Vendrás como un silencio
nacido de mi cuerpo,
hijo mío de suspiros
y lágrimas corriendo.
Vendrás como sollozos,
temblando, deletreando
el rumor de la sangre
fugitiva de rosas.
Vendrás,
estoy queriéndolo,
rodando nuevamente
como ruedan los astros
sobre la seda o cielo.
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