soy. Soy real. La gente que me conoce sabe que no estoy fingiendo. Trato de ser congruente con lo que pienso porque yo sé que hay mujeres detrás de mí que vienen empujando y yo quiero estar ahí para ellas, para servir de ejemplo, de maestra, de amiga, de poeta. Me gustaría que las mujeres fueran más solidarias, que hiciéramos equipo. Mira, yo por ejemplo cuando veo a una mujer mejor que yo, más guapa, mejor escritora, mejor cristiana, mejor madre; le pregunto ¿cómo lo haces? ¿Cuál es el secreto? Porque si uno quiere triunfar uno tiene que aprender dos cosas en la vida: humildad y generosidad. Saber compartir lo aprendido. En mi corazón no hay malos sentimientos. No le envidio nada a nadie. Me enojo como todo el mundo pero me dura un rato. Yo tuve que irme de México y sanar mi corazón, enfocarme en la verdadera misión del artista que es recuperar lo poco de humano que le queda a la gente. Cuando te das cuenta de esto, listas de escritores vendrán y se irán y llegarán nuevas, pero eso ya no es lo importante porque estás escribiendo para tu misión. Y la misión del artista, en este momento, es recuperar el humanismo que estamos perdiendo.
Dame tu definición de las siguientes palabras; Suerte:
Creo que la suerte no existe. Existen personas que se levantan temprano, hacen ejercicio y toman un licuado verde.
Muerte:
Siempre he pensado que el día en que me sienta totalmente feliz voy a morir trágicamente. Como si la vida estuviera jugando a ver cuánto más resisto y la última prueba sería la felicidad plena. Hoy me sentí feliz con mi vida, con mi trabajo, con mis hijos. Orgullosa de mí porque todo fluye perfecto, deseando más retos que vencer y sentí miedo. Dios los bendiga a todos.
Milagro:
A la edad de 41 años, un día 19 de marzo pero del 2012, me nació Matthew Manuel. ¡Sí se puede chicas!
Ficción:
Y obvio que escribo sobre mí. Yo a ustedes no los conozco.
Literatura:
Yo escribo para divertirme. Si quisiera ser famosa ya me hubiera inmolado en un centro comercial junto a la isla de los celulares.
Día Internacional de la Mujer:
En lugar de decir Felicidades podrían decir algo así como gracias por no rendirte, por creer en la igualdad de los seres humanos, por luchar, por tener un lugar digno en un mundo hecho para hombres, hecho para ricos, hecho para sólo una raza dominante y estar de pie. Bueno, eso es lo que yo le diría a mi hija en el día Internacional de la Mujer. El 8 de marzo es un día de lucha no de «Felicidades». Así que ni me feliciten, ya sé qué chingona soy.
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