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Bajo el agua Pilar Luna lee un libro en un descanso mientras descubre mundos ocultos. (Foto: BBC)
Ciudad Juárez, Chihuahua. 2 de julio de 2010. (RanchoNEWS).- En sus 30 años de vida, la arqueología subacuática en México ha logrado desarrollarse y consolidarse en diversas áreas que van desde la formación de especialistas hasta el uso de tecnología avanzada, informa la agencia
Notimex desde la Ciudad de México.
Además del estudio de los primeros pobladores de la península de Yucatán, hace más de 10 mil años, hasta la investigación de embarcaciones hundidas de los últimos cinco siglos.
Los retos y los logros de este camino recorrido han quedado plasmados en una serie de documentales que muestran lo mismo las primeras exploraciones en el Manantial de la Media Luna, en San Luis Potosí, realizadas con equipo rudimentario en los años 80, que trabajos recientes con sistemas de detección remota en el Golfo de México.
El ciclo de nueve documentales, que abarcan la diversidad de proyectos que desarrolla la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS), del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), se proyectará del 5 al 9 de julio en el Museo Nacional de Antropología (MNA).
La pasión por estudiar y preservar el patrimonio cultural que yace bajo las aguas marinas y continentales de México, y descubrir con ello las historias que encierran estos sitios arqueológicos, ha sido el motor del equipo que dirige la arqueóloga Pilar Luna Erreguerena, subdirectora de Arqueología Subacuática.
Para la arqueóloga Helena Barba Meinecke y la ingeniera en Bioquímica y Recursos Acuáticos, Flor de María Curiel, quienes forman parte de este equipo de especialistas, los arqueólogos subacuáticos son como «detectives de las profundidades», que lo mismo exploran en aguas marinas someras y tranquilas, que en cuevas inundadas a cientos de metros profundidad.
«En cuanto al mar, podemos hacer toda la planeación que queramos, pero éste es tan impredecible que de un instante a otro la situación cambia y eso nos obliga a mantenernos muy atentos. Tiene que haber una capacitación constante e intensa, porque esta actividad tiene un grado de dificultad mayor que la arqueología que se hace en tierra», declaran.
En algunos de los proyectos que se realizan en mar es necesario utilizar tecnología avanzada, capaz de detectar vestigios culturales a profundidades más allá del alcance del buceo.
Uno de estos proyectos es el de la Flota de la Nueva España de 1630-1631, del cual hablará la historiadora Flor Trejo Rivera en el documental del mismo título, y que será uno de los dos que abrirán el ciclo este lunes.
El avance tecnológico también ha sido notorio en los equipos de buceo y de filmación que se han usado a lo largo de las tres décadas de esta disciplina en México.
En los primeros años se utilizaban equipos de buceo de mediados del siglo XX, que poco a poco fueron resultando insuficientes para los requerimientos de las investigaciones. Lo mismo sucedió con las cámaras fotográficas y de video.
En 1981, cuando se filmó el documental sobre el Manantial de la Media Luna, en SLP, –el cual abrirá este ciclo presentado por los arqueólogos Raúl Arana Álvarez y Pilar Luna– se recurrió a una cámara de cine depositada en una caja de acrílico para poder sumergirla, ya que las cámaras de video aún no existían.
Ahora es posible hacer arqueología subacuática casi en cualquier ambiente, como en las dos lagunas que se encuentran en el cráter del Nevado de Toluca, utilizando trajes secos para protegerse del frío; o en los cenotes y cuevas inundadas de Yucatán y Quintana Roo, donde los arqueólogos y espeleobuzos requieren de entrenamiento y equipo especializados.
Los documentales que se proyectarán en el Museo de Antropología ofrecen un panorama que muestra por qué México está a la vanguardia en esta disciplina en Latinoamérica, y por qué es reconocido internacionalmente como un país que investiga y protege su patrimonio cultural subacuático.
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