La sensibilidad de Sole, como le dicen sus compañeros. (Foto: JMV/ RanchoNEWS)
C iudad Juárez, Chihuahua. 25 de septiembre de 2009. (Jacqueline Rodríguez Jiménez / RanchoNEWS).- La danza flamenca se vivió en todo su esplendor gracias a la bailaora Soledad Barrio, quien estuvo en tierras fronterizas dando muestra de uno de las artes que identifica a la madre tierra.
Presentándose con su compañía Noche Flamenca, Barrio ofreció un apasionado espectáculo que conlleva los cánones de flamenco tradicional, que es la de mantener la esencia, pureza e integridad del canto, el toque y la danza, los tres pilares de esta expresión artística.
A sabiendas de que Soledad Barrio es la artista principal, su compañero de baile Manuel Reyes, dos cantaores y dos guitarristas, adquirieron igual importancia sobre el escenario, pues todos iban de la mano, haciendo cada quien lo suyo, en completa armonía.
La introducción estuvo a cargo de Soledad Barrio y su Noche Flamenca, título de la compañía, en donde se le pudo ver a la intérprete con ropa casual, intercalando sus pasos junto a los de su pareja, cediendo el espacio a los guitarritas, de igual forma a sus cantaores. Yendo del cante al baile, del baile al toque, siendo todos espectadores y a la vez todos participes.
La función estuvo conformada de cinco números musicales, en los que se pudieron disfrutarse un dúo de guitarra, un solo espectacular de Manuel Reyes, así como un dueto de voz y guitarra. Hay que destacar la iluminación que fue un factor predominante del espectáculo para marcar los espacios de cada uno de los artistas.
Por parte de Soledad Barrio se pudo ver en todo su esplendor con tres atuendos diferentes, el primero fue compuesto por pantalón de satín negro y blusa y zapatos verdes; para el dueto, utilizó un vestido blanco, y para el cierre, uno negro.
Uno de las actuaciones mas emocionantes fue el dúo de baile entre Soledad y Manuel, por la fuerza y sensualidad, esa complicidad que imprimieron a su interpretación en conjunto, provocando que se estremeciera la piel de los ahí presentes.
Para el final, Barrio se adueñó del escenario con una solea, esa mujer que siguió fielmente su instinto de niñez de convertirse en bailarina, ya que interpretó con gran fuerza y dramatismo, con pasión y tal gusto, que hace a quien la vea disfrutarlo de igual forma, logrando una gran ovación por parte del público que por varios minutos se mantuvo en pie alabándola y colmándola de aplausos.
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