Rancho Las Voces: Arquitectura / México: La arquitectura de Pedro Ramírez Vázquez «no es para verla, sino para vivirla»
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jueves, febrero 27, 2014

Arquitectura / México: La arquitectura de Pedro Ramírez Vázquez «no es para verla, sino para vivirla»

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Rafael Tovar y de Teresa, Javier Ramírez Campuzano, María Teresa Franco, Miguel Ángel Porrúa y Augusto Álvarez en el auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología.  (Foto: Carlos Ramos Mamahua)

C iudad Juárez, Chihuahua. 27 de febrero de 2014. (RanchoNEWS).- La arquitectura, para Pedro Ramírez Vázquez (1919-2013), era una disciplina de servicio y creía que en lo esencial ese era el objetivo de su profesión, diseñar espacios que sirvieran para el uso al que se les destina: «La arquitectura debe estar al servicio de los demás, no del autor», decía. Una nota de Mónica Mateos-Vega para La Jornada:

Así lo recordó el presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Rafael Tovar y de Teresa, durante la presentación del libro Arquitectura, dedicado a uno de los creadores de espacios más relevantes del siglo XX en México.

Coeditado por Porrúa y la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), el volumen incluye las memorias del arquitecto, así como sus primeros dibujos, croquis, bocetos, fotografías, además de anécdotas y detalles acerca de sus proyectos más importantes, como el edificio de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, el antiguo edificio de la Secretaría de Relaciones Exteriores, el pabellón de México en la Exposición Universal Sevilla 92, el estadio Azteca y la basílica de Guadalupe, sin faltar su propuesta de aulas rurales prefabricadas, entre otros.

Sus obras son «construcciones hechas a la medida del hombre: principio que dio a México obras socialmente útiles y de gran aliento, que han enriquecido la práctica de la edificación y el entorno en el que están asentadas», continuó Tovar.

Trascender en su propia obra

En un encuentro efectuado la noche del martes en el auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología (otro de sus edificios emblemáticos que este 2014 celebra 50 años), el editor Miguel Ángel Porrúa apuntó que Ramírez Vázquez fue un mexicano ejemplar, «su vocación se centró en cumplir lo que él consideró la más alta aspiración del ser humano: trascender en su propia obra. Recuperó el legado de los pueblos mesoamericanos en cuanto a la necesidad de respetar y reflejar el sentido de identidad, al tiempo de conservar la armonía del paisaje y la funcionalidad de la obra. La arquitectura, señalaba, no se hace para verla, sino para vivirla».

María Teresa Franco, directora del Instituto Nacional de Antropología e Historia, recordó que «don Pedro tenía la capacidad de transmitir una enorme pasión, y de una manera muy sencilla, por lo que era hacer una patria fuerte y por ello participar en grandes proyectos. Su densidad intelectual todavía está por narrarse».

También estuvieron presentes su ex colaborador Augusto Álvarez, su hijo, el arquitecto Javier Ramírez Campuzano, y el titular de la Sedatu, Jorge Carlos Ramírez Marín.

El libro Arquitectura incluye un texto del presidente Enrique Peña Nieto, en el que señala que Ramírez Vázquez «fue un excepcional artista, que integró la complejidad de ser arquitecto, escultor de espacios, diseñador urbano y tomador de decisiones. Su dedicación a concebir, con fuerza transformadora, ciudades más estéticas y funcionales, lo ha convertido en uno de los arquitectos mexicanos más destacados.

«Con este libro se rinde homenaje a un hombre que nunca dejó de crear, proyectar y construir: siempre en la búsqueda de innovar y dotar a México de nuevos y mejores espacios para el goce y disfrute de toda su sociedad».

Museo de Antropología; 50 años

Rafael Tovar señaló que la mejor forma para celebrar el 50 aniversario del Museo Nacional de Antropología será renovando su museografía, además de dotarlo de las herramientas tecnológicas «y los más avanzados métodos de exposición, para que su maravilloso acervo siga proponiendo recorridos que llevan al público a descubrir el pasado milenario de México.

«Eso ha sido este museo: una puerta a las más grandes civilizaciones del mundo. Ramírez Vázquez lo construyó de forma tal que arquitectura y museografía formaran una mancuerna para incitar el recorrido de los visitantes, para que su conversación se integrara en un mismo propósito, el de crear un espacio donde apreciar la fuerza de nuestras raíces culturales. Este museo es uno de los emblemas de México y surgió, como muchas obras más, de la imaginación del artista, del conocimiento de la técnica por el arquitecto, de la visión del promotor y de la voluntad del hombre que logró reunir una visión interdisciplinaria de su entorno».



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