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viernes, mayo 18, 2012

Literatura / México: La novela que Carlos Fuentes no terminó

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La familia de Carlos Pizarro espera que el texto del escritor mexicano,en la gráfica, sea publicado, aun inconcluso. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. X de mayo de 2012. (RanchoNEWS).- Más de 20 años de investigaciones y entrevistas a familiares y compañeros del ideólogo del M-19 no fueron suficientes para que el mexicano Carlos Fuentes concluyera su novela sobre la vida y muerte del exguerrillero Carlos Pizarro, el artífice de un emblemático proceso de paz en Colombia. Una entrega de EFE:

La última vez que Fuentes se refirió a su obra inconclusa fue en enero pasado, en el Hay Festival de Cartagena de Indias, donde confesó que después de tantos años no podía cerrarla porque era «demasiado cercana a la realidad y sufría desvíos», convencido de que los novelistas no pueden «competir con la realidad».

Ese reconocimiento ha sumido en la frustración a los familiares y compañeros de batalla de Pizarro tras el fallecimiento del gran genio de las letras.

También a su editorial, Alfaguara, que siente no haber podido ofrecer a los lectores la gran novela que se esperaba sobre un personaje clave de la historia contemporánea de Latinoamérica.

Pizarro nació en 1951 en el seno de una familia acomodada de Cartagena, su padre fue almirante, de joven abrazó las ideas revolucionarias y fundó el Movimiento 19 de abril (M-19), pero en 1990 dejó las armas y concretó un histórico proceso de paz.

Meses después, como candidato a la presidencia por el movimiento político que había gestado, fue asesinado a tiros por un sicario.

Al Premio Cervantes le apasionó el personaje y buscó a su familia. «Hubo varias reuniones, en la primera estábamos todos, mi suegra, los hermanos y yo. A Fuentes siempre le acompañaba su esposa Silvia», recordó Ana Martha de Pizarro, esposa de Juan Antonio, uno de los hermanos del exguerrillero.

Fuentes «nos decía que la de Carlos Pizarro era la vida de un gran líder de este continente porque tenía todos los elementos: locura, personalidad muy atractiva, había estudiado con sacerdotes, hijo de militar, guerrillero, poeta», agregó la ahora directora del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá (FITB).

Según Ana Martha, el escritor lo vio como un hombre «que quiso transformar el mundo y acabar con la injusticia, un hombre de su época».

Esa personalidad apasionante fue la que «apabulló» a Fuentes porque cuando avanzaba en la novela «ocurría algo nuevo y distinto respecto a su legado y le impedía continuar».

De ahí deriva la tristeza de la familia Pizarro tras la muerte el martes último del escritor, estremecida porque ahora la novela no vea la luz.

En términos similares se expresó María José Pizarro, hija del político asesinado, quien ofreció a Fuentes los documentos que ha recabado sobre su padre a lo largo de su vida, plasmados en una gran exposición ya exhibida en Barcelona y Bogotá.

«La familia ha estado ilusionada durante 20 años. La publicación hubiera dimensionado muchísimo la figura de mi padre, hubiera sido una ventana para que lo conocieran en todo el mundo» , indicó a Efe María José.

La obra no concluyó «porque la situación en Colombia era tan cambiante y convulsa que cada vez que la iba a acabar sucedía algo nuevo» , se lamentó, al manifestar que Fuentes veía a su padre «como un Aquiles que le había apostado a la paz».

El último allegado que se reunió con el escritor fue el también exguerrillero Rafael Vergara, quien era representante del M-19 en México cuando su amigo, el líder e ideólogo del movimiento, fue asesinado.

«Fue en Cartagena en 2010, durante cinco horas», reveló Vergara, seguro de que el motivo que impidió al mexicano llegar al final de la obra fue el conflicto que se planteó sobre las circunstancias que rodearon su muerte.

«Siento que donde se pudo atrancar fue ahí, en quien lo mató, porque está claro que fue un crimen de Estado», afirmó.

Para Vergara, «un libro de Fuentes sobre Carlos (Pizarro) era revivirlo, era otra vez ponerlo a batallar, era rescatar su ideario maravilloso, ese latinoamericanismo que apasionó a Carlos Fuentes».

El autor mexicano «es universal en la medida en que es local e histórico, y Carlos Pizarro era también eso, un gran soñador, extrañamente dogmático, una mezcla rara», apuntó, para matizar que «la novela era un encuentro de dos grandes».

Pero la familia y sus compañeros no han perdido la esperanza y en sus sueños apuestan a que la novela, aún inconclusa, se publique a título póstumo.

La directora de Ediciones Generales de Prisa en Colombia, Andrea López, confirmó que en su ultima reunión con Fuentes, el pasado febrero en Bogotá, éste le confirmó que no estaba concluida, y, por eso, tras su muerte se ha sumado a la frustración.

«Esta novela nos intrigaba y nos ilusionaba a todos en Colombia», indicó López, a quien el autor mexicano reconoció que «era complicada porque no dejaba nunca de escribirla».

Pero Vergara, su compañero de batalla, está convencido de que «sí la terminó», mientras la hija de Pizarro, María José, ve posible su publicación, aún inconclusa, porque así ocurrió con El Proceso de Kafka.

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