El escritor en su alocución en la ceremonia. (Foto: RanchoNEWS)
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iudad Juárez, Chihuahua. 28 de abril de 2024. (RanchoNEWS).- La mañana en que Luis Mateo Díez (Villablino, León, 1942) ha recibido el Premio Cervantes se parecía poco a sus novelas, en las que la niebla condiciona el devenir de las tramas. Este martes amaneció luminoso, como el personalísimo estilo que lo ha llevado a alzarse con el galardón más importante de las letras hispánicas, aunque azotado por el viento. En los libros del escritor leonés, algo perturbador se cierne siempre sobre las peripecias de sus personajes, a menudo extraviados, melancólicos.
A la entrada del Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, cuya Aula Magna ha acogido la solemne ceremonia, se escuchaban abucheos contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y vítores al rey Felipe VI. Mientras tanto, el creador del Reino de Celama permanecía completamente ajeno. Ya confesó en la reciente entrevista con El Cultural que estaba deseando que acabaran «los apremios del premio» para regresar a sus libros, los que le dan el verdadero sentido a su vida. «En la experiencia de lo imaginario he encontrado la experiencia vital más apasionante», dijo en otro momento a esta revista.
Agradecido, no obstante, ha ascendido hasta un púlpito que, según le parecía, propiciaba «el examen de conciencia y la predicación». Elevado por la sonrisa cómplice de amigos y otras tantas personalidades de la cultura española, que en sus rostros desvelaban su profunda admiración, el escritor ha desgranado en su discurso los hitos que determinaron su trayectoria. En primer lugar, ha celebrado «la suerte» de tener una infancia que encarriló su camino como escritor.