El jurado decidió por unanimidad dar el premio a las dos obras por la "alta calidad" de narración y la "profunda investigación" de hechos que abordan distintos aspectos de la realidad iberoamericana, en el marco de la Semana Negra que se celebra en Gijón (norte).
También otorgó al mexicano Eduardo Monteverde el premio "Rodolfo Walsh" a la mejor obra de no ficción: Lo peor del horror, en la que aborda el "terrible infierno cotidiano de las clases sociales.
Para el premio de novela negra "Dashiel Hammett", que concede la Asociación Internacional de Escritores Policiacos, quedaron como finalistas diversas novelas que reflejan aspectos de la realidad iberoamericana.
Ramírez Heredia refleja en La mara, de Editorial Alfaguara, la violencia de las bandas juveniles en El Salvador y Guatemala, mientras la novela del escritor Elmer Mendoza El efecto tequila, de editorial Tusquets, plasma la corrupción en México.
Asimismo, temas como el péndulo entre guerrilla y represión de Argentina del Penúltimo nombre de guerra, de Raúl Argemí, de Editorial Algaida.
El premio de obra de no ficción "Rodolfo Walsh" está destinado a un género de fronteras poco definidas entre el ensayo y el gran reportaje periodístico de investigación.
En este caso optaban dos españoles, un peruano, un argentino y el mexicano, que resultó ganador.
El Memorial Silverio Ca¤ada, que premia la mejor primera novela negra, fue otorgado a Francisco Pérez Gandul, por su novela Celda 211, que narra las tensas horas de un motín en una cárcel española.
Por lo que respecta al nuevo premio Espartaco a la mejor novela histórica, que este año se otorga por primera vez, fue entregada a la obra Ladrones de Tinta, de Alfredo Mateo Sagasta.