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Cables de telégrafo, ca. 1924, México, fotografía de Tina Modotti (1896-1942), perteneciente al Archivio Fotografico Cinemazero. (Foto: Fondo Tina Modotti, incluida en la exposición en el Palazzo Madama, en Turín)
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iudad Juárez, Chihuahua. 17 de julio de 2014. (RanchoNEWS).- Han pasado 85 años desde la primera y única exposición en vida de Tina Modotti (1896-1942) montada en México en 1929. Reporta desde Turin de Alejandra Ortiz Castañares para La Jornada:
Ahora el Palazzo Madama, sede del Museo Municipal de Arte Antiguo, rinde homenaje a la fotógrafa con una retrospectiva de su trabajo, la cual concluirá el 5 de octubre.
Tina Modotti: porque el fuego no muere es el título de la muestra y corresponde a la última línea del poema que Pablo Neruda dedicó a la fotógrafa italiana tras su fallecimiento.
Se trata de un recorrido biográfico y artístico por un centenar de imágenes que incluye retratos de Edward Weston y de la etapa de Modotti como actriz en Hollywood, pero sobre todo se basa en los siete años trascurridos en México, donde desarrolló su actividad de fotógrafa de 1923 a 1930, cuando su carrera fue truncada tras ser aprehendida y acusada de participar en el atentado al presidente electo Pascual Ortiz Rubio, y obligada a dejar ese país.
A partir de entonces, Modotti «sacrificará el arte por la política», viviendo en Berlín, Rusia y apoyando a los republicanos durante la Guerra Civil española, para pasar sus últimos años en México.
La retrospectiva plantea un arquetipo de las muchas exposiciones que se han dedicado a Modotti en los años recientes en Italia y propone reflexionar sobre la importancia de su país de origen en su descubrimiento, en el contexto de una creciente popularidad y múltiples muestras.
Recuperación histórica
La cineteca Cinemazero de Pordenone –a la que se debe el préstamo de las fotografías de esta muestra en Turín y de material de archivo– posee un centenar de publicaciones y 198 reproducciones fotográficas de negativos originales, conservados en archivos estadunidenses, mexicanos y rusos. Todo está enmarcado y dividido temática y cronológicamente para facilitar los préstamos.
Para demostrar lo anterior, basta recordar la exposición de Tina en Turín, en 2003 (Palazzo Bricherasio), y sólo en este año pueden citarse dos montadas en Génova y Roma, la pasada primavera, además de que en febrero concluyó una en Palermo.
No hay curador, pues todo está «empaquetado». El catálogo es de Silvana Editoriale, con textos de Pino Cacucci y Gianni Pignat, acompañado por el conocido artículo de Tina titulado «Sobre la fotografía», publicado en Mexican Folkways, en 1929, donde plasma su concepto de fotografía, a la que niega definir como arte. Para ella era sólo «el medio más elocuente, el más directo para registrar la época presente», su valor consistía en la naturaleza documentaria de la producción social, que podía llegar a ser significativa «sólo si se hacía con sensibilidad e inteligencia».
En México no sólo se montó la única exposición en vida de Modotti, también la última, un homenaje en la Galería de Arte Mexicano (GAM), antes de caer en un «letargo», realizada dos meses después de su fallecimiento.
El pequeño catálogo de esa galería, que además de su obra contenía su primera biografía y notas de artistas e intelectuales que la conocieron, se convertiría en el trait d’union entre Vittorio Vidali –estalinista y uno de los dirigentes más importantes del movimiento comunista internacional, además de último compañero de Tina–, y Riccardo Toffoletti (fallecido en 2011), un fotógrafo influyente en el Friuli, a quien se le reconoce como el «descubridor» de Tina a escala internacional.
Todo sucedió cuando en 1971 en el Círculo Cultural Elio Mauro de Udine, ciudad natal de Tina, se organizó un encuentro para recordar a los friulanos que participaron en la Guerra Civil española. Vidali, originario de la cercana Trieste y entonces senador, fue huésped de honor habiendo sido el fundador y comandante del famoso Quinto Regimiento.
En aquella ocasión menciona a una «cierta» Tina Modotti y le regala a Toffoletti el pequeño catálogo de la GAM. Éste se da cuenta de la importancia de Tina y organiza, dos años más tarde, gracias a la ayuda de Vidali, la primera exposición después de la GAM, con lo que se inicia el descubrimiento que ha llevado a al fama que hoy se conoce de Tina. El catálogo de pocos ejemplares, Tina Modotti: garibaldina y artista, es muy codiciado por los coleccionistas.
En México, Tina Modotti y Edward Weston –su amante y maestro– fue una feliz combinación de reciprocidad cultural: por un lado fue determinante para la modernización fotográfica en ese país, que se hallaba estancado en el pictorialismo de fin de siècle. Fueron referentes para los fotógrafos Manuel y Lola Álvarez Bravo, Agustín Jiménez y su discípula Aurora Eugenia Latapí.
Personaje de culto
Tina se ha convertido en un personaje de culto, similar a Frida Kahlo, donde su obra y biografía se contaminan, despertando una irresistible atracción entre el público, escritores, dramaturgos y cineastas.
Se le ha definido como «la Juana de Arco con cámara» (según el periódico Neue Zürcher Zeitung, en la exitosa retrospectiva en Viena de 2010).
Es sabido el famoso récord que la foto Rosas (1924) alcanzó en una subasta de Sotheby’s en 1991, vendida en 165 mil dólares. Hasta entonces, jamás se había pagado en una puja más de 8 mil 250 dólares por una obra de Modotti.
En el documental Tina Modotti: el dogma y la pasión (México-Italia, 2011, 52 minutos), de Laura Martínez Díaz, disponible en YouTube, el fotógrafo Pablo Ortiz Monasterio dice: «Tina fue una artesana y aprendió muy bien el oficio, la prueba es que las pocas copias que hizo de estos platinos siguen ahí y son de las fotos más altamente valuadas del planeta».
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