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C iudad de México, 1 de enero de 2007 (El Universal).- Otra vez, como en años anteriores, la Secretaría de Hacienda envió a la Cámara de Diputados un presupuesto para el subsector cultura menor al ejercido el año anterior.
Otra vez, la Comisión de Cultura de dicha Cámara dictaminó, por unanimidad, un presupuesto mayor. Y otra vez, como en años anteriores, la Comisión de Presupuesto redujo las adiciones y reasignaciones dictaminadas por la Comisión de Cultura.
Y otra vez, el pleno de la Cámara votó un presupuesto insuficiente, con reasignaciones ajenas al sector, como recursos para el Instituto Mexicano de la Juventud y para las ciudades consideradas Patrimonio de la Humanidad.
Y de nuevo, los creadores, artistas y trabajadores de la cultura hablaron con diputados y coordinadores de los partidos para tratar de sensibilizarlos ofreciendo palabras y razones.
Los miembros de la Legislatura anterior fueron convencidos por el libro ¿Cuánto vale la cultura?, coordinado por el doctor Ernesto Piedras, del CIDE, donde se demuestra que las industrias culturales aportan 6.7% del PIB, mientras que el gobierno otorga al subsector cultura sólo 0.06%. Por eso, entonces, aprobaron un presupuesto suficiente.
Ahora, el escenario cambió. La cobija se hizo más pequeña, porque en el Senado los cabilderos de las compañías refresqueras impidieron la creación de un impuesto de 5% a los refrescos, y porque en el proyecto de presupuesto lo que se redujo a educación, ciencia y cultura se incrementó al Ejército y al gabinete de seguridad, incluida la PGR.
Extraña estrategia de Estado. Ante el tejido social enfermo, se castigan las consecuencias, narcotráfico e inseguridad, a costa de la prevención, las vacunas, que son la educación, la ciencia y la cultura. Se descuida el tejido sano, el alma de los niños y los adolescentes, base de la sociedad futura, para reprimir la delincuencia presente. Sin el acceso a la educación, la ciencia y la cultura, estos niños y jóvenes serán más vulnerables a la delincuencia del futuro y no habrá presupuesto que alcance para perseguirlos.
Los diputados de la Comisión de Presupuesto nos ofrecieron una falsa elección. Dinero para la danza o para el agua; para los libros o para puentes y electricidad; para el arte o para carreteras. Falso sofisma. El agua es el alimento del cuerpo, pero el arte lo es del espíritu; los libros, como los puentes, comunican, y como los postes de luz, iluminan. Una sociedad que lee es más crítica, más tolerante, más democrática.
Arte y cultura contra la violencia y contra la animalidad. Parece sencillo, pero ¿cómo explicar esto al secretario de Hacienda y a los nuevos legisladores, productos de un sistema educativo defectuoso, sin contenidos artísticos, reprobado en todas las evaluaciones de los organismos económicos internacionales?
México requiere una política de Estado, no de gobierno, que atienda las recomendaciones de la UNESCO: 1% para cultura, 1% para la ciencia y 8% para educación. ¿Es mucho pedir?
P. D. Al momento de ser publicado el presupuesto para el subsector cultura en el Diario Oficial de la Federación, una mano negra lo modificó y le redujo mil 300 millones, omitiendo también la mención de los programas etiquetados que debería ejercer el Conaculta. ¿Es posible que esto suceda en una sociedad democrática? Por fortuna la comunidad cultural y los diputados de la Comisión de Cultura se dieron cuenta de esta argucia. Como dice la policía francesa, ¿a quién beneficia este crimen? Habrá una fe de erratas y el presupuesto será ejercido tal como fue aprobado. ¿No parece esto un berrinche infantil de esa mano negra?
Empiezan a aparecer en algunos periódicos notas y colaboraciones firmadas con seudónimos en las que se denigra a algunos de los participantes de la marcha de protesta por el presupuesto de Cultura. Así pasaba en la época de Hitler con los escritores y artistas que protestaban; primero se les difamaba para desprestigiarlos y luego se les reprimía. Ojalá que estos ataques no sean el preludio y presagio de una época de intolerancia en nuestro país.
Víctor Hugo Rascón Banda
Dramaturgo y presidente de la Sociedad General de Escritores de México
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