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Una de las obras expuestas (Foto: Víctor Camacho)
M éxico, 30 de abril, 2007. (MERRY MACMASTERS/ La Jornada).- La feria Maco: México Arte Contemporáneo rompió su récord de asistencia –acudieron más de 30 mil personas– en su nuevo, aunque temporal hogar, en avenida de Las Palmas, y las ventas, en general, fueron aceptables. Sin embargo, causó molestias sin fin haber acondicionado la planta baja y el sótano de un edificio en construcción para exhibir obras de arte. Además, no funcionaban los teléfonos celulares ni Internet, entonces, cayeron algunas ventas porque no era posible ponerlas en «hold».
El polvo, la humedad y la falta de ventilación fueron las constantes a lo largo de los cinco días que duró Maco, concluido ayer. Los galeristas y exhibidores, por supuesto, fueron los más afectados. Estaban a la orden del día los dolores de cabeza y garganta. «Inhalar polvo todo el día da la sensación de estar drogado», comentó una participante.
Advertido de antemano acerca de la situación, el pintor Arturo Rivera llegó con una mascarilla. No faltó quien tuviera que usar tapabocas, como el galerista catalán Alejandro Sales. Con cuatro años de asistir a Maco, dijo no regresar más porque los organizadores no se preocuparon de nada.
«Esto parece una ratonera», espetó Sales. El lunes pasado, cuando llegó a instalar su obra, había un charco en el local. Ayer, a las dos de la tarde, el galerista catalán todavía no había vendido nada, tampoco habían ido sus coleccionistas.
Mientras sacudía por enésima vez una caja transparente con una pieza de Mary Stuart, la directora de la Galería de Arte Mexicano, Mariana Pérez Amor, le pidió a una visitante «no ver el polvo». Aunque señaló lo conflictivo que resulta tener que ir al centro –durante tres años la feria se hizo en la avenida Morelos–, reconoció que los organizadores –Zélika García y Enrique Rubio– tendrán que encontrar un recinto con las condiciones adecuadas para recibir «al público, las galerías y el arte».
La Galería Kurimanzutto no pudo exhibir un cuadro de Gabriel Orozco debido al polvo.
Fernando Pradillo, de la galería madrileña del mismo nombre, sugirió también cambiar la fecha, porque «una feria de arte no puede caer en un puente», y tal vez agregarle un día en apoyo de los galeristas extranjeros que han hecho una fuerte inversión. Consideró, no obstante, que México tiene gran potencial para el arte contemporáneo. El galerista Oscar Román dijo haber vendido a coleccionistas nuevos.
Para Pablo León de la Barra, de la galería londinense Blow de la Barra, convendría seguir el ejemplo de la Feria de Arte Frieze, de Londres, que se instala en una carpa especialmente acondicionada en Regent Park.
Cabe mencionar que Marco Roundtree recibió el premio Tequila Centenario, consistente en 5 mil dólares, dirigido a jóvenes emergentes. El jurado estuvo integrado por Guillermo Santamarina y Patrick Charpanel.
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