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El escritor en el 2010. (Foto: Samuel Sánchez)
C iudad Juárez, Chihuahua. 13 de abril de 2015. (RanchoNEWS).- El escritor uruguayo Eduardo Galeano ha muerto este lunes a los 74 años de edad en Montevideo, según ha confirmado su editorial a este periódico. El pasado viernes ingresó en un hospital como consecuencia de un cáncer de pulmón. Desde su publicación en 1971, Las venas abiertas de América Latina se ha convertido en un clásico de la literatura política latinoamericana. Su obra, entre la que también destaca Memoria del fuego (1986), ha sido traducida a una veintena de idiomas, informa Magdalena Martínez, corresponsal de El País, desde Montevideo.
La noticia esperaba en las redacciones uruguayas desde muy temprano en la mañana. En una ciudad como Montevideo, donde todos se conocen, era difícil guardar la información de la muerte de Galeano, en uno de los mayores sanatorios de la capital. Pero, respetuosos, hasta las diez de la mañana, los medios locales aguantaron la noticia que sólo inundó las radios y las páginas web cuando la familia confirmó el deceso. Fuentes médicas informaron después que el autor de Las venas abiertas de América Latina llevaba varios días ingresado en estado grave, en la última fase de un cáncer de pulmón que venía arrastrando desde hacía varios años.
La última aparición pública del escritor tuvo lugar a finales de febrero de este año y fue para recibir al presidente de Bolivia, Evo Morales. El mandatario visitó Montevideo con motivo del cambio de mando entre José Mujica y el ahora presidente Tabaré Vázquez. En las fotos, Galeano aparecía delgado y sonriente, mientras recibía un libro de manos de Morales con los argumentos bolivianos para exigir una salida al mar, un libro que bautizó como el «Libro del Mar Robado».
El escritor era asiduo del Café Brasilero, en la Ciudad Vieja de Montevideo, y allí se lo encontraba el arquitecto y exalcalde de Montevideo Mariano Arana. «Eran momentos muy gratos los que pasábamos en ese local pequeño. Allí iba también Mario Benedetti. Galeano tenía una personalidad especialmente aguda y lúcida en su manera de expresar la realidad. Fue un referente para todo el país aunque no hizo la unanimidad», afirma Arana.
En las pasadas elecciones Eduardo Galeano volvió a mostrar apoyo público al izquierdista Frente Amplio, lo que motivó una dura carga de la oposición del Partido Nacional, que en su programa electoral proponía impulsar otros referentes culturales y lo calificaba de representante de la cultura oficial. Uruguay espera el regreso del presidente Tabaré Vázquez de la cumbre de Panamá para iniciar los homenajes al autor.
Antes de convertirse en un intelectual destacado de la izquierda latinoamericana, Galeano trabajó como obrero de fábrica, dibujante, pintor, mensajero, mecanógrafo y cajero de banco, entre otros oficios. Las venas abiertas de América Latina se publicó cuando Galeano tenía 31 años y, según reconoció después el propio escritor, en aquella época no tenía la formación suficiente para rematar la tarea. «[Las venas abiertas] intentó ser una obra de economía política, solo que yo no tenía la formación necesaria», dijo. «No me arrepiento de haberlo escrito, pero es una etapa que, para mí, está superada», añadió.
En 2009, durante la Quinta Cumbre de las Américas, el expresidente de Venezuela Hugo Chávez le regaló un ejemplar de esta obra de Galeano –prohibida por la censura de las dictaduras de Uruguay, Argentina y Chile– al presidente de Estados Unidos, Barack Obama. En esa ocasión, la obra saltó de la posición 60.280 de la lista de los títulos más vendidos de Amazon a la décima en solo un día.
El escritor fue preguntado después sobre este episodio. Respondió: «Ni Obama y ni Chávez entenderían el texto […]. Él [Chávez] se lo entregó a Obama con la mejor intención del mundo, pero le regaló a Obama un libro en un idioma que él no conoce. Entonces, fue un gesto generoso, pero un poco cruel».
Un cronista de su tiempo
13 de abril. Buenos Aires (Página 12).- El escritor y periodista uruguayo, autor de libros emblemáticos como Las venas abiertas de América Latina, Memoria del fuego y El libro de los abrazos, murió en Montevideo a los 74 años. El jurado que le entregó el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de La Habana en 2001 lo definió como «un recuperador de la memoria real y colectiva sudamericana y un cronista de su tiempo».
Eduardo Germán Hughes Galeano nació en Montevideo el 3 de septiembre de 1940, era hijo de Eduardo Hughes Roosen y de Licia Ester Galeano Muñoz, de quien tomó el apellido para firmar como escritor o periodista. Cuando era un adolescente comenzó a publicar caricaturas para El Sol, un periódico socialista en Uruguay, con el seudónimo de «Gius», también fue obrero en una fábrica de insecticidas y pintor de carteles entre otros oficios, a pesar de provenir de una familia de la clase alta.
Se inició como periodista a comienzos de 1960 como editor del semanario Marcha y del diario Época luego del golpe de Estado en su país del 27 de junio de 1973 fue encarcelado y posteriormente se instaló en la Argentina. Una década después fue el director de la revista cultural y política Crisis, fundada por Federico Vogelius (1919-1986): «Fue un largo acto de fe en la palabra humana solidaria y creadora (...) Por creer en la palabra, en esa palabra, Crisis eligió el silencio. Cuando la dictadura militar le impidió decir lo que tenía que decir, se negó a seguir hablando», dijo al cierre en agosto de 1976.
