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Foto de la serie La serpiente líquida, sobre las comunidades del Amazonas, del fotógrafo argentino Nicolas Janowski. (Foto: Nicolas Janowski)
C iudad Juárez, Chihuahua. 13 de julio de 2015. (RanchoNEWS).- «Es una imagen a medio camino entre la realidad y la ficción», dice de esta foto su autor, el argentino Nicolas Janowski (Buenos Aires, 1980), estudiante de Antropología en Barcelona al que le agarró «el bicho de la fotografía en París, cuando trabajaba como asistente de un profesional». Entonces decidió tomar la cámara «como una herramienta, una excusa, para acercarse a situaciones a las que de otro modo no podría, y poder contar historias con velocidad». Janowski optó desde sus comienzos, hace diez años, por el blanco y negro debido al «nivel de abstracción que puede alcanzar». Manuel Morales reporta para El
País.
En 2011, Janowski empezó el proyecto La serpiente líquida. El nombre es una metáfora de lo que «parece el Amazonas visto desde el cielo». Al fotógrafo le interesaba «hablar de la transformación que había experimentado el río y de cómo en ese espacio unas culturas se han mezclados con otras para dar forma a una nueva. Eso ha pasado en las comunidades indígenas». El bonaerense se trasladó a la ciudad de Trinidad, en la selva baja del Amazonas boliviano, para retratar a personas de la etnia moxeño, como Manuel. Este hombre posó para él con una máscara para rituales, de buey, «un animal que introdujeron los misioneros». Janowski jugó con una velocidad de obturación baja para lograr ese cruce de caminos entre el humano y el animal. Puso la técnica al servicio del discurso que quería transmitir: la evolución de una cultura.
Nicolas, que se quitó la tilde de su nombre —«sé que la Real Academia pondría el pulgar para abajo»— para promocionarse con más facilidad en un entorno globalizado, ha mostrado su obra en Brasil, Chile, Perú, Venezuela, Francia, España, Estados Unidos, India, China... Está de acuerdo en que la fotografía latinoamericana vive un auge y que «el resto del mundo empieza a mirar más allá de lo que se hace en Europa y Estados Unidos». Él vive de trabajos editoriales y de la fotografía de viajes y se considera integrante de una generación de autores latinoamericanos que comparte algunos rasgos, como la difusión de la obra «gracias a la autogestión». Sin embargo, no cree que hoy haya una mirada latinoamericana en la imagen. «Antes sí la hubo, porque era común la aproximación a algunos temas, como la violencia, pero en la actualidad la perspectiva es más abierta».
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