Rancho Las Voces: Teatro / Estados Unidos: «La Strada» española de Fellini cautiva en las tablas neoyorquinas
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martes, noviembre 08, 2011

Teatro / Estados Unidos: «La Strada» española de Fellini cautiva en las tablas neoyorquinas

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Momento del montaje. (Foto: Cortesía)

C iudad Juárez, Chihuahua, 8 de noviembre 2011. (RanchoNEWS).- Sobre la calle 36, en el número 312 West de Manhattan está un gran edificio de hormigón. En el tercer piso, está el TBG (The Barrow Group Theater), un recinto pequeño pero perfectamente montado en el que no falta de nada: un lobby para esperar, un pequeño kiosco donde comprar refrigerios, una taquilla improvisada y una sala de teatro para 99 personas: es la estampa de un típico lugar Off Broadway. Una nota de Alejandra Musi para El Universal:

Cuando comienza la función la experiencia es un cóctel en el que se mezclan la emoción de poder tener tan cerca a los actores a quienes se les pueden mirar las arrugas de la cara y escuchar cuando agitan su respiración, con un gran libreto y dirección que dan como resultado una experiencia emocionante, imposible de vivir en un teatro a gran escala. Así es La Strada dirigida por Jorge Merced y Rene Buch que desde el 22 de octubre y hasta el 4 de diciembre se presenta en Nueva York.

Una adaptación en español para el teatro de la mítica película de Federico Fellini –ganadora del Oscar a Mejor Película Extranjera en 1956-, hecha por Gerard Vázquez y protagonizada por Luis Carlos de La Lombana (director artístico de la Compañía Teatral La Strada) Israel Ruiz, Winston Estevez, Nanda Abella y Adela María Bolet.

La obra cuenta la historia de Gelsomina (Nanda Abella), una joven frágil y misteriosa que es vendida por su familia a Zampanó (De la Lombana), un hombre violento que trabaja como actor itinerante y a quién Gelsomina ayuda en sus espectáculos. Cuando se unen a un circo ambulante todo se complica: ella se siente atraída por un payaso (Israel Ruiz), que le corresponde, y esto desata la furia de Zampanó.

«La historia de La Strada me cautiva, pues habla de tener que aceptar el camino que la vida a veces te marca pero sin olvidar lo que tú realmente necesitas para lograr ser feliz y no dejar que tu destino se defina por lo que la sociedad te pide o por lo que has creído que tienes que ser desde que eras un niño porque así te lo han dicho tus padres o dictado tus ancestros», reflexiona De la Lombana, quién desde que llegó a Nueva York hace cuatro años, sintió que la ciudad estaba llena de oportunidades para gente creativa. «A pesar de la competitividad es un lugar que te dice todo el tiempo, ‘si tú creces, yo crezco’. En el que la gente te ayuda a desarrollarte pues en el crecimiento del otro también está el tuyo», comenta el artista cántabro, premios Ace y Hola a mejor actor por su rol en La vida es sueño (2009).

Una ciudad «hispana»

Acerca de que estas obras se hagan en español, afirma: «Nueva York es una ciudad que cada vez es más hispana y en la que cada vez hay más norteamericanos interesados en nuestra lengua y cultura. Por ello los actores hispanos cada vez más tienen cabida aquí».

La historia de la obra, a pesar de haber sido escrita en 1956, toca un tema muy vigente como lo es el de la violencia hacia la mujer: «Es el típico caso de la víctima que aspira a redimir a su maltratador algún día y que no se puede separar de él. Pero creo que esta obra en particular tiene un gran mensaje y es cómo el maltrato hacia los demás acaba con la destrucción de uno mismo», apunta el actor que también ha trabajado en la pantalla grande bajo la batuta de Carolina Del Prado (Las tierras altas) y a quién le encantaría ser dirigido por Alfonso Cuarón: «Me encantó Y tu mamá también, es un director con el que me fascinaría trabajar. México es una tierra que quiero conocer más. René Buch, el director, siempre dice que México es un estado de ánimo, que ahí no existe el tiempo», cuenta.

Antes de prepararse para entrar a escena, Luis Carlos dice que no hay nada cómo estar tan cerca del público, «trabajas más como actor, estás más en la escena, pues son teatros muy íntimos. Es lo que me encanta de La Strada, que además, es una historia que te permite vibrar con el espectador», finaliza.


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