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El proyecto some aspects of color in general and red and black in particular se instala como una profundización de mi investigación en torno al medio fotográfico, puntualmente en torno a la especificidad de la fotografía macro, que en este caso se ve ampliada a escala monumental. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 8 de noviembre 2009. (RanchoNEWS).- La primera edición de la Trienal de Arte en Chile plantea nuevas perspectivas sobre los límites de la creación actual. Una propuesta descentralizada en la que los trabajos de los artistas van al encuentro del ciudadano. La trienal coincide estos meses con las bienales de Mercosul, en Brasil, y Cuenca, en Ecuador. Una nota de José Luis Estévez para El País:
La acusación más común contra el arte contemporáneo es la de ser una disciplina que funciona sólo bajo las reglas que las distintas comunidades que la integran se han comprometido a respetar, casi siempre de espaldas a los gustos y exigencias del gran público y sin importarle casi nada la función social y educativa que puede llegar a desarrollar. Esto se cumple en muchas oportunidades, pero a veces hay excepciones y una de ellas se está produciendo en Chile desde principios de octubre. La primera edición de la Trienal de Arte chilena tiene como uno de sus principales objetivos el llevar las expresiones artísticas de Latinoamérica a todos los rincones del país, desde Iquique a Valdivia pasando por la capital, Santiago.
El diseño del proyecto es muy ambicioso y no tiene parangón en toda Latinoamérica. Por primera vez las exposiciones y debates que forman el eje de cualquier acontecimiento de este tipo no se limitan a la capital del país o a una de sus principales ciudades. La trienal es un acontecimiento artístico casi inabarcable que se celebra en ciudades separadas por largas distancias. Es una de las raras ocasiones en las que se ha tenido menos en cuenta a los críticos, comisarios y turistas y se ha dado prioridad a la población local que va a tener ocasión de ver en su propia ciudad las obras de destacados artistas latinoamericanos. El carácter viajero de la trienal se ve reflejado en iniciativas como la del artista argentino Cristian Segura que ha optado por presentar sus piezas de vídeo fuera de los museos para exhibirlas en los autobuses que cubren las rutas interurbanas en Chile.
Uno de los aspectos fundamentales de la trienal es la reflexión sobre los límites del arte. Algo que ha podido verse no sólo en las exposiciones sino también en los numerosos debates celebrados en las distintas sedes. El comisario general de la trienal y ministro de Cultura de Paraguay, Ticio Escobar, explica que una de las preguntas que se harán los asistentes es qué es lo que puede considerarse arte en un mundo que ha acabado por banalizar esta palabra. Este planteamiento está muy presente en una de las muestras en Santiago, Aiwin; La imagen de la sombra, que presenta fotografías realizadas por indios mapuches sin conocimientos previos del arte fotográfico. La exposición, diseñada por el propio Escobar, ofrece un resultado sorprendente sobre las posibilidades de expresar inquietudes artísticas partiendo prácticamente de cero: «Entre nuestros objetivos está trabajar con la idea de que el arte contemporáneo no se define tanto por ocupar un puesto en un lugar consagrado como por sus efectos sociales. También se plantean cuestiones referentes a los conceptos de arte y de contemporaneidad».
En conexión con este experimento otra muestra ubicada en el Centro Cultural de La Moneda ofrece una interesante perspectiva sobre las conexiones entre el arte popular y el contemporáneo. Una mirada múltiple: el Museo del Barro trae hasta la capital chilena una amplia selección de los fondos del citado museo paraguayo que incluye piezas que arrancan en el periodo indígena y precolombino hasta obras del siglo XIX y del arte contemporáneo de ese país. Instalaciones, dibujos y esculturas de artistas actuales como Ricardo Migliorisi, Mónica González o Paola Parcerisa conviven en armonía con imágenes de santos y piezas de alfarería. No hay que olvidar que uno de los temas que plantea la trienal es el de subrayar los puntos de cruce entre el arte y otros sistemas culturales. Así, la religión, la política y el trabajo artesanal están presentes en una muestra que también sugiere un debate sobre el propio concepto de arte.
El comisario español Fernando Castro Flórez ha dirigido uno de los proyectos más ambiciosos de la Trienal. Se trata de la muestra El terremoto de Chile en la que, a través de las obras de una veintena de artistas chilenos de varias generaciones, se dibuja un panorama sobre los temas y lenguajes de los que se ocupan. El vídeo, la fotografía y las grandes instalaciones predominan en una exposición que ocupa las dependencias de una de las sedes del Museo de Arte ontemporáneo de Santiago. El buen momento del arte chileno queda patente en la espectacularidad y fuerza discursiva de las piezas seleccionadas.
La Trienal de Chile coincide durante varias semanas con otros dos acontecimientos artísticos destacados. La 7ª Bienal del Mercosur, que se celebra en la ciudad brasileña de Porto Alegre bajo el lema El grito y la escucha, tiene como eje principal una reflexión sobre el papel del artista en el mundo de hoy. La mayoría de las muestras tienen como comisarios a los propios artistas. La argentina Victoria Noorthoorn y el chileno Camilo Yáñez son los comisarios principales de esta bienal.
En Ecuador se abrirá a partir del 22 de octubre la X Bienal de Cuenca que por primera vez abrirá sus puertas a artistas de Europa, Asia y África, que se suman a la presencia habitual de creadores latinoamericanos. Intersecciones: Memoria, realidad y nuevos tiempos es el título general de un proyecto que también apuesta por romper fronteras aunque sea desde la modestia de una pequeña ciudad situada al sur de los Andes ecuatorianos.
Trienal de Chile 2009. Hasta el 5 de diciembre. www.trienaldechile.cl 7ª Bienal do Mercosul. Porto Alegre, Brasil. Hasta el 29 noviembre. bienalmercosul.art.br X Bienal de Cuenca. Ecuador. Hasta el 4 de diciembre. www.bienaldecuenca.org
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