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Bubble Gum Cannionballs una instalación de los artistas canadienses Pierre Allard y Annie Roy. (Foto: AP)
C iudad Juárez, Chihuahua. 1 de abril 2009. (RanchoNEWS).- Con el lema «Integración y resistencia en la era global», esta nueva edición servirá para concitar al debate desde el arte acerca de problemas como la redefinición de las identidades. Una nota de Bea Espejo para El Cultural:
Aunque son eventos totalmente relacionados con la espectacularidad de la industria cultural, todavía no se ha encontrado en el mundo del arte una alternativa que iguale su impacto y efecto mediático. Son las bienales, grandes exposiciones relacionadas con el intercambio global y que se han convertido en citas imprescindibles para detectar tendencias, ser punto de encuentro o cazar nuevos artistas en tal vitrina expositiva. A las viejas bienales europeas o norteamericanas como la de Venecia, Documenta (quinquenal) o el Withney, desde hace unos años hay que contraponer bienales emergentes situadas en la periferia de las grandes capitales del arte: Sydney, Johannesburgo, Taipei o la de La Habana, que inaugura este fin de semana su décima edición y celebra 25 años de vida.
Surgida como una «bienal del Tercer Mundo», la de La Habana ha tenido que adaptarse con los años a nuevas configuraciones políticas y económicas, en las que ampliar los contornos del «Sur» hasta penetrar, incluso, en el corazón del Primer Mundo, a través de las corrientes migratorias o las crecidas desigualdades que arroja la marea neoliberal. Como consecuencia, hoy a la cita habanera asisten artistas de regiones y culturas no contempladas años atrás. En total son más de 300 artistas de 45 países que podrán verse hasta el 30 de abril.
Con el lema «Integración y resistencia en la era global», esta nueva edición servirá para concitar al debate desde el arte acerca de problemas como la redefinición de las identidades nacionales, locales, étnicas, grupales y de género, o las relecturas de la historia y los procesos culturales. Cucarachas gigantes trepando por los muros del museo de Bellas Artes, una fábrica de globalización hecha de madera o una «estrella» que durante un mes iluminará La Habana a unos 300 metros del suelo, son algunos de los reclamos de esta nueva edición.
Obras del japonés Tatsuo Miyajima y la sudafricana Sue Williamson convivirán y dialogarán también con el trabajo de exponentes del arte latinoamericano como el argentino León Ferrari, que expone más de cien obras, incluidas algunas donadas a Cuba en los años 80, y completadas por series que abarcan su trabajo hasta 2007 con esculturas, vídeos y collages.
La nómina regional crece con el también guatemalteco Darío Escobar, el brasileño Paulo Bruscky y el mexicano Abraham Cruz-Villegas, a los que se suma una amplia representación del arte cubano encabezado por Alexis Leyva Machado (Kcho) y Tania Bruguera, que desarrolla un muy particular proyecto de arte político.
Uno de los mayores reclamos está en la propuesta de Wilfredo Prieto, cubano que vive a caballo entre La Habana y Madrid. Prieto pondrá en órbita una lámpara atada a un globo aerostático que hasta el 30 de abril servirá para poner «una estrella en el cielo» de La Habana que el artista explica como «un coqueteo poético con la realidad».
La cuota de artistas españoles la cubren el fotógrafo Ángel Marcos, que aborda la esclavitud con imágenes que se proyectarán en el pasillo de acceso al Castillo del Morro, así como Cristina Lucas, María Gimeno, Paco Guillén, Pipo Hernández o Luís Barba, entre otros.
Una décima edición, que amplía su representación de arte latinoamericano en la que algunos de los artistas ya comentan que una mayor expectativa está generando una renovada energía de la propuesta.
