La académica sueca Katarina Frostenson al recibir un premio literario en Copenhagen en 2016. (Foto: Reuters)
C iudad Juárez, Chihuahua. 11 de abril de 2018. (RanchoNEWS).- El Premio Nobel de Literatura se falla cada año en octubre pero tiene en abril uno de sus momentos decisivos. Es en este mes cuando la Academia Sueca estudia entre 15 y 20 nombres para ganar en otoño. Estas semanas culmina un periodo de selección que comienza en septiembre, cuando el Comité Nobel –una comisión de cuatro académicos- envía 700 cartas a personas e instituciones invitándolas a proponer candidatos. El Comité deja la larga lista resultante en una veintena de escogidos y en abril los presenta al pleno de la Academia, que cuenta oficialmente con 18 miembros (la mitad, mujeres). En mayo quedan cinco finalistas y entre junio y septiembre todos leen y debaten la obra de los elegidos. Un mes después lo anuncian al mundo.
Este año, sin embargo, las acusaciones de acoso sexual y las sospechas de filtración en el pasado reciente del nombre de alguno de los ganadores sacude los cimientos de una corporación de 230 años de antigüedad y que desde 1901 otorga el galardón más influyente de las letras universales. La reciente dimisión de tres académicos no ha hecho más que ahondar en la herida. En el ojo del huracán está Katarina Frostenson, académica desde hace 26 años, miembro asociado del Comité Nobel y esposa del dramaturgo y fotógrafo francés Jean-Claude Arnault. Ambos son los promotores de Fórum, un centro cultural vinculado a la Academia Sueca que se convirtió en piedra de escándalo cuando, en noviembre pasado, y con el impulso del movimiento #MeToo, Arnault fue acusado de abusos sexuales por 18 mujeres. A ello se añadió la sospecha de que el origen de la filtración de los galardones concedidos a los franceses J. M. G. Le Clézio en 2008 y a Patrick Modiano en 2014 fue el propio Arnault.
Javier Rodríguez Marcos reporta para El País
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