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Frida Kahlo abrazando a uno de sus xoloescuintles en la Casa Azul, 1952. (Foto:Héctor García)
M éxico, 12 de junio, 2007. (Mónica Mateos-Vega/ La Jornada).- Además de los poco más de cien dibujos inéditos de Frida Kahlo y Diego Rivera que fueron descubiertos en el archivo que permaneció sellado casi cinco décadas en la Casa Azul de Coyoacán, y que dio a conocer La Jornada como primicia la semana pasada, este acervo reúne unos 30 mil documentos, entre fotografías, dibujos, cartas, libros, revistas rusas, notas de prensa, apuntes y conferencias de ambos artistas.
Debido a que existe un pacto de confidencialidad con los patrocinadores de las exposiciones que se realizarán este año con motivo del centenario del natalicio de Kahlo y para conmemorar el 50 aniversario luctuoso de Rivera, los allegados al proyecto han cerrado filas en torno al hermetismo.
Luego de que en estas páginas se publicó la noticia el 6 de junio, se adelantó la rueda de prensa que se llevaría a cabo a finales de mes, convocándola para ayer lunes.
Prevalece la cautela
Pero tal es la cautela respecto del tema, que los organizadores, después de enterarse de que La Jornada se reservaría la información que hoy publicamos, cancelaron el encuentro con los medios de comunicación y nuevamente anunciaron que será hasta el próximo 27 de junio cuando hablen del archivo íntimo de Diego y Frida.
La posposición de tal conferencia de prensa sucede, además, para no hacerle sombra a la exposición Frida Kahlo, 1907-2007 que se presentará en el Museo del Palacio de Bellas Artes, a partir de mañana miércoles por la noche, la cual recorrió la prensa esta mañana.
Auspiciada por los empresarios Alfredo Harp Helú y Roberto Hernández, entre otros patrocinadores privados, la muestra en el máximo recinto cultural del país se ha publicitado como la más grande reunión de obra pictórica de Kahlo de todos los tiempos.
También anuncian que se exhibirán documentos inéditos, pertenecientes a Cristina Kahlo, sobrina de la artista, entre ellos algunos manuscritos (alrededor de 50 cartas) y fotografías, por ejemplo, de Frida durante su primera comunión.
No obstante, el interés por los archivos de la Casa Azul es más grande en propios y extraños por tratarse de material íntimo y personal, como ha sido definido en diversas ocasiones.
La asociación civil Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México (Adabi), que preside María Isabel Grañén Porrúa, esposa de Harp Helú, es la responsable del proyecto de catalogación, restauración y digitalización del vasto archivo documental que muestra «el lado humano» de Rivera y Kahlo.
Además de una exposición que probablemente se realizará, en primera instancia, en la casa natal de Frida, la Adabi pretende que el público acceda a los papeles que atesoraron los artistas por medio de Internet.
Según señaló Grañén, un año después de iniciarse los trabajos de recuperación del material, en 2005, en este acervo «se encuentran muchas sorpresa» sobre la vida personal, académica y artística de Frida Kahlo y Diego Rivera.
Inventario descriptivo
Se estima que el proyecto, que está a punto de concluir a marchas forzadas y que consiste en realizar un inventario descriptivo, así como la digitalización de miles de papeles, tuvo un costo de unos 188 mil dólares, de los cuales una tercera parte fue aportada por Alfredo Harp Helú.
También participan el Fideicomiso Diego Rivera y Frida Kahlo (constituido el 16 de agosto de 1955) que administra la Casa Azul de Coyoacán; el Museo Dolores Olmedo, de La Noria, Xochimilco; el Museo de Anahuacalli, y la Universidad Nacional Autónoma de México, entre otras instancias.
Fue el propio muralista quien solicitó al constituir el fideicomiso para resguardar su obra y la de Frida, así como para legarla al pueblo de México, que los archivos con sus documentos y los de su esposa se guardaran en cajas y no se abrieran sino varios años después de su muerte.
El acervo fue abierto en enero de 2004, por el Comité Técnico del Fideicomiso Diego Rivera y Frida Kahlo, del Banco de México.
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