Momento de la representación. (Foto: Jaime Moreno Valenzuela)
C iudad Juárez, Chihuahua. 11 de abril de 2018. (RanchoNEWS/JMV).- En la segunda jornada del Festival XLIII del Siglo de Oro, la compañía española Teatro Inverso presento Rosaura una adaptación de La vida es sueño (1636) de Pedro Calderón de la Barca.
Paula Rodríguez y Sandra Arpa, fundadoras de la compañía Teatro Inverso, directoras y a la vez interpretes de esta adaptación del clásico caldenorista nos brindan una nueva revisión, enfocada en el personaje femenino, Rosaura.
Usando varías técnicas desde el storytelling, apoyadas con la iluminación (sombras y luces), la danza, viewpoints, teatro físico y antropológico, donde lo corpóreo está presente a lo largo del montaje y el resultado es lúdico.
La obra transcurre en dos ejes la historia contada y el texto de Calderón.
Revisar la lucha de Rosaura por recuperar su honor y la valentía de ella es tomada por Paula y Sandra para atreverse a poner la perspectiva de mujer en tono poético y jueguetón, el texto de Calderón.
Hace dos años y medio empezaron esta aventura, la cual cuenta con una versión bilingue (al ingles, cabe aclarar que en esta versión los textos de Calderón son en español), su afición por hacer teatro de Siglo de Oro y buscando tomar un rumbo en sus carreras abrazan la idea de este proyecto y conforme avanzan descubren lo contemporáneo que es el tema, la dignidad sigue afectada en el mundo.
Podemos decir que la búsqueda de la identidad hace de eje principal en la adaptación, si bien es la identidad de Rosaura también nos ayuda a entender a Segismundo como el líder y sus implicaciones.
Con la energía y honra que Rosaura se viste de hombre, cabalga, burla, encara, se defiende y enfrenta su destino para encontrarse así misma, lo hacen Paula y Sandra, envestidas en compañía teatral, brindan esta rítmica visión que por otro lado es bastante didáctica, nos lo advierten las contadoras de la historia al principio de la obra, en un espacio vació con dos linternas nos dicen: «si en algún momento se pierden, pueden preguntarnos».
La cuarta pared no existe, las narradoras de la historia la derrumban desde el inicio, pulsando así a su público y creando un puente suficientemente fuerte para viajar con Rosaura al Siglo de Oro.
«Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son».
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