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Apenas hace unos días, National Geographic Channel estrenó ¿Quién mató a Jesús?. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 2 de abril de 2015. (RanchoNEWS).- Hay pasiones que matan, como interpretar a Jesús en el cine. Considérese el caso de Jim Caviezel, quien luego de hacer este papel en La Pasión de Cristo, dirigida por Mel Gibson, fue crucificado… artísticamente. El director fue acusado de antisemita y vino el viacrucis para el actor. La cinta, dijo, «arruinó mi carrera, pero no me arrepiento haberlo interpretado». Luego agregó, en tono filosófico: «todos tenemos que abrazar nuestras cruces». Una nota de Xavier Quirarte para Milenio.
Pero no todo es sufrimiento tratándose de cruces. Abrazarse a ella ha sido, con el debido respeto, un buen negocio para las industrias de cine de muchos países y han proliferado películas de todas las tendencias. A los hermanos Auguste and Louis Lumière se les atribuye la producción de la primera película sobre el tema en 1897: La Vie et la Passion de Jésus Christ. Los franceses filmaron una representación en el pueblo de Horitz en Bohemia.
Sin embargo, hay quienes indican que la primera vez que apareció la imagen del personaje, fue dos años antes en La Passion du Christ de Kirchner Léar. El director, por cierto, no era nada mojigato pues también es conocido por haber realizado películas pornográficas, como Le Coucher de la Mariee, con la actriz de cabaret Louise Willy.
En el año 97 del siglo antepasado se desató la fiebre de cintas que no ha parado hasta nuestros días. En aquel año se realizaron La Passione di Gesú, en Italia; Passion Play, en Estados Unidos y The Sign of the Cross, en Gran Bretaña. Apenas hace unos días, National Geographic Channel estrenó ¿Quién mató a Jesús? y seguramente seguirán otras, por los siglos de los siglos…
El bueno, el malo y el blasfemo
Hay pasiones para todos los gustos y disgustos. En un artículo titulado, con gran tino, «Jesucristo en el cine: el bueno, el malo y el blasfemo», Todd Hebert escribe que «ningún otro personaje ha inspirado tantas películas como Jesucristo. Algunas son excelentes (Ben Hur), otras son mediocres (Nativity Story), otras son terribles (La más grande historia jamás contada) y otras son simplemente locas (Ultrachrist!). »
Por supuesto hay Cristos en Cinemascope, cuando la gran industria de Hollywood tenía buen gusto y realizó cintas de gran presupuesto y pantalla gigante, como la citada Ben Hur, así como El manto sagrado y Rey de Reyes. También los hay musicales, como Gospel, donde aparece con maquillaje de payaso, o Jesucristo Superestrella, cinta semiroquera que ha envejecido bastante bien. Hasta Johnny Cash —quien puede presumir de haber pecado harto— se apuntó para narrar la historia bíblica en The Gospel Road y ha sido muy alabado (en una de esas hasta consiguió el perdón eterno).
¿Miniseries? Por supuesto: Está Jesús de Nazaret, dirigida por Franco Zeffirelli, que dura seis horas y media y, según dicen quienes la vieron, es la mejor película sobre el personaje. También está Jesus, producida por la CBS, de quien una clienta de Amazon asegura que, después de verla renació «cristiana de nueva cuenta».
Por supuesto que si se trata de reír, no puedo uno evadir La vida de Brian de Monty Python, ingeniosa hasta la crucifixión. Y si en Jesus Christ Vampire Hunter (2001) nuestro personaje se une al luchador El Santo (encarnado por Jeff Moffet) para acabar con los vampiros que dominan la tierra, en Ultrachrist! se enfrenta a Jim Morrison, Drácula, Hitler y Richard Nixon. ¡Se vale llorar!
¿Controversiales? ¡Faltaba más! Además de la citada película de Gibson, está La última tentación de Cristo, de Martin Scorsese, quien evade las grandilocuencias a que nos ha acostumbrado Hollywood, o Jesús de Montreal, sátira sobre una representación de actores en una iglesia, por no hablar de Color of the Cross y Son of Man, que sugieren un Jesús negro y, por lo mismo, crucificado. Hay que destacar también Elevangelio según San Lucas, de Pier Paolo Pasolini, quien en su tiempo dijo que era «una reacción contra el conformismo del marxismo. El misterio de la vida y la muerte, el sufrimiento y, particularmente de la religión, es algo que los marxistas no quieren considerar».
Terrenos polémicos
En su texto Jesucristo en el cine, el investigador Enrique Martínez-Salanova Sánchez refiere que Cecil B. DeMille tuvo problemas con Rey de reyes, película realizada en 1927, «con grupos judíos que pensaron que se los presentaba como culpables de la muerte de Jesús y protestaron airadamente. Para colmo, en la película de DeMille, los responsables de la muerte de Jesús eran Judas y Caifás, interpretados ambos por actores judíos. Por eso, cuando los productores de las películas eran judíos trataban que sus películas dejaran en claro que los culpables de la muerte del Galileo eran las fuerzas romanas, Herodes o personajes ficticios inventados para la ocasión (un sacerdote corrupto o el mismísimo Diablo), pero no los judíos. Y cuando los productores eran de cualquier otro credo, pero querían evitar problemas, también recurrían a idénticos recursos».
La supresión en Gran Bretaña de secuencias en las que aparecía Cristo en la película Gólgota (1935), de Julien Duvivier, indica el investigador, originaron «una tendencia reflejada en otros filmes posteriores que muestran la presencia de Jesús solo por algún signo: una sombra, una mano, la iluminación de los oyentes.»
Nicholas Ray rodaría su versión de Rey de reyes en 1961, pero a pesar de que muchos años habían pasado, la Legión de la Decencia de Estados Unidos dictaminó: «Aunque reconociendo el intento edificante de esta película, las licencias poéticas que se toman en el desarrollo de la vida de Cristo, hacen el filme inexacto teológica e históricamente y desde el punto de vista bíblico».
Enrique Martínez-Salanova asegura que Martin Scorsese, director de La última tentación de Cristo, provocó con su tratamiento de la novela del griego Nikos Kazantzakis «las iras de muchos católicos que no supieron distinguir el mensaje final en el que se muestra a Jesús venciendo la tentación en los minutos finales de su vida. La película ha sido objeto de diversas clases de censura en todas partes del mundo, especialmente en los países con más influencia del catolicismo. En algunos países no ha sido estrenada y algunas distribuidoras de dvd no la tienen en sus catálogos por temor a la intervención de integristas cristianos.»
El caso de México
En México la Pasión nos apasiona (la mayor prueba es la multitudinaria representación de Iztapalapa, que año con año abarrota las calles del barrio). Jesús de Nazaret, la primera cinta filmada sobre el tema data de 1942, y fue realizada a «sugerencia» de Manuel Ávila Camacho, como medida para acallar el malestar religioso luego de la Guerra Cristera. Jesús, en esta cinta, es argentino, José Cibrián, mientras que un joven español que haría carrera en México, Enrique Rambal, con incesante sesear lo interpretaría 10 años después en El mártir del calvario. Esta cinta es infaltable en la televisión nacional en esta época.
De risa loca, aunque fue filmada totalmente en serio, Cristo 70 relata la historia de un joven hippie que pasa por el mismo calvario que el homenajeado pero en la sociedad moderna. «Una historia que nos llega al corazón», se atreven a afirmar en Wikipedia sobre una cinta en la que privan los lugares comunes y el humor involuntario. Mejor cambiar a la sobria interpretación de Claudio Brook en Jesús nuestro Señor, que fue estrenada en pleno jueves santo de 1971. Amén.
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