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La autora italiana. (Foto: El Cultural)
C iudad Juárez, Chihuahua. 23 de mayo de 2012. (RanchoNEWS).- La Feria del Libro de Madrid verá desfilar a partir del lunes, día de su inauguración con una conferencia de Claudio Magris, una amplia representación de autores italianos. Italia es este año el país invitado de la cita madrileña. Por aquí pasarán, aparte del autor de El Danubio, Roberto Calasso, Niccoló Ammaniti, Edoardo Nessi, Michella Murgia y tantos otros. Pero a todos ellos se ha adelantado Federica de Paolis (Roma, 1971). Una nota de Alberto Ojeda para El Cultural:
Esta mañana se encontraba en la sede de Siruela, dispuesta a hablar de la primera novela que le publican en España, Te escucho, que, a su vez, es el título (además de Cuando los dioses escriben el libro del destino, de la inglesa Alice Albinia) con el que la editorial capitaneada por Ofelia Nieto estrena Alevosía, un nuevo sello nacido para llegar al gran público a través de la fórmula de lo que ellos llaman «el Best-seller literario». Así Siruela celebra su 30 aniversario (¡felicidades!, tiene mucho mérito).
Pero volvamos a Federica de Paolis, sentada en un cómodo diván negro. No es cuestión de psicoanalizarla, claro, pero sí procede preguntarle de donde nace su fijación por meter la nariz en «la vida de los otros» (la película de Florian Henckel ha sido un modelo para la escritora romana), esa vida que discurre de puertas adentro intra muros de cada domicilio particular.
Te escucho narra la historia de Diego Tribeca: un viajero infatigable que escribe guías de Lonely Planet varado en la solitaria casa familiar tras sufrir un desprendimiento de retina. Lo que va a ser una convalecencia aburrida para alguien de costumbres nómadas cambia radicalmente cuando descuelga el teléfono: un error técnico le permite escuchar las conversaciones de todos sus vecinos. «Es verdad tengo un fijación vouyerista, que no creo que sea morbosa, pero no puedo evitar conectar la antena cuando alguien habla cerca de mí en el metro y tampoco puedo dejar de mirar a través de una ventana entreabierta. Creo que es una pulsión muy típica entre los escritores». Hay que recordar que Via de qui, otros de sus libros, éste de relatos, recorría diversos edificios de Roma deteniéndose también en la cotidianidad, más o menos trágica, de cada uno de sus moradores.
Diego Tribeca escucha desde su auricular el cruce incesante de palabras y poco a poco va descubriendo el sufrimiento de cada sus vecinos. En realidad, el edificio está lleno de personajes sufrientes: Marta padece un cáncer que le ha dejado la cabeza sin cabello, algo que disimula con una peluca; a Garza, una adolescente anoréxica; a Donato que confunde su esterilidad con la impotencia sexual
Todos viven sus traumas en silencio, algo que agrava su infelicidad. «El problema es que en las sociedades occidentales tendemos a esconder la enfermedad por temor a ser rechazados. Es algo muy duro que no ocurre en Oriente», lamenta De Paolis.
El espía por casualidad se engancha al teléfono y a todas las revelaciones que le depara cada vez que lo descuelga. Pero su manera de escuchar va cambiando, pasa de ser morbosa e interesada (en alguna ocasión saca beneficio de su información privilegiada) a compasiva y solidaria. De Paolis cree que escuchar tiene efectos benéficos para quien es escuchado, sobre todo en las sociedades urbanas occidentales, donde no hay tiempo para los encuentros demorados. El italiano, explica de Paolis, tiene en su vocabulario un término, sinónimo de ascoltare (escuchar), que refleja a la perfección la importancia de atender a los lamentos de quien cae en desgracia. Es esaudire, que significa, en palabras de la propia Paolis, «hacer posible que alguien realice sus deseos, que salga adelante». La sabiduría del lenguaje.
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