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Elena Garro (Foto: Archivo)
M éxico, 16 de junio, 2007. (Carlos Paul / La Jornada ).- La poesía de la dramaturga Elena Garro ha sido reunida en un volumen para su futura publicación, adelantó a La Jornada la investigadora Patricia Rosas Lopátegui, quien también escribió el prólogo del poemario.
Es una edición anotada, integrada por «60 poemas inéditos», con la que se quiere dar a conocer esa faceta poco conocida de la también novelista, explicó Rosas, luego de la clausura del Encuentro Internacional en Homenaje a Elena Garro, por sus 50 años de dramaturga, que se realizó ayer, domingo, en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
El volumen recopila poemas que «fueron escritos desde 1947 hasta los que escribió cuando estaba en el exilio en Madrid. Su poesía es intimista, de búsqueda. Hay algunos poemas políticos».
Para la investigadora, «es fundamental el rescate de ese material», el cual fue entregado por la propia autora a Rosas Lopátegui cuando ésta escribía una biografía de Garro.
El libro integra también algunas entrevistas con Helena Paz, su hija, quien contribuye con una serie de datos para entender mejor la escritura de esos poemas.
En ellos, de acuerdo con la investigadora, «no se ve reflejada la influencia de Octavio Paz. Creo que son dos creadores totalmente independientes. Al contrario, en muchos textos de Garro veo una especie de contestación. Por ejemplo, la obra de teatro El rastro (1957), de Garro, de alguna manera es una respuesta de ella, al capítulo de «Los hijos de la Malinche», de El laberinto de la soldedad, de Paz, en el que presenta la imagen de una mujer mexicana sumisa, inteligente, que no cuestiona, y Garro le contesta precisamente con esta obra, donde aparece una mujer que se enfrenta al marido, haciendo valer su inteligencia».
Este volumen de poesía inédita «está a la espera de un editor que pueda ofrecer una buena distribución del volumen –comentó Rosas–, pues, como se ha dicho muchas veces, a Elena Garro se le ha querido silenciar de muchas maneras, es importante que se dé a conocer su poesía. Ahí se tiene, por ejemplo, su tumba en Cuernavaca, que se está perdiendo, se encuentra en pésimas condiciones, la lápida está toda cuarteada».
En el acto de homenaje, Estela Leñero, Víctor Hugo Rascón Banda, Silvia Molina, María Luisa La China Mendoza, René Avilés Fabila y la propia Rosas Lopátegui coincidieron en destacar que Garro debe ser reconocida en el ámbito literario mexicano por su excepcional e intenso trabajo de novelista y dramaturga y no «como por desgracia ha sido, por su vida polémica, sus desafortunadas intervenciones en política y su complejo matrimonio con Octavio Paz, lo que le ha dado una ruidosa fama que no merece».
Es en sus palabras como creadora «donde hay que descubrirla, reconocerla y admirarle su magnificencia literaria; porque, más que por lo que hizo o no en su vida, al autor se le rescata por sus palabras», apuntó Leñero.
La dramática vida, los anhelos y diálogos del militar revolucionario Felipe Ángeles, protagonista de la única obra de teatro histórica escrita por Garro, sirvieron para describir y ejemplificar los propios avatares de la autora de Un hogar sólido y Los recuerdos del porvenir, pues «la línea divisoria entre lo que escribía y lo que vivía era muy tenue, su involucramiento con sus creaciones era total. Empero, ser autobiográfica no significaba retratarse: la complejidad de su pensamiento y su agudeza intelectual hacían que se reflejara en diversos espejos, recurriendo a metáforas, alegorías o historias familiares, mediante la cuales pudiera expresar su yo profundo».
Entre los comentarios se resaltó que la dramaturgia de Garro «es revolucionaria pues deja atrás el costumbrismo, los mensajes panfletarios. Nos brinda una nueva forma de hacer drama y farsa, con un tono poético y utilizando recursos vanguardistas. Como nadie, se vale de la fantasía y le da una nueva forma a la realidad. Su teatro siempre está entre dos realidades: ésta y la del más allá, entre dos espacios: el rural y el urbano, y entre la magia y lo cotidiano, con gran profundidad trágica».
Para concluir se llamó la atención respecto de que el teatro de Elena Garro se analiza más en el extranjero, mientras que en nuestro país es apenas estudiado.
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