Rancho Las Voces: Fotografía / México: Por el Camino Real de Tierra Adentro
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miércoles, abril 18, 2007

Fotografía / México: Por el Camino Real de Tierra Adentro

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Imagen tomada por Eniac Martínez en San Francisco de Conchos, Chihuahua. (Foto: Archivo)

M éxico, 18 de Abril, 2007. (Ana Mónica Rodríguez, Arturo García Hernández /La Jornada).- Una vez sometida la gran Tenochtitlán, los conquistadores iniciaron una serie de expediciones con el propósito de expandir sus dominios y obtener mayores riquezas para la corona española. Al principio siguieron los senderos con las «frágiles huellas» de los nativos que intercambiaban mercancías entre el norte y el sur. En 1598 consolidaron y ampliaron un trayecto de 3 mil kilómetros que llegó hasta lo que hoy es Santa Fe, en Nuevo México. Dicha ruta recibió el nombre de Camino Real de Tierra Adentro.

Cuatro siglos después, en el año 2000, el fotógrafo Eniac Martínez se dio a la tarea de recorrer, cámara en mano, esa ruta para registrar la actualidad de las distintas regiones que atravesaba. Del recorrido nació un libro extraordinario, de gran belleza y enorme valor testimonial: Camino Real de Tierra Adentro.

«Es un viaje por la historia y por el tiempo», dice Martínez en entrevista sobre el ambicioso proyecto fotográfico en el que invirtió seis años de trabajo y que lo llevó del Distrito Federal a Santa Fe, cruzando por los estados de México, Querétaro, Guanajuato, San Luis Potosí, Aguascalientes, Zacatecas, Durango, Chihuahua y Texas.

El libro –auspiciado por los institutos Nacional de Antropología e Historia, Cultural de Aguascalientes y la Fundación Televisa– reúne una selección de 80 fotografías y se complementa con un texto de los investigadores Enrique Lamadrid, Jack Loeffer y Tomás Saldaña, quienes cuentan la historia del Camino Real, el más antiguo de Norteamérica:

«Los caminos reales fueron las rutas principales de transporte para la comunicación, el cambio cultural y el comercio. El ejército virreinal, organizado en compañías volantes de caballería ligera, protegía a los viajeros, el ganado y las mercancías», explican los especialistas.

Existieron cuatro troncales del Camino Real que unían a la ciudad de México con Acapulco, Veracruz, Audiencia (Guatemala) y Santa Fe: «Conformaban una cuádruple ruta repleta de caminantes, carretas y recuas de mulas».

El Camino Real de Tierra Adentro siguió una ruta marcada por el terreno: «La actividad volcánica y un clima inclemente labraron una tierra rica en depósitos de plata, cobre, oro, ópalos, turquesas y sal. Los desplazamientos de las placas tectónicas abrieron en el centro de Nuevo México una grieta de más de kilómetro y medio de profundidad, la segunda más larga del mundo. Las aguas del deshielo que fluían hacia el valle formaron el río Bravo y éste fue llenando con sedimentos la profunda brecha».

Durante miles de años, los indígenas nómadas vivieron de la caza y la pesca en la zona. Después la agricultura los arraigó. Con el tiempo surgieron y florecieron ½grandes civilizaciones». Y mucho antes de que los europeos llegaran, ya tenían establecida la red de comercio que después se convertiría en el Camino Real.

En abril de 1598 -señalan los investigadores- «un grupo adelantado de soldados se pierde en el desierto al sur del Paso del Norte, buscando la mejor ruta al río Bravo. Un indio cautivo llamado Mompil traza en la arena un mapa del único paso seguro, que pronto formará parte del Camino Real de Tierra Adentro".

Ahora, con sus fotos panorámicas, Martínez da cuenta de la actual diversidad cultural y geográfica que comprende la ruta, y nos aproxima a ese intangible transcurrir del tiempo, la superposición de épocas, la gente, las costumbres, y todo aquello que permanece vivo, aunque a menudo oculto o ignorado.

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