C iudad Juárez, Chihuahua. 27 de mayo de 2022. (RanchoNEWS).-La decisión de la Alcaldía Cuauhtémoc de homologar los puestos de comida en las calles de la demarcación ha indignado a vecinos y habitantes de la Ciudad de México por tratarse de una decisión que atenta contra una expresión de la cultura popular: los rótulos. Presentes en nuestras calles en puestos, fachadas y ventanas de negocios, aquellos textos y dibujos son parte de nuestro paisaje urbano, pero para la alcaldesa reflejan una anarquía intolerable en nuestras calles. Más allá de que sea entendible que se atiendan las problemáticas del ambulantaje y la necesidad de su regulación, lo que ha sorprendido es el acento que se ha puesto en el tema estético.
ANTE LAS PROTESTAS en redes sociales, Sandra Cuevas respondió que las calles requieren de orden y que los rótulos no son arte. Intentar responder aquí qué es arte y qué no lo es sería infructuoso e implicaría entrar a un debate que, en realidad, salvo para algunos contados críticos, está bastante superado en los círculos especializados —«el arte es todo lo que los hombres llaman arte», dice José Jiménez en su clásico libro Teoría del arte. Desconozco qué bibliografía ha consultado la alcaldesa para llegar a la conclusión que compartió en conferencia de prensa, pero lo que sí puedo asegurar es que, en tanto que los rótulos gozan de un gran arraigo en nuestras calles, son un elemento protagónico de nuestra cultura visual —y como historiadora del arte siempre me parece que hablar de cultura visual es mucho más provechoso que discutir sobre arte con A mayúscula vs. arte popular.
El texto de Veka Duncan es tomado de su columna Al margen del suplemento El Cultural de La Razón