Ese mismo año, su nombre integró la lista de condenados por la dictadura militar argentina, presidida por Jorge Rafael Videla, y viajó a España. Allí escribió la trilogía Memoria del fuego (Los nacimientos, 1982; Las caras y las máscaras, 1984, y El siglo del viento, 1986) donde revisita la historia del continente latinoamericano.
Cronista de su tiempo, la visión de una América Latina unida se vio reflejada en su narrativa que se remonta a títulos como Los días siguientes (1963), los relatos de Vagamundo (1973), El libro de los abrazos (1989), Patas arriba. La escuela del mundo al revés (1998).
En 1985 regresó a Montevideo cuando Julio María Sanguinetti asumió la presidencia del país por medio de elecciones democráticas. Junto a Mario Benedetti, Hugo Alfaro, entre otros funda el semanario Brecha. Y luego su propia editorial El Chanchito. Además, integró la «Comisión Nacional Pro Referéndum» (entre 1987-1989), constituida para revocar la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, promulgada en diciembre de 1986 para impedir el juzgamiento de los crímenes cometidos durante la dictadura militar en su país (1973-1985).
Por su obra, Galeano fue galardonado con el Premio Casa de las Américas 1975, 1978; Premio del Ministerio de Cultura del Uruguay 1982, 1984, 1986, American Book Award 1989, Premio Stig Dagerman 2010 y Premio Alba de las letras 2013.
En ocasión de recibir el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de La Habana en 2001, el escritor dijo: «He amado a esta isla de la única manera que es, digna de fe, con sus luces y sombras», mientras que el jurado definió con certeza al escritor y periodista como «un recuperador de la memoria real y colectiva sudamericana y un cronista de su tiempo».
En 2004 escribió una Carta al señor futuro, que sintetiza sus anhelos. «Nos estamos quedando sin mundo. Los violentos lo patean, como si fuera una pelota. Juegan con él los señores de la guerra, como si fuera una granada de mano; y los voraces lo exprimen, como si fuera un limón. A este paso, me temo, más temprano que tarde el mundo podría no ser más que una piedra muerta girando en el espacio, sin tierra, sin agua, sin aire y sin alma», advierte en esa carta. «De eso se trata, señor Futuro. Yo le pido, nosotros le pedimos, que no se deje desalojar. Para estar, para ser, necesitamos que usted siga estando, que usted siga siendo –apunta–. Que usted nos ayude a defender su casa, que es la casa del tiempo».
Frases de Eduardo Galeano
El escritor uruguayo Eduardo Galeano, fallecido este lunes, 13 de abril, será recordado sobre todo por Las venas abiertas de América Latina. Junto a esta obra, El libro de los abrazos obtendría un buen puñado de votos en una hipotética votación sobre lo mejor de un escritor que, bajando al ámbito personal de cada uno, tendría alguna que otra opción. También sus frases, rotundas, concisas y afiladas, merecerían una clasificación. Pero aquí la selección, dada la abultada producción del pensador uruguayo, se hace mucho más compleja. Aquí recogemos algunas de ellas con su enlace al dónde y cuándo, escribe Álvaro Romero para El País.
Literatura y periodismo
De Juan Rulfo aprendí que se escribe por la otra punta del lápiz, la que tiene la goma de borrar.
Cortázar siguió creciendo hasta la muerte: manos, pies… Él, que no quería notoriedad y la naturaleza le hacía crecer y crecer sin cesar.
Le agradezco al periodismo que me haya sacado de la contemplación de los laberintos de mi propio ombligo.
Política
En el siglo XX la mitad del mundo sacrificó la justicia en nombre de la libertad y la otra sacrificó la libertad en nombre de la justicia y en el siglo XXI sacrificamos las dos en nombre de la Globalización.
El miedo nos gobierna. Esa es una de las herramientas de las que se valen los poderosos, la otra es la ignorancia.
Habitamos un mundo que trata mejor a los muertos que a los vivos. Los vivos somos preguntones, y somos respondones, y tenemos otros graves defectos imperdonables para un sistema que cree que la muerte, como el dinero, mejora a la gente.
El trabajo no vale nada, no hay plata que alcance, se hace el doble a cambio de la mitad. ¿Qué producen nuestros países? Brazos baratos. La realidad se vuelve chiste de humor negro: «Hay que apretarse el cinturón». «No puedo. Me lo comí ayer».
Las paredes son la imprenta de los pobres.
La libertad del dinero exige trabajadores presos de la cárcel del miedo.
Convendría que los tecnócratas, los que deciden desde la velocidad del vuelo de las moscas a la intensidad de los amantes, escuchasen las reflexiones de los niños.
Irak y el 15M
Sobre la guerra de Irak: «El mundo está loco, quizás la solución esté en un congreso internacional de psiquiatras».
Sobre el 15M: «El mundo, hoy, invita a ser indigno y la gente joven se ha negado a esa invitación. A mí me da una inyección de vitamina E: e de esperanza, de entusiasmo».
Fútbol
Para los intelectuales de izquierdas, el fútbol impide que el pueblo piense. Para los de derechas, prueba que piensa con los pies. ¿Que es un negocio? Eso vale para todo. ¿El sexo no lo es? Y los que saben me han dicho que el sexo no está mal.
Epílogo
RECORDAR: Del latín re-cordis, volver a pasar por el corazón...
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