Un hombre escucha las explicaciones sobre la lengua india Sanskrit.
F rancfort, 4 de octubre (EFE).- La Feria del Libro de Francfort abrió hoy sus puertas con 7 mil 272 expositores, una cifra récord, y con un gran afluencia de público que viene en búsqueda de una mínima parte de los 400 mil títulos que se exhiben, entre los que hay 112 mil novedades.
Pese a ser el primer día de Feria, algunas editoriales ya parecen haber empezado a cerrar negocios y ha habido una puja por la novela "Les Bienvellantes", de Jonathan Littell, en que el estadounidense afrancesado aborda, desde la creación literaria, la II Guerra Mundial.
El libro, publicado originalmente por Gallimard en Francia, ha sido vendido ya a Alemania, donde los derechos los ha comprado Berlín Verlag, y en España RBA se ha quedado con la novela, que cuenta la guerra vista por los ojos de un SS.
La edición española está planificada para 2007 después de que en Francia el libro, de más de 900 páginas, ha superado con creces los 100 mil ejemplares vendidos.
La novela de Littell, nacido en 1967 en Nueva York y actualmente residente en Barcelona, ha recibido grandes elogios de la crítica francesa e incluso ha llegado a ser comparada con "Guerra y Paz" de León Tolstoi.
Un negocio de otra índole se cerró hoy entre el grupo Planeta y el grupo Harper Collins, que firmaron en la Feria un acuerdo para la distribución de libros en España.
El cierre de esos negocios, sin embargo, es una curiosa excepción en el primer día de feria en que los editores acostumbran más a tantear el ambiente, a oír propuestas y normalmente cambian de tema cuando se les pregunta directamente qué tipo de libros buscan.
También, pese a que en los primeros dos días sólo hay entrada para personas relacionadas profesionalmente con el mundo del libro y no para el público en general, ha empezado la presentación de títulos de autores en actos de los más diversos formatos.
Ya han desfilado por la Feria, entre otros, el holandés Cees Noteboom, el indio Kiran Nagrikar, que presentó su novela "Los pequeños guerreros de Dios", que él mismo definió como un alegato contra el fundamentalismo religioso, y el austríaco Peter Hennish.
Los tres fueron esta mañana huéspedes de "Das blaue Sofa" (El sofá azul), una curiosa institución de la Feria que lleva a que diversos autores, en turnos de media hora, se sometan a las preguntas de un periodista en un mueble del color descrito situado entre los pabellones cinco y seis.
El austríaco Arno Geiger, ganador del Deutsche Buchpreis del año pasado por "Uns geht es gut" (Todo nos va bien), empezó a recibir ejemplares de las traducciones que a lo largo del año se han hecho a doce idiomas distintos.
Las primeras traducciones que Geiger tuvo en las manos esta mañana fueron la española, publicada por El Aleph, y la catalana, publicada por Empúries.
El premio, que se creó apenas hace un año y que este 2006 se le otorgó a Katharina Hacker, fue lo que hizo que los editores extranjeros se fijaran inicialmente en Geiger antes de solicitar informes de lectura.
Es de esperar que ahora se ocupen de la obra de Hacker "Die Habenichtse" ("Los que no tienen nada") y que, si los informes son positivos, haya también un boom de traducciones.
El premio, cuyo ganador se da a conocer el lunes de la semana de la Feria, fue creado justo para eso, como una especie de plataforma para autores en lengua alemana que escriban actualmente y como ayuda a los editores extranjeros a hacer una selección previa entre el gran número de escritores en alemán.
En el stand catalán, mientras tanto, ya mucho apunta al programa del año próximo, cuando la cultura catalana será la invitada de honor a la Feria.
Citas de clásicos catalanes como Salvador Espriu o Ramon Llull, con traducciones al alemán y al inglés, y fotografías de autores catalanes contemporáneos adornan el stand mientras se espera que mañana se presenten el logotipo y el programa del año próximo.