domingo, abril 30, 2006
Juntas y Revueltas, "muestra incluyente" que reúne obras de 77 mujeres creadoras
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
Domingo 30 de abril de 2006
La Jornada.
El canto de un Quetzal
1996
.33 x .25 x .90m
Acero laqueado.
E xperimentadas y principiantes; famosas y desconocidas; escultoras y pintoras, fotógrafas y diseñadoras, instaladoras y grabadoras: con la obra de 77 artistas vivas que abarcan distintas generaciones y representan variadas expresiones temáticas y formales, Juntas y Revueltas es una de las más amplias y plurales muestras de mujeres que se hayan realizado en México.
El magnífico edificio colonial del Museo de la Ciudad de México -antigua casa de los Condes de Calimaya- aloja la exposición inaugurada el pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
La idea fundamental -explica Marilina Barona del Valle, directora del recinto y convocante de la exposición- "fue abrir las puertas al mayor número de artistas, independientemente de la edad, del tema, del formato y de la técnica que trabajen. Queríamos que fuera una exposición incluyente. Por eso el nombre de la exposición: Juntas y Revueltas".
La grabadora Yadira Velázquez resalta la variedad de generaciones presentes en la muestra: "Generalmente vemos que se arman los grupos, uno de artistas jóvenes, otro de maestros y otros de maestros de los maestros. Creo que enriquece más confrontar el trabajo propio con el de otras generaciones que hacerse coco wash con gente de tu misma edad".
Susana Buyo dice que lo primero que experimenta al verse en medio de esa variedad de propuestas es asombro: "Yo me consideraba, primero y antes que nada, alebrijera; después artesana y de vez en cuando, en alguna entrevista, llegaba hasta a ponerme el título de artista popular.
"Pero verme como parte de la plástica mexicana me asombró y fue un gran honor. Porque normalmente cuando vas a una exposición te encuentras que son las pequeñas capillas, la de los amigos, la de los discípulos y esto de aquí es muy ecléctico, caben muchas técnicas, muchos temas y sobre todo muchas inquietudes. Eso me encantó."
Patricia Hordoñez y Elizabeth Skinfill -también incluidas en Juntas y Revueltas- coinciden al subrayar que, más allá de prestigios, es una exposición de artistas profesionales que no necesariamente tienen como tema de su trabajo a la mujer. En ese sentido, no es una muestra feminista.
Dice Skinfill: "No se trata de ver a la mujer como una gran diosa o como una gran víctima, finalmente los temas son variados y cada quien interpreta la realidad en forma distinta".
Al respecto, Mónica Dower enfatiza: "Cada una de nosotras tiene inclinaciones distintas y con nuestro arte estamos reconstruyendo e investigando en torno a reflexiones muy personales que pueden ser de orden geométrico, conceptual, filosófico, etcétera".
Buyo afirma que nunca le gustó "el arte militantoso, el arte tiene que ser una expresión, por sobre todas las cosas, libre. Si nos encajonamos en ideologías, ya perdimos un alto porcentaje de nuestra posibilidad creativa; la libertad se ejerce desde la forma misma en cómo te expresas y no forzózamente diciendo 'soy mujer y las puedo todas'".
Maritza Morillas asegura que le han llegado a decir que pinta como hombre, "creyendo que con ese comentario me hacen un favor, yo pinto como pinto y ya. Me da gusto estar en la muestra y no estoy invitada por feminista sino por mi trabajo".
A la pregunta de si Juntas y Revueltas puede ser considerada una muestra histórica por el número y la variedad de artistas participantes, Dower pondera: "Ninguna exposición es igual. Todo cambia, desde la forma en que se hace la selección y eres invitada a participar. Sí me parece una exposición original y exclusiva, pero no creo que se puedan establecer comparaciones".
Patricia Hordoñez sostiene no recordar "una exposición donde haya habido más de 60 personas. No recuerdo una en la que haya habido tan diversas técnicas, con tantos tamaños de formato, con ideas tan diferentes. Sí pienso que es una exposición especial".
Representativo de la apertura que hubo en la selección de obra y artistas es el caso de Martha Delgado, quien está a punto de egresar de la Escuela Nacional de Artes Plásticas pero nunca antes ha expuesto: "Yo no tenía mucha idea sobre el propósito de esta muestra, nada más sabía que era una colectiva en la que iban a participar artistas reconocidas y otras que no tenían tanto curriculum. Por eso me sorprendió mucho ver mis trabajos colgados a la entrada".
Esto es algo que valora Yadira Velázquez: "Una muestra de la libertad con que participamos es la museografía, no le pusieron su capilla a nadie, a todas se nos dio un espacio digno, no se descalificó a nadie".