Bubble Gum Cannionballs una instalación de los artistas canadienses Pierre Allard y Annie Roy. (Foto: AP)
C iudad Juárez, Chihuahua. 1 de abril 2009. (RanchoNEWS).- Con el lema «Integración y resistencia en la era global», esta nueva edición servirá para concitar al debate desde el arte acerca de problemas como la redefinición de las identidades. Una nota de Bea Espejo para El Cultural:
Aunque son eventos totalmente relacionados con la espectacularidad de la industria cultural, todavía no se ha encontrado en el mundo del arte una alternativa que iguale su impacto y efecto mediático. Son las bienales, grandes exposiciones relacionadas con el intercambio global y que se han convertido en citas imprescindibles para detectar tendencias, ser punto de encuentro o cazar nuevos artistas en tal vitrina expositiva. A las viejas bienales europeas o norteamericanas como la de Venecia, Documenta (quinquenal) o el Withney, desde hace unos años hay que contraponer bienales emergentes situadas en la periferia de las grandes capitales del arte: Sydney, Johannesburgo, Taipei o la de La Habana, que inaugura este fin de semana su décima edición y celebra 25 años de vida.
Surgida como una «bienal del Tercer Mundo», la de La Habana ha tenido que adaptarse con los años a nuevas configuraciones políticas y económicas, en las que ampliar los contornos del «Sur» hasta penetrar, incluso, en el corazón del Primer Mundo, a través de las corrientes migratorias o las crecidas desigualdades que arroja la marea neoliberal. Como consecuencia, hoy a la cita habanera asisten artistas de regiones y culturas no contempladas años atrás. En total son más de 300 artistas de 45 países que podrán verse hasta el 30 de abril.
Con el lema «Integración y resistencia en la era global», esta nueva edición servirá para concitar al debate desde el arte acerca de problemas como la redefinición de las identidades nacionales, locales, étnicas, grupales y de género, o las relecturas de la historia y los procesos culturales. Cucarachas gigantes trepando por los muros del museo de Bellas Artes, una fábrica de globalización hecha de madera o una «estrella» que durante un mes iluminará La Habana a unos 300 metros del suelo, son algunos de los reclamos de esta nueva edición.
Obras del japonés Tatsuo Miyajima y la sudafricana Sue Williamson convivirán y dialogarán también con el trabajo de exponentes del arte latinoamericano como el argentino León Ferrari, que expone más de cien obras, incluidas algunas donadas a Cuba en los años 80, y completadas por series que abarcan su trabajo hasta 2007 con esculturas, vídeos y collages.
La nómina regional crece con el también guatemalteco Darío Escobar, el brasileño Paulo Bruscky y el mexicano Abraham Cruz-Villegas, a los que se suma una amplia representación del arte cubano encabezado por Alexis Leyva Machado (Kcho) y Tania Bruguera, que desarrolla un muy particular proyecto de arte político.
Uno de los mayores reclamos está en la propuesta de Wilfredo Prieto, cubano que vive a caballo entre La Habana y Madrid. Prieto pondrá en órbita una lámpara atada a un globo aerostático que hasta el 30 de abril servirá para poner «una estrella en el cielo» de La Habana que el artista explica como «un coqueteo poético con la realidad».
La cuota de artistas españoles la cubren el fotógrafo Ángel Marcos, que aborda la esclavitud con imágenes que se proyectarán en el pasillo de acceso al Castillo del Morro, así como Cristina Lucas, María Gimeno, Paco Guillén, Pipo Hernández o Luís Barba, entre otros.
Una décima edición, que amplía su representación de arte latinoamericano en la que algunos de los artistas ya comentan que una mayor expectativa está generando una renovada energía de la propuesta.
Galería
El artista cubano Joan Capote posa junto a su obra Open Mind. (Foto: Alejandro Ernesto)
La artista guatemalteca Regina José Galindo posa junto a un busto con su esfigie. (Foto: Alejandro Ernesto)
El artista guatemalteco Darío Escobar posa junto a su obra Kukulkan. (Foto: Alejandro Ernesto)
El fotógrafo español Ángel Marcos observa una fotografía en el túnel de entrada al Castillo de los Tres Reyes de El Morro. (Foto: Alejandro Ernesto)
Algunas de las obras expuestas en la muestra Estado de Excepción. (Foto: Alejandro Ernesto)
Un funcionario de la Casa de las Américas da los últimos toques a una de las obras.(Foto: Stringer)