.
Una de las cuatro ventanas abiertas al público en en recinto religioso (Foto: Francisco Olvera)
M éxico, 22 de Enero 2007. (ANA MONICA RODRIGUEZ/La Jornada).- La historia del avasallamiento de la cultura mexica luego de la llegada de los españoles, la construcción de Catedral Metropolitana encima de edificaciones prehispánicas y algunos restos de la arquitectura colonial pueden observarse, juntos, en cuatro cavidades hechas ex profeso en el atrio del recinto religioso más importante de México.
Los vestigios prehispánicos y coloniales descubiertos por especialistas del Programa de Arqueología Urbana (PAU) durante los trabajos de cambio de piso en el atrio de la Catedral Metropolitana en agosto de 2005 ya se encuentran a la vista del público con la apertura de las cuatro ventanas arqueológicas, que son las primeras (de 31 abiertas hasta ahora) permitidas por primera vez en un espacio abierto.
El hallazgo de muros coloniales con pintura roja y una cenefa con flores, además de tres fragmentos de basamentos prehispánicos integran los hallazgos que pueden verse en una ventana si se observan de oriente a poniente, mientras que los visitantes podrán admirar en una segunda oquedad la pared de una habitación que incluye una pintura mural.
En una tercera ventana sobresalen las escalinatas que conducen a una pequeña capilla, además de un muro del lado poniente con azulejos que datan de los siglos XVII o XVIII. En los peraltes sobresalen azulejos con imágenes de niños, y en la curta, un muro con pintura y diseños denominados de medio pañuelo en colores rojo y blanco.
Las otras ventanas
Con el apertura de las cuatro ventanas arqueológicas en la Catedral Metropolitana ahora suman 31, incluidas las que se encuentran en diversos lugares y recintos del Centro Histórico.
En el caso de la recinto religioso, debajo se encuentran vestigios de una pirámide y de un glifo que pueden visitarse con el auxilio de un guía.
En otros casos las ventanas se observan a primera vista, porque se hallan en el interior de edificios o bajo la tierra, adonde se entra por desconocidos túneles y pasadizos para encontrarse con lo inimaginable: fragmentos de ruinas prehispánicas y coloniales.
Esas ventanas arqueológicas se ubican, en la zona arqueológica del Templo Mayor, los patios marianos de Palacio Nacional y la Real Audiencia, el edificio del ex arzobispado, la iglesia de Santa Teresa La Antigua y en el Palacio de la Autonomía Universitaria.
También pueden visitarse en los edificios de la primera imprenta y del Marqués del Apartado; en el Colegio de Cristo; en el Centro Cultural España; en el Museo de la Caricatura y, ahora, en el atrio de la Catedral Metropolitana.
Con los recientes hallazgos en el predio Las Ajaracas, al pie del Templo Mayor, el PAU instalará otras ventanas arqueológicas en las cuales se exhibirá parte del arquitectura mexica escalinatas y muros de las antiguas edificaciones, principalemente descubierta luego de los trabajos de excavación.
En agosto de 2005, José Alvaro Barrera, informó a La Jornada que en los trabajos de rescate y salvamento que realiza su equipo, además de la pintura mural, escalinatas y muros, fueron hallados diversos entierros y osamentas en el atrio, debido a que "durante la Colonia ese espacio fue un cementerio".
Entre los cráneos y restos óseos descubiertos entonces, figura el de "un individuo en cuyas características sobresalen su disposición mortuoria: posición dorsal extendida con los brazos cruzados sobre el tórax y estatura de 1.75 metros", indicó.
El año pasado, los especialista adscritos al Museo del Templo Mayor explicaron que las primeras observaciones antropológicas realizadas al individuo revelaban que era de sexo masculino y tenía entre 35 y 40 años, de origen europeo.
REGRESAR A LA REVISTA