Londres, Inglaterra . Miércoles 27 de septiembre de 2006 (EFE )
C on un esqueleto de ballena sobre el que el artista mexicano Gabriel Orozco (nacido en 1962) ha dibujado una estructuras consistente en una serie de círculos concéntricos, la conocida galería White Cube inauguró hoy una nueva sede en la capital británica.
"Dark Wave" (Ola Oscura) es como nombró Orozco a su monumental instalación, de catorce metros de longitud, suspendida del techo en el subsuelo de la galería y que, según explicó la directora artística, Susan May, está elaborada en resina y carbonato cálcico a partir del molde del esqueleto de un cetáceo encontrado en España.
El artista trabajó su obra con veinte colaboradores en Huelva (suroeste de España), que, partiendo de una serie de puntos, dibujaron sobre el esqueleto con grafito una serie de círculos concéntricos que se solapan en ciertas zonas, con lo que la instalación parece cubierta por una especie de camuflaje gris.
El esqueleto de la ballena rorcual se corresponde con el instalado en la biblioteca Vasconcelos de México aunque, a diferencia de aquél, suspendido a gran altura, el de Londres lo está prácticamente a la altura del visitante, que podría casi meterse en el vientre de la ballena.
En otra sala de la galería, Orozco presenta doce pinturas de la serie El Árbol Samurai, que lanzó en la última Bienal de Venecia y que tienen un fuerte poder de fascinación visual.
En ella, Orozco examina las múltiples variaciones posibles dentro de un sistema espacial y cromático claramente definido y basado en el movimiento del caballo en el juego del ajedrez.
Orozco ha calculado que son posibles hasta 672 variaciones a partir de los cuatro colores utilizados -oro, azul, rojo y negro-, de las que hasta ahora lleva realizadas veinticinco, según explicó May.
Ejecutadas a base de círculos de distinto tamaño, divididos en dos o en cuatro secciones, cada una de las cuales está pintada de uno de esos colores, esas pinturas de Orozco parecen evocar por el fondo de oro los iconos medievales, pero están sobre todo asociadas, por su perfecta geometría, las creaciones del constructivismo ruso.
Orozco parece obsesionado por los círculos de colores, que ha utilizado en numerosas ocasiones, superponiéndolos, por ejemplo, a billetes de banco de diversos países, desde México hasta Vietnam o la India, así como a fotografías de futbolistas y otros deportistas en acción.
El artista mexicano, que trabaja sus estructuras con ordenador, sigue así un camino en cierto modo inverso al del vanguardista ruso Alexander Rochenko, que inscribía sus fotografías en círculos y otras figuras geométricas.
Preguntada por qué se ha inaugurado esta nueva sede de la White Cube con Orozco, su directora artística señaló que se quiere dar a la programación un perfil más internacional, exhibiendo obras de gran ambición, que, como la ballena de Orozco, puede perfectamente figurar en un museo.
Orozco es, explicó, un artista de categoría internacional, que ha exhibido sus creaciones en dos bienales de Venecia; en dos Documenta de Kassel (Alemania); y ha tenido exposiciones individuales en el Palacio de Cristal, de Madrid; en el Museo Rufino Tamayo, de México o el Hirshhorn, de Washington, entre otros.
La exposición de la obra de Orozco en la galería White Cube, que durará hasta el 11 de noviembre, irá seguida durante los dos próximos años de otras de artistas tan distintos como Andreas Gursky, Jeff Wall, Chuck Close, Doris Salcedo, Anselm Kiefer, Damien Hirst, Mona Hatoum o los hermanos Jake y Dinos Chapman.