miércoles, abril 26, 2006
Barro Rojo rindió homenaje a tres mujeres muy admiradas
MERRY MACMASTERS
Miércoles 26 de abril de 2006
La Jornada
Bailarinas de Barro Rojo, durante el homenaje a Guillermina Bravo, Rosario Ibarra de Piedra y Maricarmen Uribe, la noche del lunes en el Palacio de Bellas Artes Foto Guillermo Sologuren
L a gran dama de la danza actual, Guillermina Bravo; la luchadora social Rosario Ibarra de Piedra, y Maricarmen Uribe, primera bailarina de la compañía, fueron homenajeadas por Barro Rojo Arte Escénico, grupo de danza independiente, la noche del lunes, durante su participación en el ciclo Perfiles en movimiento, en el Teatro del Palacio de Bellas Artes.
Al término de la función, en la que la compañía interpretó Viento de Lorca, que lleva 100 representaciones, ya con el escenario tapizado de claveles rojos y blancos, se les entregó un reconocimiento. La primera en ser llamada fue Guillermina Bravo, a quien ''la danza contemporánea debe a usted origen, pasado, presente y digna presencia en el panorama cultural de nuestro país", de acuerdo con el texto escrito por Laura Rocha y Armando García, directivos de Barro Rojo, y leído por Juan Carlos Jiménez.
''Para nuestra compañía -continuaron- usted ha sido luz y horizonte preclaro por sus enseñanzas en el escenario y fuera de éste, ejemplo de dignidad para la danza mexicana". A la directora de Ballet Nacional de México le agradecieron también ''su fortaleza ante la adversidad, por su valentía en buena lid al soportar a los funcionarios en turno, muchos de ellos ajenos a la sensibilidad del arte."
Bravo se dijo especialmente halagada de recibir este reconocimiento de un grupo que se supone ''rival", porque es ''joven y hermoso", mientras el Ballet Nacional tiene ya cerca de 100 años".
Rosario Ibarra, inquebrantable
De acuerdo con Barro Rojo, ''permanecer ajenos al suceso social que nos lastima sería una contradicción en la sensibilidad del artista". Por esto la compañía, fundada en 1982, guarda un lugar especial para Rosario Ibarra de Piedra, ''por su incansable lucha por lograr una sociedad más justa, donde la libertad y los sueños no se escatimen a ninguna persona.
''Seguir sus pasos en busca de la verdad es bailar en el sendero de la danza, es reconocer en esta inquebrantable mujer su solidaridad con una y mil mujeres. Gracias, señora nuestra, por permanecer con sus manos siempre abiertas para sostener al que cae. Gracias por levantar su voz firme para denunciar la injusticia y reclamar la justicia en este país del atropello."
Amiga desde hace muchos años de la agrupación, Ibarra de Piedra contó: ''Estábamos en un plantón, allí tristes las madres de los desaparecidos, paradas en la calle, exigiendo justicia para los nuestros. Llegó Barro Rojo y nos arrancó de pronto la tristeza enorme que teníamos y nos dio el gozo inmenso de sentir de cerca el calor de su solidaridad, su gracia, su danza, la hermosura de sus actos".