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Se realizaron análisis de Carbono 14 a dos osamentas de sexo femenino y una de sexo masculino. (Foto: Archivo)
M éxico, 11 de Abril 2007.- (De la redacción / Milenio).- Los análisis de Carbono 14 realizados a las osamentas encontradas en 2002 en las cavernas sumergidas de Tulum las ubican con una antigüedad de entre 10 mil y 13 mil años, lo que confirma la presencia del hombre prehistórico en esa región, destacó la investigadora Carmen Rojas Sandoval.
En un comunicado difundido ayer, la especialista del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) destacó que el hallazgo ofrece evidencias materiales de ocupación temprana en la península de Yucatán, cuya temporalidad corresponde a finales del Pleistoceno.
Rojas Sandoval explicó que debido a la falta de evidencias, durante décadas se pensó que los grupos nómadas precerámicos no habían arribado al norte de la península, sin embargo, en las cavernas sumergidas de Tulum se recuperaron tres esqueletos humanos, cuya antigüedad ha sido determinada.
Los resultados, obtenidos en laboratorios del Reino Unido, Estados Unidos y México, son de gran relevancia para la arqueología no sólo de México sino de América, puntualizó la especialista.
Esa antigüedad, destacó, coloca al sureste mexicano como uno de los pocos sitios con presencia prehistórica comprobada de América, y aporta nuevos elementos para la comprensión del complejo rompecabezas del poblamiento americano.
Luego de señalar que están a la “caza” de una cuarta osamenta paleoamericana, refirió que los restos analizados proceden de las cuevas inundadas Las Palmas, El Templo y Naharon son esqueletos prácticamente completos, dos identificados como femeninos y uno masculino.
Las osamentas
El sitio del hallazgo forma parte de uno de los sistemas de cuevas inundadas y ríos subterráneos más largos del mundo, de hasta 150 kilómetros. Esas cavernas fueron usadas de refugio o espacios de depósito funerario, como lo sugieren los restos humanos hallados; así como residuos de carbón de madera, hablan de hogueras producidas por el hombre.
En la cueva de Naharon, a 368 metros de su entrada y una profundidad de 22.6 metros se recuperó el esqueleto parcialmente completo de un individuo del sexo femenino, de 1.41 metros y un peso aproximado de 53 kg.
Al momento de su muerte pudo haber tenido entre 20 y 30 años de edad, detalló la arqueóloga al referir que el primer fechamiento por Carbono 14 de esta osamenta arrojó una antigüedad de alrededor de 14 mil 500 años calendáricos.
Dentro de este conjunto subterráneo al suroeste de Tulum, se ubica la cueva de Las Palmas, donde se localizó el segundo esqueleto también femenino; éste se encontró en posición de decúbito lateral izquierdo y pudo haber contado con una edad de 44 a 50 años. Su datación por el mismo método dio una antigüedad de entre 10 mil y 12 mil años.
A 18 kilómetros al norte de Tulum, en la cueva El Templo, se encontró la tercera osamenta, la de sexo masculino. “Aunque está erosionado y con pérdida casi total de materia orgánica, se cuenta con el 70 por ciento del esqueleto”, abundó la especialista. Al momento de su muerte pudo haber tenido entre 25 y 30 años; su antigüedad se estima en 10 mil años.
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