Enriqueta Ochoa. (Foto: Archivo)C iudad Juárez, Chihuahua. 2 de noviembre 2010. (RanchoNEWS).- El Ayuntamiento de Torreón a través de la Dirección Municipal de Cultura y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), anuncian al ganador de la edición XVII del Premio Nacional de Poesía «Enriqueta Ochoa», que para esta emisión es la escritora Carmen del Rosario Ávila Jáquez, quién participó con el poemario Postales del Exilio bajo el seudónimo de «Ginebra». De la redacción de Milenio:
La ganadora recibirá un estímulo económico de 75 mil pesos, la publicación de la obra con editorial Jus y la presentación de la misma en la Feria del Libro del Palacio de Minería. El jurado conformado por especialistas, deliberó en el centro de lectura «Condesa» en la Ciudad de México el pasado día 8 de octubre.
Con el aumento que se logró de la bolsa para este año gracias a la gestión del Ayuntamiento de Torreón y el convenio editorial que se tiene con Jus, el Enriqueta Ochoa, dirigido a todos los poetas de la República, se ha convertido en uno de los premios literarios más importantes en el Estado.
El premio se ha constituido como un homenaje perene a la memoria de la poetisa de estilo íntimo y diáfano, Enriqueta Ochoa que nació en Torreón, Coahuila en 1928, exploró la religiosidad, el misticismo y los arrebatos humanos que nacen de los impulsos que inspiran el encuentro con mundos desconocidos, como el del sueño y la muerte.
Fue maestra de diversas instituciones y formadora de poetas, comenzó a versificar a los 9 años. Maestra normalista en el norte del país, publicó sus primeros versos en la revista Fuensanta de Jesús Arellano.
Al poco tiempo, comenzó a colaborar en Ariel de Emmanuel Carballo. Fue a través de éste que tuvo su primer contacto con los poetas capitalinos Jaime Sabines, Rosario Castellanos y Dolores Castro, con quienes sostuvo un prolongado intercambio de cartas en que comentaban mutuamente sus poesías.
Publicó su primer libro en 1950, bajo el título Las Urgencias de un Dios. Casi 20 años después, publicaría Los himnos del ciego (1968) y el poema Las Vírgenes Terrestres (1970), donde reflexiona acerca de los problemas vitales desde su perspectiva femenina.
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