SINOPSIS
Hayley (Ellen Page) es una adolescente lista y encantadora, pero hasta las chicas listas cometen errores. Se encuentra en un café con Jeff (Patrick Wilson), un joven al que ha conocido a través de Internet. Y aunque Jeff es un fotógrafo atractivo y moderno de treinta y pocos años, Hayley no debería sugerirle que vayan los dos a casa de Jeff… solos. Cuando llegan, Hayley localiza rápidamente algo de vodka y comienza a preparar unos cócteles. Le sugiere a Jeff que le haga una sesión de fotos, y llega incluso a quitarse parte de la ropa. Todo parece ir bien para Jeff… hasta que su visión comienza a nublarse y se desmaya hasta perder el conocimiento. Hayley le ha echado algo al cóctel de Jeff y cuando recobra el conocimiento se encuentra atado a una silla, Hayley parece estar buscando algo. Hayley está convencida de que Jeff no tardará en confesarle que no es ella la primera adolescente a quien ha llevado a su casa y, además, está segu-a de que su prisionero sabe lo que le ocurrió a Donna Mauer, otra adolescente que desapareció del café favorito de Jeff. Y si no está dispuesto a confesar, Hayley pondrá en marcha su siguiente plan.
Dirección: David Slade.
País: USA.
Año: 2005.
Duración: 103 min.
Género: Thriller psicológico.
Interpretación: Patrick Wilson (Jeff Kohlver), Ellen Page (Hayley Stark), Sandra Oh (Judy Tokuda), Odessa Rae (Janelle Rogers), Gilbert Jones.
Guión: Brian Nelson.
Producción: David Higgins, Richard Hutton y Michael Caldwell.
Música: Molly Nyman y Harry Escott.
Fotografía: Jo Willems.
Montaje: Art Jones.
Diseño de producción: Jeremy Reed.
Dirección artística: Felicity Nove.
Estreno en USA: 14 Abril 2006.
La castradora precoz y el voyeur
Minimalismo, presupuesto reducido, actores poco conocidos y dilemas éticos: durante sus primeros veinte minutos o media hora, Hard Candy responde al canon clásico del cine independiente estadounidense, lo que se conoce como indie. Pero de pronto alguien aparece atado a una mesa de operaciones y de allí hasta el final Hard Candy se convierte en una de torturas lisa y llana, al estilo El juego del miedo y Hostel. Tal vez haya que acudir al neologismo indiexploitation para definir esta segunda película del ex periodista británico David Slade, variante de cine independiente que busca pegar más abajo que el estómago. Pegar y cortar, para ser más precisos. Pero no de la forma que el Word permite hacerlo con los textos.
Cuando la chica saca el manual de cirugía y anuncia que antes de operar deberá esterilizar la zona, uno piensa “no, no lo va a hacer”. Pero lo hace. Todo un tour de force para el espectador –sobre todo para los varones–, Hard Candy es de esas películas que pueden provocar huidas en masa de la sala. Por suerte, el respeto de Mr. Slade por el fuera de campo evita que suceda lo que en La última mujer, de Marco Ferreri, donde se veía cómo Gerard Dépardieu le daba un uso altamente heterodoxo a su cuchillo eléctrico. Puesto sobre el tapete la semana pasada en Argentina, a partir de la detención de un violador reiterado, la discusión que Hard Candy viene a hacer resonar es si la castración es o no legítima en esos casos. Pero sucede que los que se enfrentan aquí no son el violador y la víctima (lo cual colocaría al espectador frente a un dilema moral bastante más difícil de resolver), sino una castradora precoz y un voyeur, eventual cómplice de una violación. En otras palabras, dos casos más bien de chaleco. Con lo cual la película gana en psicopatología y pierde en universalidad.
Luego de trabar contacto vía chat, una menor llamada Hayley (Ellen Page, cruce de Caperucita con la Glenn Close de Atracción fatal), y un fotógrafo de modas, Jeff (Patrick Wilson), se dan cita. Ella sospecha que él pudo haber sido autor del secuestro, violación y muerte de una chica. Pero es una pura suposición, sin mayores evidencias. El, por su parte, sabe que la chica tiene sólo 14. Lo cual lo convierte en abusador potencial. Pero sólo potencial: antes del menor amague el tipo ya está con los pantalones bajos, atado a la mesa de la cocina y con Hayley preparando el set de cirugía. ¿Girl power? Sin duda, pero a qué precio... En lugar de un cruento episodio de la guerra de sexos (como lo era notoriamente Angel de venganza, de Abel Ferrara, donde una chica abusada se convertía en justiciera armada), Hard Candy se reduce así a una mera batalla entre casos clínicos.
FUENTE http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/5-4420-2006-11-09.html
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