Retrato de Goya, por Rosario Weiss. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 14 de mayo de 2015. (RanchoNEWS).- Aprendió a escribir al mismo tiempo que aprendía a dibujar de mano de Francisco de Goya. Rosario Weiss, ahijada del aragonés, vivió diez años con el artista que le inculcó el gusto por el arte. Fue copista, litografista y dibujante y, aunque a duras penas, logró vivir de su trabajo. Durante el curso 2014-2015 la Fundación Lázaro Galdiano ha llevado a cabo una investigación para catalogar sus dibujos. Sabían que eran autoría de la joven Weiss ocho de ellos, después de ahondar en su vida y trabajo, la Fundación cuenta con 58 piezas de la artista de las que exponen 36 en Dibujos de Rosario Weiss en la Colección Lázaro a partir de este jueves. Reporta Saioa Camarzana para El Cultural.
En el año 1820-21 Leocadia Zorrilla se trasladó a la Quinta del Sordo junto a sus hijos Rosario y Guillermo Weiss. Años más tarde, en 1824, Goya cambió su lugar de residencia por Burdeos mientras la familia se quedaba en Madrid y la pequeña Weiss recibía una educación artística de mano de Tiburcio López Pérez, con quien recrearía Los caprichos de Goya y aprendería la técnica de la aguada. Tan solo tenía diez años y aunque la aguatinta invade parte del dibujo, su técnica es bastante precisa. Pero ese mismo año, para el mes de septiembre, junto a su familia se exilia a Burdeos donde aprende el arte de la litografía.
Cuando Goya muere en 1828 la familia se ve envuelta en problemas económicos. Además, el rey Fernando VII estaba haciendo criba de liberales de modo que Leocadia Zorrilla pide ayuda al gobierno francés y se la conceden como exiliada política hasta que, en 1832, el rey declara una amnistía política para todos los que habían cometido delitos contra el monarca y vuelven a la capital en 1833. Una vez instalados de nuevo en Madrid, Weiss comienza a trabajar y vivir como copista de cuadros del Museo del Prado y de la Academia de San Fernando, al tiempo que para Serafín García, labor en la que se vio envuelta tres años hasta la muerte de este. Poco después entró como miembro del Liceo Artístico de Madrid, realizó diversas litografías y dibujos a lápiz así como ilustró algunas portadas para Larra y Zorrilla, entre otros. Años más tarde, sería la profesora oficial de Isabel II y su hermana Luisa Fernanda.
Dromedario con su guía, 1824
Durante su carrera cultivó todo tipo de géneros, incluso la pintura, disciplina en la que no destacó tanto. Por ello, con los dibujos que la Fundación Lázaro Galdiano tiene en su archivo, la muestra se ha dividido en cinco apartados que pertenecen a cinco etapas de la carrera de la artista.
La primera sección es la etapa de formación junto a Goya en Madrid y en Burdeos entre 1821 y 1828 con dibujos de animales y caricaturas en los que seguía las líneas que trazaba su maestro. Aquí se encuentra un conocido autorretrato del pintor que cuelga en las paredes del Museo del Prado. También un retrato masculino y el retrato de la propia Rosario, «un poco torpe», explica el comisario Carlos Sánchez Díez, «pero tenía tan solo 12 años». Además, «hay una caricatura que en un principio fue incluida como original de Goya y fue descatalogada en los años 40 y un retrato que hizo del pintor poco antes de morir».
En la vitrina de al lado están los pequeños retratos que le concedieron el mayor reconocimiento. En ellos retrata a personalidades del Liceo Artístico y Literario de la capital como el Mesonero Romanos, Mariátegui, Quintana y los condes de Oñate. A estos últimos, por fechas, se dice que «los pudo conocer en el exilio en Burdeos en las tertulias que organizaban una vez a la semana y que nadie se perdía», comenta el comisario. También aquí se expone el dibujo preparatorio de un autorretrato en bronce que realizó y algunos personajes ilustres como Argüelles o el actor Julián Romea caracterizado para una obra de Larra.
La Pasiega, 1838. A la derecha, Figura femenina, 1830-1838
Su mano era diestra para las copias que comenzó con Tiburcio Pérez así como para las litografías. En este apartado se ve el dibujo precedente a la obra que publicó en La Pasiega en junio de 1838, convirtiéndose en la única obra de una mujer en ser publicada en la revista de la época. Y como colofón a los dibujos en blanco y negro de la pupila y ahijada de Francisco de Goya se encuentran algunos bocetos de vestidos de los años 30. «Se trata de figurines femeninos de moda sin cabeza e idealizados haciendo hincapié en la ropa de la época» tan propios de las revistas de entonces. «He buscado en los periódicos en los que venía un figurín y ninguno es como los que tenemos aquí de modo que no los copió. Pero no sabemos si pudo estar inspirada por la moda de las revistas francesas», anota Carlos Sánchez.
Pero hay un gran ausente. El paisaje. Firmó muchos pero todos pertenecen a colecciones privadas. Por el momento, sigue apareciendo obra desconocida de Weiss en subastas. Hasta la fecha, la Real Academia Española, la Biblioteca Nacional Española y el Museo del Prado tienen piezas de la artista. Quién sabe si con el tiempo aparecerán más obras que pongan de relieve la carrera de una artista que murió a los 28 años de cólera-morbo y tuvo a un gran maestro de su lado...
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