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Una imagen de la exposición sobre los orgasmos femeninos. (Foto: Nicolas Guérin )
C iudad Juárez, Chihuahua. 8 de noviembre de 2012. (RanchoNEWS).- Retratos de mujeres desnudas masturbándose o practicando sexo con su pareja. En eso consiste la serie Elogio de la sombra, que el fotógrafo francés Nicolas Guérin ha expuesto estos días por primera vez en el 50 rue de Sévigné, como parte del programación off del Mois de la Photo 2012, bienal parisina que celebra este año su decimoséptima edición y llenará la capital francesa de exposiciones con imágenes igual de impactantes que éstas. Una nota de Juan Manuel Bellver para El Mundo:
Un espacio expositivo inusual –habitualmente es un showroom de moda– para un trabajo absolutamente personal y que rompe moldes en todos los sentidos, empezando por el trasfondo emocional del mismo. «Esta serie es el resultado de una carencia», comenta el propio artista a El Mundo «La mujer que amo se fue a vivir al otro lado del mundo la primavera pasada y su ausencia se me hacía insoportable. En vez de buscarme otra pareja, decidí proponer a distintas mujeres que vinieran de noche a disfrutar del sexo a mi estudio de Montreuil (afueras de París), solas o acompañadas, mientras yo las fotografiaba. Era mi manera de no olvidar a mi amada ausente, de acercarme a ella».
La extraña terapia debía servir, al mismo tiempo, para realizar un trabajo sobre la gestualidad del placer y la violencia de los cuerpos en los momentos previos al orgasmo. «Aunque el proyecto parecía irrealizable por ser demasiado libre, demasiado atrevido, enseguida encontré quien se prestó a ello», prosigue Guérin. «Hay tanta gente esperando que les propongas algo fuera de norma que les saque de sus casillas».
Durante meses, este fotógrafo especializado en los editoriales de moda y el retrato de estrellas del séptimo arte realizó con la mayor discreción el que es quizá su trabajo más personal y que se puede conseguir ahora también impreso, puesto que la muy 'fashionista' revista Khube le ha consagrado un extenso número monográfico en el que Elogio de la sombra ocupa todo el segundo capítulo, esto es, un tercio del magazine.
Imágenes borrosas o distorsionadas
A medida que desfilaban las modelos por su estudio, el artista fue perfeccionando el ritual de actuación, dejando que la luz roja de la calle fuera la principal iluminación de la sala en semi-penumbra, poniendo música suave para arropar los gemidos y los silencios, trabajando descalzo para que el ruido de sus pisadas moviéndose alrededor no perturbase esos momentos de necesaria intimidad. Ni Steven Soderbergh lo hubiera hecho mejor cuando filmó en 1989 la original Sexo mentiras y cintas de vídeo.
El resultado de todo ello puede verse en el álbum que ilustra ese artículo. Lejos de caer en la tentación del hiperrealismo, el autor ha preferido trabajar con un tiempo de exposición alto para que las imágenes queden ligeramente borrosas o distorsionadas, reflejando de esta forma la convulsión del cuerpo, «los espasmos de esos momentos finales antes del disfrute en que todo tiembla y la pérdida de control es total».
«Cuando las personas se dejan poseer por esa mezcla de emociones que afecta a las ondas sísmicas, la carne casi parece distorsionarse», indica Guérin. «En esos 2 o 3 minutos previos al placer es donde todo sucede y por fin puede sentirse la violencia del amor».
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