.
Imagen de Joaquín Blez. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua, 14 de febrero 2012. (RanchoNEWS).- Lo primero que a uno le viene a la mente al hablar de «fotografía cubana» con mayúsculas, son las imágenes legendarias la revolución y sus líderes… el Che Guevara jugando al golf con Fidel Castro; Sartre y Simone de Beauvoir compartiendo con los barbudos en un campo de caña; el Comandante subido a un tanque o puro en mano frente a una batería de micrófonos durante uno de sus interminables discursos; la Plaza de la Revolución tomada por guajiros con sombreros de yarey… a lo más, algunos retratos de niños en bohíos miserables tomados en los últimos años del régimen de Fulgencio Batista. Una nota de Mauricio Vicent para El País:
La iconografía de la revolución es poderosa y está tan asociada a las fotografías de Korda, Raúl Corrales, Osvaldo Salas y otros testigos de aquellos primeros años de revolución, que mucha gente desconoce –incluso dentro de Cuba– que existe una fotografía «de vanguardia» anterior a 1959. Para descubrirla, el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) –que ya organizó hace dos años una gran muestra de la fotografía de la revolución– inaugura hoy una exposición de 11 fotógrafos que realizaron su obra en la primera mitad del siglo pasado y contribuyeron a modernizar el lenguaje artístico de la fotografía cubana.
Las imágenes –107 fotografías prteneecientes mayoritariamente a la colección de la Fototeca de Cuba– incluyen, por ejemplo, los primeros «ensayos» con el desnudo femenino realizados por Joaquín Blez (Santiago de Cuba, 1986-La Habana, 1974), muchos publicados en la revista Carteles y que provocaron una polémica en la isla sobre la legitimidad del desnudo artístico. Blez, al decir de la comisaria de la exposición, Llilian Llanes, fue el que dio el primer paso en la búsqueda de la modernidad fotográfica en el arte cubano al combinar dialécticamente «tradición y la contemporaneidad». Sus desnudos en pose –que ahora pueden parecer inocentes, pero hay que tratar de entender lo que era la sociedad cubana de entonces– aparecen junto a fotos de modelos, como la que sirvió para el cartel conmemorativo de las actividades por el centenario de la fotografía en La Habana, en 1939,y al lado de ellos las imágenes modernistas de José Manuel Acosta (Matanzas 1895-La Habana 1973).
Acosta era también dibujante y colaborador habitual de la revista Social, y en géneros tan tradicionales como el retrato y el paisaje urbanos exploró nuevos caminos y experimentó con temas también nuevos. Según Llanes, Acosta trató de captar el juego de las formas y estructuras arquitectónicas modernas que iban surgiendo en las ciudades y ofreció composiciones inéditas para la época, como la elaborada a partir de los techos de estructuras de acero de las fábricas, que pueden apreciarse en la exposición.
Fotografía de vanguardia en Cuba, así se llama la muestra del IVAM, incluye a otros artistas como Tito Álvarez, Ricardo Repilado, Felipe Atoy, Abelardo Rodríguez o Raúl Corrales –este también parte de los fotógrafos de la revolución–, seleccionados para esta muestra por ser los pioneros que asumieron «de manera consciente» la fotografía como medio para sus experimentaciones artísticas. Ahí están los paisajes rurales, la ciudad que se transforma y palpita, los testimonios urbanos, los desnudos de Blez, en fin, las imágenes de una fotografía cubana virgen de revolución.
REGRESAR A LA REVISTA