Esta imagen fue tomada por un fotógrafo desconocido en el frente de Guadalajara en julio de 1937 pocos días antes de morir ella arrollada por un tanque durante la retirada republicana de Brunete. (Foto: International Center of Photography )
C iudad Juárez, Chihuahua. 7 de julio, 2009. (RanchoNEWS).- Las fotos de guerra de él y la primera retrospectiva de ella llegan a Barcelona. Una nota de Catalina Serra para El País:
La «pequeña rubia» la llamaban en el frente. Mujer, judía, de izquierdas y novia del fotoperiodista más famoso de la historia. Demasiado como para que la historia le hiciera justicia por sí misma. Hasta ahora. La primera retrospectiva realizada de la escasa obra de Gerda Taro, nacida Gerta Pohorylle (Stuttgart, 1910), es el fruto de un trabajo de investigación complejo, y no del todo cerrado, que se concentra en un solo pero intenso año, entre agosto de 1936 y julio de 1937, cuando murió atropellada por un tanque en Brunete. Nada ha quedado de las fotos que hizo en París antes de llegar a España junto a su novio, Endre Friedman, un húngaro judío tres años más joven que ella. Juntos se habían inventado, para poder cobrar más caro, el personaje de un fotógrafo estadounidense de nombre Robert Capa del que se suponía que ella era la asistente y él su ayudante. El pastel se destapó pronto y él se quedó con el nombre y con la fama, pero, muy al principio, tanto monta, monta tanto; las fotografías que vendían bajo este seudónimo podían ser del uno o de la otra.
La retrospectiva sobre su obra recala ahora, hasta el 27 de septiembre, en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) y, como le ha pasado siempre, llega acompañada de la amplia sombra que despliega otra magnífica exposición dedicada a las fotografías bélicas de Robert Capa. Si la de Taro incluye todo el material, extraordinario, que se le ha logrado atribuir hasta la fecha, la de Capa es un repaso de seis de sus reportajes de guerra: tres de la Guerra Civil española, uno sobre la invasión japonesa de China en 1938, las archifamosas instantáneas del desembarco de Normandía y las escalofriantes imágenes de la muerte de un soldado americano en Leipzig a manos de un francotirador alemán en abril de 1945.
Las dos exposiciones están organizadas por el International Center of Photography (ICP) de Nueva York e incluyen sólo tres de las imágenes inéditas encontradas en la famosa «maleta mexicana», ya que éstas serán motivo de una amplia muestra en otoño del próximo año. Aun así, la visita es imprescindible. Por el placer de ver copias de época de algunas de las imágenes más famosas del siglo XX y porque el montaje es impecable en la búsqueda, siempre polémica, de «la verdad» de los hechos que reflejan.
Era de esperar, de todas maneras, que esta «verdad» fuera discutida. La exposición de Capa se abre con la secuencia reconstruida, con fotos tanto de Capa como de Taro, de la famosa y polémica imagen de la Muerte del miliciano. Es la versión del ICP, según la cual lo que comenzó siendo una relajada escenificación para los dos fotógrafos acabó con una bala perdida y la muerte real del soldado. La de José Manuel Susperregui, publicada hace un mes en Sombras de la fotografía (Universidad del País Vasco), es otra. Asegura que ha identificado por una imagen de la serie que el escenario de la imagen no es Cerro Muriano sino Espejo (Córdoba). El combate llegó allí cuando la foto ya estaba publicada. Por lo tanto, afirma, es un montaje.
Galería
Alrededores de Barcelona, agosto 1936. Copia de época de una de las primeras imágenes tomadas por Gerda Taro a su llegada a Barcelona, ciudad en la que en aquel momento se vivía aún la euforia revolucionaria. La imagen fue publicada junto con otras de mujeres milicianas y voluntarias en la guerra en la revista Vu, de agosto de 1936. GERDA TARO / ICP
Barcelona, agosto 1936- Una de las imágenes icónicas de Gerda Taro durante su estancia en Barcelona. GERDA TARO / ICP
Una de las pocas fotografías inéditas de la exposición. Realizada por Gerda Taro en el frente de Segovia, en ella aparece el músico y militar Gustavo Duran, sobre su moto. La copia se había perdido hasta que en el reciente hallazgo de «la maleta mexicana» aparecieron los negativos originales. (Foto: Joan Sánchez)
Montaje de 40 fotografías que reconstruyen según el biógrafo de Capa, Richard Whelan, la secuencia de la Muerte del miliciano, la foto más famosa de la Guerra Civil. La secuencia incluye tanto fotografías de Robert Capa realizadas con su Leica como imágenes de Gerda Taro realizadas con una Rolleyflex, una cámara que daba los negativos cuadrados. Según Whelan, las distintas imágenes demuestran como los milicianos al principio posaban para los fotógrafos, pero finalmente un tiro real acabó abatiendo a dos de ellos. Según el profesor de la Universidad del País Vasco José Manuel Susperregui, precisamente en una de estas imágenes aparece un perfil montañoso que le ha permitido identificar el lugar no como Cerro Murriano, como se había dicho hasta ahora, sino los alrededores del pueblo de Espejo, en Córdoba, en donde no hubo combates en la fecha de la fotografía. Susperregui se suma así a las tesis que desde hace años aseguran que esta fotografía fue un montaje. MARCEL·LÍ SÁENZ
Tras la muerte de Gerda Tardo, Capa volvió a París y después aceptó el trabajo de viajar a China para cubrir la invasión japonesa. Salió en enero de 1938 y estuvo en el país siete meses como free-lance para la revista Life pero, oficialmente, trabajando como segundo cámara de Joris Ivens, que rodaba un documental que estuvo muy controlado por el entorno de Chiang Kai-Shek. En sus cartas, algunas de las cuales pueden verse en la exposición, Capa se quejaba mucho de esta falta de libertad para poder ejercer de fotoperiodista. En la imagen aparece un soldado chino. ROBERT CAPA / ICP
Imagen inédita de Robert Capa encontrada en los negativos de «la maleta mexicana». En ella aparece un miliciano en el frente del Segre, de diciembre de 1938. (Foto: Joan Sánchez)
Un visitante ante una de las famosas imágenes del desembarco de Normandia que captó Robert Capa el 6 de junio de 1944. El fotógrafo desembarcó con los soldados americanos en la playa de Omaha, y pudo disparar cuatro carretes de fotografías. Desgraciadamente, una vez en Londres, el ayudante de laboratorio las destruyó al secarlas. Se salvaron sólo once, de las que en la exposición se exhiben diez. (Foto: Marcel Lí Sáenz)
Leipzig, Alemania, 18 de abril de 1945. Casi al final de la guerra, Capa viajó a Leipzig con el ejército americano y mientras retrataba a dos soldados que con su ametralladora cubrían la entrada de las tropas aliadas vio como ante sus ojos un francotirador alemán mataba a uno de los americanos. La secuencia de estas imágenes es impresionante. En el mismo apartado se ve el trato agresivo que los americanos dieron en estos primeros momentos a los alemanes vencidos en unas imágenes que la censura no dejó pasar. ROBERT CAPA
REGRESAR A LA REVISTA