Miguel Angel Ceballos
El Universal
Domingo 20 de agosto de 2006
C uando un diseñador es capaz de tocar el corazón de una persona con su trabajo, puede estar seguro de que ha pasado a otro nivel. Con esta sentencia se despierta todos los días Stefan Sagmeister (Bregenz, Austria, 1962), uno de los diseñadores más importantes en la actualidad, cuyo trabajo se distingue por involucrar los sentimientos y las sensaciones del espectador en su obra.
"Sí, soy un provocador, y no es que sea algo que me encante, pero en diseño es necesario sorprender en poco tiempo porque sólo disponemos de unos minutos de la atención de alguien", cuenta en entrevista el llamado enfant terrible del diseño, quien vino esta semana a México para presentar la exposición Is it Possible to Touch Somebodie´s Heart with Design? (¿Es posible tocar el corazón de alguien con el diseño?), en la que se exhibe una panorámica del trabajo que ha realizado a lo largo de su carrera. Esta muestra estará abierta hasta el 24 de septiembre en el Centro de Diseño, Cine y Televisión (Centro), ubicado en Sierra Mojada 415, colonia Lomas de Chapultepec.
Mientras algunos diseñadores se preocupan por la tipografía, la reducción y abstracción de formas lógicas, Sagmeister es mucho más directo y, a veces, hasta crudo. Un ejemplo es el cartel que diseñó, a principios de los 90, para la conferencia del American Institute of Graphic Arts (AIGA), en el campus de Cranbrook, cerca de Detroit. En esa ocasión, Sagmeister pidió a su ayudante que tallara los detalles de la conferencia sobre su torso con un cuchillo y después fotografió el resultado para convertirlo en un cartel.
"Ahora no me interesa tanto la sangre en el cuerpo, pero lo que me encanta de ese cartel es que, al verlo, todo mundo se entera del proceso de producción y desarrollo. Ya no tengo intención de grabar más mensajes en mi cuerpo, pero sí hacer más trabajos que puedan comunicar la forma de producción y desarrollo tan inmediatos como ese cartel."
Sagmeister ha trabajado para la agencia Leo Burnett, Tibor Kalman (fundador junto con Mario Toscani de la revista Colors de Benetton), hasta que en 1993 fundó Sagmeister Inc., con sede en Nueva York. A partir de entonces ha diseñado para Zumtobel, AIGA, Adobe, Rolling Stones y Talking Heads, entre otros. Fue cinco veces candidato a los Grammys y en 2003 ganó este premio por el disco de los Talking Heads.
"Siempre ha sido mi meta tocar el corazón de alguien con el diseño, pero realmente lo he logrado pocas veces. Una de ellas es cuando un amigo de Austria, Reini, me visitó en Nueva York, pero él estaba temeroso de tratar a las mujeres tan sofisticadas de esa ciudad, así que diseñé un cartel que pegué en el vecindario en el que aparece la fotografía de mi amigo y la frase: "Dears girls! Please be nice to Reini" (Queridas chicas! Por favor sean amables con Reini). Lo que pasó es que justo por ese cartel, Reini empezó a hablar con una chica en una fiesta, se conocieron y ahora son una pareja. Entonces realmente con ese cartel toqué dos corazones".
Para este diseñador es complicado hablar de "un lenguaje" en su obra porque -explica- el trabajar con muchos clientes lo ha llevado a crear distintas estrategias de diseño. "Lo que sí puedo decir es que algunos principios básicos que siempre trato de aplicar son: el lenguaje personal sobre la comunicación con la masa y el subjetivo sobre el objetivo. Los diseñadores debemos tratar de tocar el corazón de alguien y, hasta que no lo logramos, estamos en otro nivel".
Este diseñador también es de los pocos privilegiados que escoge con qué clientes quiere trabajar para no limitar su libertad de expresión. Algunos de los personajes para lo que colabora son los músicos David Byrne, Lou Reed y la artista japonesa Mariko Mori.
"Yo creo que de alguna manera el diseño sirve tanto a la economía como a una comunidad. Por ejemplo, uno de los proyectos más importantes en los que estoy trabajando es True Majoritie (La mayor verdad), que consiste en un grupo de 500 artistas y directores de empresas líderes en Estados Unidos que se opusieron públicamente a la guerra contra Irak. Uno de nuestros objetivos es lograr que en este país se reduzcan los gastos militares en 15% y que ese dinero se invierta en educación.
"Lo que me interesa mucho es que los que lanzaron esta iniciativa sean personas que manejan empresas enormes, que saben cómo presupuestar. Si ellos dicen que sí es posible reducir los gastos militares y dedicarlo a la educación, esto tiene más credibilidad", señala Sagmeister.
Is it Possible to Touch Somebodie´s Heart with Design?
Hasta el 24 de septiembre
Centro de Diseño, Cine y Televisión (Centro)
Sierra Mojada 415, colonia Lomas de Chapultepec
