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Manuscrito de «El original de Laura» (Foto:EFE)
C iudad Juárez, Chihuahua. 17 de noviembre 2009. (RanchoNEWS).- Tanta expectación como polémica ha suscitado este martes la publicación de una obra inédita e inacabada de Vladímir Nabokov (1899-1877), bajo el título El original de Laura, en contra de los deseos expresados por el propio escritor poco antes de su muerte. El lanzamiento simultáneo en Londres y Nueva York de este relato sobre un hombre que halla en una niña de doce años a la sustituta de su hija muerta no hace justicia, según el veredicto casi unánime de la crítica, a la talla literaria del autor de Lolita. Pero ante todo ha indignado en ciertos sectores del mundillo literario la decisión de su hijo, Dmitri, de vender los derechos del manuscrito, obviando las instrucciones precisas del testamento de Nabokov, que exigían su destrucción. Una nota de Patricia Tubella para EL País.
Un Nabokov de salud ya precaria comenzó a trabajar en la obra en 1975, dos años antes de su fallecimiento. Su viuda, Vera, decidió sin embargo preservar las 138 fichas escritas por ambas caras en las que el autor anotó el borrador del libro, el mismo formato que ahora reproducen fotográficamente las ediciones de Penguin (Reino Unido) y Knopf/Random (Estados Unidos). Dmitri Nabokov, de 75 años y postrado en una silla de ruedas, niega que los motivos crematísticos estén detrás de la salida al mercado de El original de Laura, 32 años después de la desaparición de su padre, decisión que asegura haber tomado por «razones de legado literario».
«El placer no es el mismo que el que proporciona una novela acabada, pero la intimidad de la lectura de las fichas tal y como las escribió Nabokov permite a los lectores penetrar en la interioridad del hombre y del escritor como nunca antes», sostiene el director editorial de Penguin Classics, Alexis Kirschbaum, en un artículo que publica el diario británico The Guardian para defender la posición de la familia del escritor de origen ruso.
Frente a críticas como la vertida por el novelista Martin Amis, asegurando que la lectura del manuscrito le ha convertido en testigo de la muerte de un genio, Kirschbaum asegura que «El original de Laura estaba ya completo en la mente de Nabokov, aunque no llegara a plasmarse sobre el papel. Admite, no obstante, que «desde un punto de vista moral podría argumentarse que no es correcto haber publicado la obra», si bien apostilla: «como admirador (de su obra) me alegro de forma egoísta de que no se hiciese caso a los deseos de Nabokov». El juicio no deja de ser interesado: Penguin Classics se propone reeditar la totalidad de la obra de uno de los grandes novelistas del siglo XX a lo largo de dos dos próximos años.
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